Fiesta del olvido

167 9 8
                                    




Vuelo con destino a Sevilla procedemos al aterrizaje. Esperamos que hayan tenido un viaje de su agrado y su estancia sea maravillosa. Es la voz del comandante del avión en el que estoy.

Un Uber me espera a la salida del aeropuerto.

Si no es mala información señorita, destino a Conil de la Frontera, ¿no ?

-Correcto. Así es.

Me sitúo a la parte de atrás. El conductor quiere hacerme agradable el viaje aunque no tengo muchas ganas de hablar.

-¿Placer o negocios, señorita?

Huir, sería la respuesta más acertada pero opto por decir un -ambas . y salir del paso en esa conversación.

Hablamos de los días tan maravillosos de temperatura que están teniendo, del viento de levante, de la circulación, de lo bonito que están los campos de cultivo y en fin un montón de temas banales que completan el trayecto hasta mi casa en Conil. Mi refugio.

-¡Gaia! ¡ Qué sorpresa! ¿Porqué no me has avisado que venias?. El guarda de la finca donde está ubicado mi pequeño refugio mientras ayuda al chofer a descargar mi equipaje.

-Juan, ¿Cómo estás? -Mientras nos abrazamos. -¿La familia, toda bien?

-Es un viaje sorpresa también para mí, Juan. Lo pensé anoche y ya sabes como funciono. Aquí y ahora.

Se echa a reir. Sabe muy bien como soy. Son muchos años de tertulias mientras echamos un cigarro y tomamos café en la puerta de recepción del complejo en las noches de verano.

Es una de esas personas maravillosas que te encuentras por la vida y te la hace más fácil. Más amena. El señor Juan es un marinero de la vieja escuela que en sus tiempos jóvenes navegó por medio mundo en grandes navíos mercantes y un gravísimo accidente lo apartó del mar, de su pasión. Ahora como el dice, ser guarda complementa la "paguina que me ha dejado el gobierno para viví un poquino mejor, na más". Desde el primer día que lo conozco, todos los días tiene palabras y gestos amables para mí. Gaia, te tengo unos "higuinos" recien "cogíos". Gaia, la María ( su mujer) ha hecho un "bizcochino" te he "traío" un cacho. Esta Vasca como él me dice, me trae loco... que no le falte ná de ná.

Ese deje que tienen en el sur, la particular simpatía y alegría... la luz, el sol, la arena... me atrapa esta tierra. Estoy completamente enamorada de mi Cádiz. Digo a mi favor, que en cuestión de horas me camuflo y puedo pasar perfectamente por una Vasca-Andaluza.

-Juan, luego hablamos. A la noche bajo al cafetito, ¿no?

-¡Claro mujé!

¡Gaiaaaaaa, pero que sorpresa!- Toño, es el dueño del bar que está justo al lado. Prepara los mejores churros con chocolate de "to Cadi" como dice él. Sus tostas de jamón con tomate recién hechas y sus conversaciones de ilustres escritores, artistas, historiadores me tienen loca y todas las mañanas un ratito ensimismada comparto con él.

-Uy,¿ que te ronda, morena?

Me rio y con un -luego hablamos.... entre un abrazo, los dejo hablando entre ellos y me subo a mi casa.

Abro las ventanas y dejo que ese olor a salitre impregne la estancia. Un pequeño hilo de viento agita las cortinas..... ummmmmmm ..... respiro..... aquí se me quitan las penas. Encuentro claridad en los pensamientos que me atormentan. Un poco lejos de mi ciudad natal, sí, pero esto merece la pena.

Los días que he pasado con Joel me han hecho florecer mis heridas más profundas y no quiero volver a caer.

Estoy en mi tierra adoptiva, ¿no ? Pues relaja y disfruta Gaia.

GAIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora