Tasara: La bruja hechicera más grande que jamás se había visto en las tierras. Su majestuosidad se extendía por generaciones, sus habilidades mágicas eran la envidia de muchos y el temor de otros. Con su mirada penetrante y su dominio de los elementos, desafiaba las leyes. No solo era reconocida por su indomable poder, sino que también dirigía con un liderazgo que dividía opiniones. Tasara encabezaba varias sectas de brujas, brujos, magos y hechiceros, uniendo a quienes compartían su devoción por la magia y brujería
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Un golpe resonaría en el imponente trono de la Gran Bruja Tasara, desencadenando así la maldición sobre la Secta Octava. Diecisiete fueron las brujas bajo el mando de Tasara que determinaron derrocarla de su asiento. Una sola bruja era demasiado débil para enfrentarla, pero diecisiete brujas puras, podrían fácilmente arrebatarle el trono, cortar su cabeza y encender la hoguera.
Era inevitable, hasta que el rumor alcanzó a la Secta Tercera, cuyos miembros no estaban de acuerdo en destronar a la Gran Bruja Tasara. Sabían que desatar su ira podría condenarlos de por vida, forzándolos a huir de sus propias raíces para siempre. No sería justo que las demás sectas pagaran por la rebeldía de unas cuantas de la Secta Octava.
Bajo el cuarto menguante que se alzaba en el firmamento, los brujos y brujas de la Secta Tercera decidieron al fin revelar la verdad a Tasara. La ira de la Gran Bruja no conocía límites; en aquella noche de revelación de su traición descubierta, ordenó al cielo y al mar que guardaran silencio y proclamó la maldición más devastadora jamás pronunciada sobre la Secta Octava.
"Con cada nueva generación, el poder de las brujas de la Secta Octava se desvanecería gradualmente. Y en la última generación nacería una bruja con el sello de Tasara marcado, una marca distintiva que revelaría el origen de su maldición, con el fin de que todos sepan que es ella, la bruja que nació sin una gota de magia, en sus venas"
—Este hechizo no será revocado; Solo podrá romperse mi maldición si matan a sangre fría a la maldita bruja de la última generación, aquella que porta mi sello. De lo contrario, esta maldición se propagará de secta en secta, convirtiendo a cada bruja nacida después de la maldita en una simple mortal, mi sangre sella esta alianza, fueron las palabras de Tasara mientras cerraba su mano alrededor de un cuchillo.
Los presentes se estremecieron ante la terrible certeza de que la maldición los alcanzaría por la rebeldía de una única secta.
—Es simple, Maten a la bruja marcada por el sello maldito, sean conscientes de que es la única forma de romper el maleficio.
En esa noche de menguante, Tasara no solo pronunció la maldición sobre la Secta Octava y las demás sectas que al fin y al cabo se verán manchadas tarde o temprano, sino que también liberó a la Secta Tercera de cualquier maleficio, como muestra de gratitud por su lealtad, Tasara concedió un regalo especial: en la última generación de la Secta Tercera, nacería el primer hechicero de esta secta, un don otorgado directamente desde lo más profundo de su ser.
Este gesto demostró el profundo vínculo entre la Gran Tasara y la Secta Tercera, sellando aún más su lealtad y asegurando un futuro lleno de poder y magia para la secta.
Desde aquel día cada cosa fue tomando su curso, cada generación de la Secta Octava observaba con sus propios ojos el paulatino debilitamiento de los poderes en cada bruja. Era evidente que, sin importar si compartían su vida con un mago o brujo poseedor de habilidades extraordinarias, cada niña que nacía carecía de los poderes que solían caracterizar a su linaje. El desgaste de sus habilidades mágicas se convertía en una dolorosa realidad, marcando el destino de la secta con una decadencia inevitable.
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Magia
FantasíaEn un mundo de brujas dividido por la lealtad y el poder, la maldición de la Bruja Tasara amenaza con acabar con una secta. Naris y Osnú, unidos por el amor, enfrentan un dilema cuando su hija, Magia, es marcada por esta maldición. Naúm, un hechicer...