La venganza del rey (+21) [Editando]

Capítulo 3: Me encontré a un dios

Capítulo 3: Me encontré a un dios

Abrí la puerta y salí de mi casa empezando a caminar hacia cualquier otro lugar sintiéndome miserable, mi residencia quedaba como a hora y media de aquí por lo que irme ahora en taxi me saldría demasiado costoso, tenía que hablar con Aurora para que me recogiera, pero ella debía de seguir en el desfile.

No podía procesarlo todo, entre más lo pensaba más me dolía el corazón, solo quería olvidar, ya mis piernas temblaban de tanto caminar, así que me metí en el primer bar que vi, pero una vez dentro me di cuenta de que en realidad esto era un hotel, me dio igual y pasé a la parte del bar sentando en el taburete, solo necesitaba pensar y relajarme, así que pedí vodka que parecía ser lo más barato de la carta.

No sabía cuantos trago llevaba ya, cuando mi teléfono sonó, era Aurora.

-Aura, estoy en un hotel cerca de mi casa -dije sintiendo que la lengua se me pegaba-, ¿puedes venir por mí?

-¿Qué hotel? -respondió se escuchaba mucho ruido de fondo- Envíame tu ubicación por favor y dime ¿qué carajos pasó? ¿por qué estas borracha en un hotel?

Recordar por qué estaba aquí tragando mis penas me hizo volver a llorar.

-Duele... -gimotee.

-¿Estás bien?

-No, embarazó a mi hermana -solté-, Kenny estaba engañándome con mi hermana ¿y sabes que es lo peor de esto? Que a mí me dio un puto anillo de promesa porque dijo que nos casaríamos... ¡Mientras se follaba a mi hermana!

Miré el anillo que aun estaba en mi dedo y no pude dejar de gimotear al teléfono.

¿Qué tan descarado podía ser él? Nunca lo conocí realmente.

Cuando Aurora no me contestó, fruncí el ceño.

-¿Hola? -murmuré.

Miré el teléfono y estreché los ojos al ver que se me había apagado porque ya no tenía batería.

¡Lo que faltaba!

Ahora no sabía donde encontrar otra llamada para decirle a Aurora donde me encontraba.

-Hola -un sujeto se sentó a un lado de mí en el taburete-, ¿te ofrezco un trago?

-No, ya no quiero beber más ¿no ves que estoy borracha? -repliqué ofendida y luego murmuré:- ¿Tienes una llamada?

-Ven -dijo ignorando mi pregunta y acercó una copa hacia mí- bebe de esta copa.

Tenía unas burbujas raras que aun en mi estado ebrio las diferencié. No eran normales, de seguro que le había echado algo; no era estúpida.

-No quiero -repliqué y me intenté alejar de él, pero me tomó de la cintura.

-Bebe -insistió.

-No, ¡déjame en paz! -dije pero de repente estaba más cerca de mí, su cara en mi cuello.

-Ven -insistió el hombre resistiéndose a cuando intenté empujarlo para que me soltara pero el alcohol me hacía sentir débil.

-¿Todo en orden?

La voz profunda de un hombre a nuestras espaldas nos hizo voltear, y aproveché su distracción para bajarme del taburete y alejarme del sujeto hacia el enorme tipo de seguridad.

-Este loco quiso drogarme, sáquelo de aquí -le dije al señor.

El señor de seguridad hizo una seña y dos hombres tomaron al sujeto de los brazos y lo sacaron del lugar, respiré aliviada sin embargo todo me daba muchas vueltas.