Ella, una chica asocial que no le interesa la ciencia para nada y solo piensa en mangas y música.
Él, un chico amante de la ciencia y todo lo relacionado.
Y algo está claro. Ambos se odian.
De pronto el mundo se acaba y todos quedan petrificados.
¿P...
Después de que hicieran el plan y robaran un barco de xeno, emprendieron cuesta abajo.
-Ya casi llegamos a dónde está Stanley... -murmuró Ukyo preocupado.
-Les va a disparar. -advertido xeno.
-Kukuku, no nos digas algo que ya sabemos.
Y tal y como dijo xeno, apenas se visualizo su barco, Stanley disparo hacia ellos.
Por suerte Ryusui logro evitar algunas balas tratando de que el daño fuera mínimo.
Cuando ya estuvieron casi fuera de peligro vieron a lo lejos a todos.
-yuzuriha... -murmuró taiju.
-¿No nos vamos a despedir?
-¡JAJAJA! ¿Quien dice que no?
Todos los presentes sonriendo y de ambas partes levantaron sus puños, en señal de despedida.
-Están tapando mi vista... -musito Stanley tratando de ver.
Pero justo cuando logro ver un poco, se encontró con la mirada de la ojiverde posada en él.
-_____...
-Stanley...
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-¿Estás enojada?
-No.
-Si estás enojada.
-Claro que no.
-¿Por qué?
-No se de que me hablas.
-¿Entonces que es lo que tienes?
-Nada.
-Está bien.
La castaña lo miro de reojo ofendida y fruncio el ceño.
-Asi que no te importo... Bueno no me importa que no te importe, total nunca le he importado a alguien en mi miserable vida. Así que no me importa que no le importe a nadie. -murmuró haciendo un puchero.
Senku meneo la cabeza hacia un lado, levantando la ceja
"Las chicas si que son complicadas"
-¿Que es lo que tiene mi otaku? -Pregunto tratando de tomarle la mano pero está de un manotazo lo alejó. -Nada.
Al ojicarmin casi le da un tick nervioso.
-¿Que mierdas es lo que tienes? -solto ya harto.
La ojiverde solo lo miro ofendida.
-Bien. Tengo cosas más importantes que hacer que atender tus berrinches estúpidos de niña pequeña, nos vemos luego. -finalizó alejándose de la castaña dejándola sola.
Por mucho que la amará, ya tenía suficiente estrés y estaba demasiado abrumado por muchas cosas que pasaban por su mente.
La contraria ofendida y un poco confundida igualmente salió hacia el lado contrario para sentarse en la orilla del barco que habían robado.