Taste of You ✦ ≪KookGi/JinSu≫

07. Inesperado

La cena transcurrió de manera silenciosa, en el sentido de que ninguno de los dos se esforzó por seguir alguna conversación. Hubiera sido algo incómodo, por supuesto, pero por alguna razón ninguno de los dos lo sintió así. No fue incómodo, aunque tampoco acogedor, al menos por parte de YoonGi. JungKook, por otro lado, se sentía más que satisfecho con la situación, el que estuviera dentro de la casa del detective a causa de una invitación suya, ya era un enorme avance para él. Su rostro no lo demostraba, pero el solo estar en la cocina de YoonGi, secando los platos recién lavados, hacía que se creara muchas fantasías en su cabeza sobre una bonita y perfecta relación con él. Claro, como si no tuviera un lado oscuro que quería ocultar a toda costa.

Cuando terminó de limpiar la mesa ratona donde habían comido, YoonGi regresó a la cocina, mas se detuvo justo en la entrada para observar fijamente al oficial.

JungKook había obedecido en mantener su camisa desabotonada todo ese tiempo, por lo que, mientras él se veía muy concentrado secando los utensilios, Min podía aprovechar en apreciar sus pectorales definidos que se mostraban solo parcialmente, su abdomen marcado, sus clavículas, el cómo el elástico de su ropa interior sobresalía solo lo suficiente como para demostrar de una forma inusualmente sensual lo bien que se ceñía a sus caderas... ah, el tipo era ardiente, no lo podía negar aunque quisiera.

JungKook era ardiente y YoonGi estaba necesitado de atención en ese momento. Así que, sin pensárselo dos veces, entró a la cocina para sujetarlo de la muñeca, tomándolo por sorpresa, y sacarlo de ahí.

JungKook no era ingenuo, sabía con qué intenciones Min había hecho eso, y aunque no lo supiera, todo se hacía mucho mas evidente cuando notó que se estaban dirigiendo hacia la habitación. Sonrió sin que YoonGi se diera cuenta, pero rápidamente adoptó un semblante serio y fingió un poco de inocencia.

—Detec... YoonGi —se detuvieron frente a la puerta de la habitación—. Aún no termino de secar los-

Jeon no pudo terminar de hablar, puesto que los labios del mayor se habían estrellado contra los suyos. Un beso brusco, brusco y muy necesitado, que hizo nublar la mente del menor antes de siquiera imaginarlo.

Posó sus manos en las caderas de YoonGi y sus cuerpos se juntaron aún más. Poco después, Min terminó por quitarle la camisa y JungKook inició a desabotonar la de él.

Entraron a la habitación sin separarse demasiado, pues sus labios parecían imanes siendo atraídos hacia los ajenos. La respiración de ambos se volvió pesada y el calor iniciaba a expandirse por sus cuerpos y el ambiente.

La ropa fue desapareciendo poco a poco hasta que sus pieles se rozaron directamente. JungKook iniciaba a sentir una peculiar fascinación por cómo la piel de YoonGi se marcaba con cada toque brusco, debido a lo casi pálida que era. Le estaba encantando escucharlo jadear cada vez que le besaba el cuello y la forma en la que se ponía un poco de puntillas cuando le apretujaba las nalgas. Era un contraste divertido el hecho de cómo el detective parecía no tener sentimientos y un bloque de hielo en lugar de corazón dentro de su pecho en el departamento de policías, pero a puertas cerradas se derretía y temblaba por cada toque o cada beso bien otorgado.

JungKook era menor, pero era más grande con respecto a su físico, lo que eso junto con sus músculos más definidos, creaba la ilusión de que también era más fuerte y eso era algo que a YoonGi le gustaba mucho. Sí, era un maldito ogro en su vida cotidiana, pero le gustaba perder el control y ser dominado en la cama. SeokJin siempre lo complació con eso, contrario a él, SeokJin era todo un caballero donde sea que fuera, aunque en la intimidad era un completo animal salvaje que bien podía dejar a alguien con la sensación de no poder caminar a la mañana siguiente. Muy pocas veces le daba la ventaja, pero Min amaba que lo hiciera delirar.