Yo te amaré

Chapter 13

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.

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Sasuke detuvo su moto y giró la cabeza para ver cómo a Hinata le brillaban los ojos ante la escena. Ella se bajó de la motocicleta y le entregó el casco a ciegas mientras caminaba hacia las luces.

A Hinata le encantaba mirar el agua, era algo que podía contemplar durante horas. Encajaba con ella. Su vida eran las olas que la bañaban, una tras otra. Sasuke solo esperaba poder estar frente a ella.

Hinata se asomó y observó el pastel que les esperaba, antes de volverse hacia él.

—¿Esto fue lo que estuviste haciendo todo el día?

—¿Pensabas que te estaba ignorando? —Sasuke se unió a ella.

El rostro de Hinata se torció incómodo.

—Ahora me siento mal por haberlo estropeado.

—¿Hm? —preguntó Sasuke.

—Itachi-san me llamó hoy a su habitación de hospital para intentar volver a hablar conmigo —admitió Hinata—. Yo... Como que le grité. No me gustó nada que intentara hacerme ver lo enfermo que estaba para forzar mi mano.

«—Ugh, ese bastardo.»

—Maldita sea. Tiene que arruinarlo todo.

Hinata agachó la cabeza.

—Pensando en eso ahora, lo lamento. Probablemente, no debería haber ido cuando llamó.

Hinata siempre cargaba con la culpa. Era tan noble, eso le molestaba, quería molestarse con ella por aceptar la culpa, pero no quería que Hinata pensara que estaba enfadado con ella y no con su hermano.

—Esto no es culpa tuya. Itachi solo eligió el peor momento.

—Aún podemos disfrutar esto —Hinata se apoyó en la barandilla—. No quiero desperdiciar todo tu trabajo.

—Sí, pero ahora creo que no quiero hacer lo que tenía planeando —admitió Sasuke, acercándose al collar que le había regalado. Hinata lo miró mientras él deslizaba el colgante hacia arriba, revelando el anillo que había dentro—. Pensé que sería una forma bonita de darle un propósito más formal al collar.

Las manos de Hinata sustituyeron a las suyas mientras examinaba el anillo con interés.

—Creía que era un medallón —murmuró mientras su rostro se ponía rojo, dándose cuenta de que realmente había un propósito en el regalo que le dio bajo aquel árbol.

—Pero tendré que idear otro plan ahora que Itachi lo ha estropeado —Sasuke resopló, apoyándose en la barandilla junto a ella.

—No pasa nada. Podemos decirle a todo el mundo que fue diferente —Hinata canturreó, jugueteando con el anillo entre los dedos—. De todas formas, no es real —susurró.

Esas palabras golpearon a Sasuke en el pecho. Ella pensaba mucho en eso. Podía verlo en su rostro cuando su sonrisa flaqueaba o el brillo de sus ojos perdía intensidad cuando el momento se desvanecía. Siempre se le hacía un nudo en el estómago al ver cómo sus ojos parpadeaban al darse cuenta y se volvía para distraerse.

Hinata deslizó el dedo sobre el anillo, desolada, deseando amor, tal como el día en que hicieron el trato.

¿Era ella la idiota o era él?

Sasuke solo quería quitarle esa mirada. Se apartó de la barandilla, poniendo las manos a ambos lados del rostro de ella y bajó la cabeza para besarla.