4. Desaparecer

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Mientras Ford jugaba al doctor con los gemelos la cabeza de Pacífica daba vueltas, no recordaba todo lo q había sucedido un día antes. La cabeza le dolía por las escenas sin secuencia que llegaban a sus recuerdos, se tambaleaba con cada paso que daba por la confusión que sentía ante tales recuerdos. Mientras sin que ella se diera cuenta una figura la veía a lo lejos, cuando estaba por caer debido al mareo en lugar de sentir el golpe contra el piso que ella se estaba esperando sintió como la sentaban delicadamente en el suelo.
-¿Te encuentras bien?- Escucho una voz que penetro más allá de sus tímpanos, era grave, tenía una entonación y volumen exquisitos y la fluidez de sus palabras dejo sin hablar un momento a la chica que al querer parecer desinteresada en su salvador giro la cara para responder rotundamente
-Si, estoy bien. No necesitaba ayuda pero agradezco el gesto.- El muchacho solo sonrió y se marchó, cuando la rubia giro para poder verlo este ya había desaparecido, parecía que se había esfumado al instante en el que comenzó a caminar.
Asustada se lanzo hacia atrás mientras aún estaba sobre el suelo, al reaccionar se levantó y comenzó a correr lo más rápido que pudo hasta salir de aquel lugar.
Al llegar al estacionamiento subió a su auto y condujo de prisa hacia la casa de los Pines.

Mientras tanto Stan y Ford seguían cuidando a los gemelos y realizando pruebas para averiguar que les sucedía.
-StanLey ¿Hay algún cambio en los niños?- Stan solo pudo mover la cabeza negando mientras seguía a un lado de la camilla de Mabel y tomaba su mano entre las suyas. -Demonios- Maldijo Ford enojado mientras tiraba todo lo que se encontraba en su escritorio, casi pasaban 24 horas y los gemelos no habían despertado, Ford los tenía monitoreados por varias máquinas y suministraba un suero azulado hacia la intravenosa de estos, Stan solo podía observar como parecían dormir y ver cómo su hermano se volvía loco por lo sucedido, de repente todo en el sótano comenzó a florar y los cuerpos de los gemelos se iluminaron. Primero en un dorado intenso que los cubría por completo para después pasar a un azul intenso, al mirar la increíble escena ambos quedaron congelados sin saber que hacer, Mabel continuaba con aquel color dorado intenso al rededor mientras un azul tenue rodeaba su cuerpo, mientras que aquellas misteriosas luces iban desapareciendo de su cuerpo las que rodeaban a su hermano se intensificaban, ambos juegos de luces desaparecieron al instante mientras todo volvía a caer incluyendo los cuerpos de los muchachos que yacían sobre las camillas, estos cayeron desacomodados como si no tuvieran vida lo que asustó a los mayores, un sudor frío rodo por sus espaldas esperando lo peor, pero por suerte solo fue un susto. Ahora parecía que solo estaba durmiendo en lugar de estar inconcientes, de repente Dipper se sentó y comenzó a decir algunas frases extrañas que ninguno de los dos pudo reconocer o interpretar solo pudieron ver cómo sus ojos y la marca de nacimiento se encendían en un fuego azul, al terminar las oraciones inentendibles volvió a caer dormido, los Pines mayores solo se miraron entre sí dedicándose una mirada aterrada.

-Oye cerebrito ¿Qué fue eso?- Ford sin quitar la vista de los gemelos menores movió la cabeza y sus labios comenzaron a temblar como si intentaste responder pero sus palabras se hubieran perdido en sus cuerdas vocales, comenzó a balbucear algo que no se entendía por completo
-Él... Su... Regreso... No- Al terminar el farfullo salió corriendo hacia el lugar donde se había realizado el ritual para la iniciación de uno de los gemelos.
Al llegar y mirar el suelo que había quedador grabado con símbolos inentendibles sus ojos se dirigieron al techo, a diferencia del grabado a medias que se encontraba bajo sus pies, el techo era algo distinto, un círculo con un triángulo en su centro podía distinguirse claramente sobre su cabeza, la angustia de Ford se hizo más evidente con cada segundo que pasaba.
- No no no- Movía la cabeza frenéticamente de un lado a otro mientras retrocedía. -Esto no puede estar pasando, es una leyenda. Eso no existe- Murmuraba mientras volvía al lugar donde sus sobrinos se encontraban, Stan solo lo observaba preocupado, hasta que decidió acercarse.
-Hey ¿Qué está pasando?- Cuando estuvo a punto de tocarlo Ford retrocedió
-No sabes nada StanLey, no es algo que puedas o debas saber, esa cosa volvió por mi- Se quedó en silencio por unos segundos antes de ver a los gemelos en las camillas. -Oh por alguno de ellos, no, no lo sé realmente StanLey. Estamos tratando con algo demasiado poderoso, algo que si es verdad puede causar un desastre inminentemente, no solo en Gravity Falls, si no en todo el mundo.- Stan solo miraba a si hermano asustado y bastante preocupado, no sabía a qué se refería pero no le gustaba verlo de esa manera se sentía inquieto, y lo atiborraban emociones que sentía que ni le pertenecían, Ford seguía hablando cuando Stan cayó al suelo tapándose los oídos, al caer golpeó su cabeza contra la pata de una silla y su cabeza se hirió. Su hermano corrió en su ayuda para colocarlo en otra camilla junto a sus sobrinos mientras limpiaba la herida en la cabeza de su gemelo.

Pacífica se dirigía a la casa de los Pines cuando en su camino pudo divisar al muchacho rubio que la había ayudado a no caer al suelo, se distrajo por un momento al ver cómo de nuevo desaparecía en un parpadeo lo cual hizo que perdiera el control y si auto casi saliera del camino lo único que la salvó de que eso pasara fue la reja de acero sólido que estaba en la curva de la carretera. Después del golpe que sufrió, su frente se enrojeció y la union entre la frente y cabello comenzó a sangrar, a pesar de ser bastante superficial no le prestó atención e intento encender su auto de nuevo, milagrosamente este arrancó y continuó su camino ahora más despacio y con una precaución mayor.

Alguien observaba a lo lejos todo lo que estaba sucediendo. -Deseaba que se desmayara, hubiese sido una buena marioneta, parece que conoce bien a los Pines, podría usarla después.- Aquella persona no era otro más que el rubio que la chica Noroeste había visto, el rubio continuó caminando hasta llegar a un gran árbol en medio del bosque, desapareció un instante para después verse sobre una rama del viejo árbol, la rama se tambaleó, parecía que iba a romperse pero no fue así, en cambio una compuerta de abrió debajo del árbol, unas escaleras comenzaron a aparecer y él comenzó a bajar, cuando su cabeza dejo de verse la compuerta se cerró y así nuevamente el muchacho desapareció de un momento a otro.

El villano de mis sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora