glimpse of us

Página tres

"Me gusta mi trabajo de oficina", recuerdo que una vez dijiste y yo me sorprendí.

Siempre creí que tu futuro aspiraba a más que trabajar toda una jornada en un cubículo como subordinado. Pero te gustaba y eso lo admiro.

Alguien en la oficina ha dicho lo mismo que tú, es por eso que lo recordé. No me malinterpretes, no estaba espiando. Han transferido a nuevos empleados desde otras filiales y los han situado alrededor de mi espacio. Es por eso que he cachado la memoria.

Es triste. Que en la más mínima situación me encuentre con tu recuerdo...

ㅡ ¿Gerente Moon? ¿Tiene un momento?

Moon Hye Min cierra el cuaderno y lo deja en un lugar apartado de su escritorio para girarse hacia la voz que le llama, encontrándose con tres hombres trajeados mirando en su dirección. Los nuevos.

ㅡ Dígame director Choi, ¿en qué puedo ayudarle?

ㅡ Permítame presentarle a sus compañeros de departamento, Yang Jungwon, supervisor de procesos y Park Sunghoon, analista. Ambos están a cargo del nuevo proyecto y vienen directo de la jefatura. Cualquier duda o apoyo que necesiten, pueden acercarse con la señorita Moon, sabe más de lo que sucede en este piso que yo.

La mirada de Hye pasa de su jefe al joven más bajo. Sin necesidad de sonreír con los dientes, se le ve un hoyuelo adorable, traicionando su postura profesional. Sonriendo y saludando de mano, su mirada cae en la del último mencionado y retiene un suspiro.

El hombre es atractivo de pies a cabeza, sin necesidad de admirarlo. Su piel blanquecina no opaca su brillante sonrisa, sus cejas prominentes realzan su mirada gentil y como bendecido por la naturaleza, los lunares salpicados en su rostro suavizan sus facciones puntiagudas. La admiración es mutua mientras se estrechan la mano.

ㅡ Es una señal para que se pasee más por aquí, director. ㅡ a regañadientes mental, Hye devuelve su mirada a su jefe intentando no caer en la atracción del hombre más alto.

Con risas y reverencias, todos vuelven a sus respectivos puestos. Hye se disponía a retomar su escritura cuando un ligero toque en su hombro la detiene. Era el supervisor Yang.

ㅡ Lamento interrumpirle gerente Moon pero me gustaría saber un poco más sobre el ambiente aquí, ¿le apetece salir a comer y discutir sobre el tema?

No había razón para negarse, de todas maneras hablábamos del supervisor del nuevo proyecto en su departamento. Asiente sonriente y nuevamente guarda el cuaderno para disponerse a tomar sus pertenencias cuando Yang se acerca al otro hombre.

ㅡ ¿Vienes Park? ㅡ el más bajo deja su mano en el hombro del contrario y Hye alza la ceja.

»Al parecer son cercanos«, piensa ella.

Sin embargo no se preocupó. La invitación debía ser por compromiso por supuesto pues, al ser analista de operaciones, no había necesidad alguna de ser parte en una charla sobre el clima laboral y las interacciones entre compañeros. Su función era realizar estudios, brindar información y recomendaciones a la empresa, para nada el factor humano.

Es por eso que Hye no evita ocultar su sorpresa al ver al blanquecino tomar su saco y caminar en dirección a la salida, siendo seguido por el de hoyuelos.

Interesante.

(...)

Nunca la hora de comida había sido tan divertida.

Para sorpresa de todos, tenían mucho en común. La plática había comenzado con fines meramente de trabajo sin embargo, al tomar confianza la charla se desvió a temas más coloquiales. Es así como Hye descubrió que Sunghoon y Jungwon se habían conocido en la universidad y tenían uno y dos años menos que ella respectivamente.

ㅡ Entonces, ¿te llamamos noona? ㅡ ambos hombres ríen al ver como la joven se ahoga ligeramente con su bebida.

ㅡ ¡No se atreva supervisor Yang!

ㅡ Está bien, está bien, creí que ya habíamos pasado las formalidades... Hmmm, ¿qué te parece Hyemin-ssi?

ㅡ Sigue sin gustarme. Puedes simplemente llamarme Hye, no soy exigente con los honoríficos. ㅡ la mujer le da una mirada carismática a ambos pero el más alto no regresa el gesto.

ㅡ Me temo que para mí sí, Hyemin-ssi. Si me lo permite, le llamaré de esa manera. Mi moral no me permite ser tan informal con compañeros del trabajo.

Tanto como Hye y Yang quedaron boquiabiertos. Parecía que había hablado un príncipe y no un simple analista novato.

ㅡ Discúlpalo Hye-ssi, Hoon tiene problemas de confianza. ㅡ ambos rieron.

ㅡ ¡Eso no es verdad! ㅡ por primera vez en el día, el rostro del más alto se tornó de otro color que no fuera blanco.

ㅡ ¿Hoon? Me gusta. ¿Puedo llamarte así?

Era muy atrevido. Apenas lo conocía y el hombre no había intercambiado muchas palabras con ella. De todas maneras, algo le indicaba que la propuesta no era tan descabellada. Con él... se sentía diferente.

Y lo confirma cuando el castaño acepta asintiendo mientras mira hacia otro lado, aún sonrojado.

(...)

Lamento no terminar mi relato. Fue un día ocupado. Uno de esos días en donde sales con una sonrisa camino a casa. Sin embargo, siempre estás ahí. Presente.

Me gustaría verte sonreír en este instante. Eso haría acabar mi día con plena felicidad, porque siempre eres tú.

Siempre tú.