1; Omega y Alfa.

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Estaba cansado, sentía un molesto dolor en su cuerpo. No entendía que podía ser. Estaba tan estresado por aquello que ni siquiera se dió cuenta de cuando un chico con gorro de oso y una chaqueta blanca entró a su hogar y lo seguía al baño donde se encontraba desechando lo que anteriormente había comido.

-¿Alex? Deberíamos llevarte el medico.-Habló el castaño de mechón blanco.-estás así desde hace dias, me empiezo a preocupar por tí.-el de cabellos azabaches movió su cabeza en forma de negación. No, no, no. Todo menos eso. Era lo único que pasaba por su cabeza hasta que sintió náuseas nuevamente y cuando se detuvo fue llevado a aquel hospital cercano a su hogar.

-Alexis Nevadas.- respondió automáticamente cuando preguntaron por su nombre. Hablaba con la enfermera, sobre lo que había estado sintiendo esos últimos días. Estaba demasiado estresado.

Por fin, habían llegado del hospital, luego de unas 7 horas y se que lo inyectaran a un suero para recuperar sus fuerzas. Quería dormir, lastimosamente su amigo Rubén se había ido hace tiempo, pues vivía a una hora de su amigo y ya era muy tarde. Alexis tuvo que salir de nuevo, puesto que había olvidado que tenía que comprar unas pastillas que le habían recomendado. Se colocó un sueter negro y un short de jean para luego salir de su hogar a comprar las benditas pastillas.

Finalmente llegó a una farmacia, la receta del médico en el bolsillo de su short, la sacó cuando llegó su turno. Lo atendió una señora que, se lo quedó viendo un rato, como si intentara buscar algo en su rostro. Al parecer a la señora no le convencían sus piercings y el cabello largo que tenía, además de la cara un poco afeminada con poco bello facial. El Omega gruñó, cosa que no tuvo efecto en la señora más que mirarlo feo. Luego le dieron sus pastillas y escuchó por lo bajo a la tipa murmurar. -Mijo, debes de tener cuidado con quien te metes, uno ya ni sabe si es hombre o si es mujer.-

Alexis gruñó más fuerte, llamando la atención de un alfa que pasaba cerca de él.-¡¿Y a usted que mierda le importa si soy hombre o mujer?!- le gritó a la mujer quien, lo miró horrible, como si le hubiera dicho que era una zorra. -¡Salgase de mi farmacia, puta!-

El rió, la tipa debería de haber pensado que él era un hombre tratando de ser mujer.-Tal vez el esposo le puso cuernos con alguien y se la desquita conmigo.- gruñó bajito cuando hubo salido de aquella farmacia. Iba a volver a su hogar hasta que se dió cuenta de que dejó las pastillas en el mostrador. No podía regresar ahí. El lobo de Alex estaba molesto. Aunque Alexis no le diera importancia a su lobo, no entendía porqué aquella vez se había puesto tan rabioso, normalmente sus problemas no le importaban.

-Oye, se te olvidó esto.-

Escuchó detrás de él una voz grave, provenía de un Alfa. Alex se dió la vuelta y vió al chico castaño que estaba detrás de él mientras compraba. Tenía el cabello un poco más corto que él, igualmente con piercings en sus orejas, para ser exactos unos expansores de ocho milímetros. Cuando lo vió sintió como su lobo se movía como loco en su interior, Alex frunció el ceño antes de que el mayor le tirara la bolsa con sus pastillas, atrapandolas en el aire.-ni me agradezcas, omega. De hecho. Mejor ve a tu casa antes de que sea muy tarde. Tu celo está apunto de llegar.-

¿Cómo es que él sabía eso? Alex se puso nervioso y retrocedió un paso. El de ojos rubí lo miró y rió un poco- tranquilo, no te voy a hacer daño.- dos pasos más. -Ah, es por lo de tu celo. Lo lamento.- se acercó a pasó lento al azabache, dejándole saber que no tenía malas intenciones, dándole su espacio al Omega. -Me presento. Soy Borja,- apenas dijo eso una pequeña mueca se formó en sus labios.-Pero mejor dime Luzu. Se lo de tu celo por tu olor, y, no, no es que tú olor sea potente para este tiempo, es muy teune. Es que tengo un sentido del olfato muy agudo. Lamento haberte asustado.-

Alexis no supo que responder, solo asintió con vergüenza. Había oído de personas que tenían el sentido del olfato agudo, pero eso era muy jodido, era increíble que aquél alfa podía oler su celo llegar aun faltando horas para que llegara. El más alto entornó los ojos. -no te conozco ¿Eres nuevo, no?- se acercó un poco, olfateando muy disimuladamente al omega.- ah, del edificio... La señora margarita. Sí. ¿Ahí es, no?- miró al menor después de andar dudativo y mirar a la nada. -Lo siento.- murmuró. -Bueno, te dejo ¿Emm?-

-Alexis, me llamo Alexis.

-Bien, te dejo Alexis, espero llegues bien a tu apartamento.

i want to be a boy!- Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora