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El calor sofocante de la recámara y la calidez insoportable de la frazada sobre su cuerpo hizo a Takemichi removerse incómodo y frustrado sobre la cama.

Más que la sensación desesperante de no poder conciliar el sueño, lo que realmente molestaba al chico eran los pensamientos insistentes que amedrentaban su tranquilidad. 

Takemichi se sentó al borde de la cama con cuidado de no despertar al dormilón Manjiro que yacía a su lado.

Sus ojos recorrieron el cuerpo del chico a su lado y se detuvieron en la dorada cabellera que no dudo en acariciar.

Era suave y bastaba el mínimo roce para que una fragancia dulce como la vainilla calara en sus fosas nasales y le arrancará una pequeña sonrisa.

Manjiro un chico demasiado comprensible y tan hermoso que a veces no entendía por qué estaba enamorado de él. ¿Qué era lo especial que miraba en él que no era capaz el propio Takemichi de darse cuenta?

Por unos momentos, Takemichi se embelesó mirando las finas hebras doradas perdiéndose entre sus dedos. ¿Cómo luciría con el cabello oscuro?

No dudaba que cualquier estilo le quedaría bien. El rostro de Manjiro era atractivo y sin duda el tono negro en su cabello lo haría ver más enigmático y también le daría un parecido mayor a…

Hanagaki apartó su mano de la cabeza del Sano como si de fuego se tratara.

¿Acaso había perdido la cabeza o porque quería comparar a Mikey con él?

Su mueca se llenó de tristeza, mordió su labio a inferior con fuerza y sus ojos se empañaron de lágrimas. Se sentía desesperado y miserable. ¿Qué era lo que tenía que hacer para arrancarlo de su mente y de su corazón? Después de toda la mierda por la que había pasado por su culpa, su mente traidora lo llevaba él…

Shinichiro nunca dudó en demostrarle lo poco que le importaban sus sentimientos y eso en lugar de alejar a Takemichi sólo logró que su terco e inocente corazón se aferrara a la idea de que algún día podría cambiar su actitud cruel y obtendría ese amor que tanto anhelaba.

Habían sido tantos escenarios y en demasiadas ocasiones las que imaginó a Shinichiro olvidando todos sus prejuicios y dónde abría los ojos, dispuesto a aceptar sus sentimientos y brindarle la oportunidad para estar juntos. Para enfrentar el mundo. Para ser sólo ellos dos

Como era de esperarse, eso quedó en su imaginación.

Y eso era lo más jodido de todo, Takemichi no era tonto y mucho menos vivía bajo una piedra como para no darse cuenta de que podría pasar la vida frente a sus ojos antes de que el mayor de los Sano aceptará estar a su lado. Sin embargo, ¿quién puede culpar a un corazón enamorado por tener esperanza?

Lo cierto era que, aun con todo su amor y devoción ferviente, Hanagaki deseaba soltar a Shinichiro y continuar su vida. En lo más profundo de sí mismo, Takemichi anhelaba sentir la calidez del afecto sincero de Manjiro y poder corresponderle. Pero al final resultaba más fácil pensarlo que hacerlo

Soñaba con el momento en que su corazón latiera frenético y que en su estómago revolotearan las mariposas en la presencia de Mikey. Deseaba sentir sus mejillas arder y sus labios pesados de no parar de sonreír al estar con Manjiro.

Takemichi rogaba al universo por enamorarse de Mikey, pero su corazón era obstinado y un estúpido masoquista que se aferraba a las migajas con las que Shinichiro alimentaba sus sentimientos. Lo que le hacía preguntarse si era demasiado entregado o demasiado idiota.

Pero, ¿qué otra podía hacer más que mantener sus ilusiones vivas? ¿Qué acaso no merecía el también ser feliz con la persona que amaba?

Y la respuesta era simple: no, no cuando se trataba de Shinichiro Sano.

Takemichi limpió con el dorso de su mano las lágrimas traicioneras que escaparon de sus ojos y volvió a recostarse.

El cuerpo de Manjiro se removió al sentir el calor de Takemichi y se aferró a él más dormido que despierto.

—Takemicchi —balbuceó, Mikey, aún adormilado y abrazó al Hanagaki con fuerza hasta volver a quedarse dormido.

Takemichi se dejó envolver por el cálido tacto, deseando que esos brazos amorosos le ayudarán a conciliar el sueño.

Lo que resultaba irónico y hasta trágico fue que lo único que Takemichi encontró en ese tierno abrazo fue un sentimiento asfixiante difícil soportar.

Lo que resultaba irónico y hasta trágico fue que lo único que Takemichi encontró en ese tierno abrazo fue un sentimiento asfixiante difícil soportar

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Dueles tan bien ~Shintake/Mitake~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora