Caso #10: Los policías no se sorprenden.

304 61 15
                                    

  Caminaba sin darme cuenta por donde iba, mi mirada estaba pegada a la pantalla de mi teléfono, volví a llamar un par de veces más pero no obtuve respuesta, no sé si debía ir a su lugar de trabajo, a lo mejor si se le hizo tarde, pero ¿no llamarme? o avisarme... No creo que se le haya olvidado.

Bueno Lisa puede ser que sí, ¿¡qué hago!?

   Lo mejor era calmarme, esperaría unas horas más, estaría al tanto de mi teléfono por si me devolvía la llamada.

   Pensé en ir a su casa, pero no quería encontrarme con Damian, aún tenía el fuerte rencor que no le haya dado algo especial en su cumpleaños y lo tomó como otro día, es que juro que quería darle un golpe y romperle la nariz.

[...]

—Hola, ¡buenos días! —Llegó un sonriente Jay a mi escritorio —¿Y...? —Hizo una leve entonación —¿Cómo estuvo esa cita?

—Nos divertimos mucho, la verdad tengo que aceptar que me gusta muchísimo...

—¡NO! ¡LO SABÍA! —Gritó Miyeon y todos se quedaron viéndola —Bueno ya, ocúpense de lo suyo —¡Sabía que saldrías con algo así! —Susurró.

—¡Qué qué qué! —Llegó Sunno agitado arreglando su corbata —¿Por qué no pasaste por mí? —Le dio un golpe a Jay.

—No sabía que querías que lo hiciera, lo siento —Todos lo miramos sin entender.

—¿Cómo que no sabes? ¡Todos los días lo haces! —Era extraño que Jay no lo haya ido a buscar.

—En fin... Lisa —Sunno me miró —¿Qué te pareció el pastel? —Ahora tenía su sonrisa contagiosa —No sabíamos que colocarle, espero haya funcionado.

—Al recibir el mensaje, ya casi salíamos de la sala de juegos...

—¿La sala de juegos? —Preguntó Jay —Mi idea del bowling era pésima, pero, ¡la llevaste a una sala de juegos! —Miyeon rodó sus ojos.

—Eso que importa, ¿Rosé lo disfrutó? —Asentí con una sonrisa tímida —Ves... Todos felices.

—¿¡Qué tal el pastel!? —Sunno volvió a preguntar desesperado —Espero que haya tenido buen sabor.

¿Cómo les decía que terminamos en el hospital? Porque puede que Rosé esté embarazada.

—Estuvo riquísimo, a Rosé le encantó. No miento —Alcé mi mano en forma de juramento.

   Eso me hizo acordar que lo dejamos ayer en la azotea, iría a buscarlo, no quiero que el oficial de seguridad me mirara con mala cara, en plan... "Tuve que limpiar tu desastre, niña tonta" Era tan viejo que no le importaba mi rango policial, aunque a mí tampoco me ofendía.

   Antes de salir Damian alcanzó mi paso.

—Hey, ¿piensas irte sin mí? Creí que ya habíamos pasado por esto —Se guindó su placa arreglando el cuello de su camisa.

—¿Qué a dónde? —Me detuve.

—¿Al caso que tenemos?

   Mierda, ese caso.

—Ah vale vale, claro que me acuerdo, solo que antes iba a ir a otra parte, así que nos vemos allá.

—No sabemos que se nos puede presentar, no es buena idea que vaya solo, para esos somos compañeros.

—Trabajé por mucho tiempo sola, me fue muy bien.

—¿Si? O sea, eso de que siempre estés al borde la muerte por ser tan testaruda, es normal para ti, bien, ya comprendo. Suerte con eso.

MY SWEET DETECTIVE | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora