NCT imagines ₊˚⊹ ᰔ

₊‧°𐐪♡𐑂°‧₊Jaehyun

Sus ojos te seguían mientras te movías al rededor con una sonrisa en su cara. Era una maravilla para él lo llena de vida que estabas constantemente. Aquí estabas, disfrutando el karaoke con los demás, un Jungwoo completamente borracho que te acompañaba arrastrando las palabras mientras tú estabas completamente sobria. Él daba vueltas por el sitio, se apoyó en el marco de la puerta mientras observaba, su naturaleza protectora asentándose mientras bebía de su vaso de lo que fuera que le habían puesto al zumo de la fraternidad. Si le hubiesen dicho hace un año que, el famoso chico de la fraternidad terminaría en esta situación con una de las estudiantes 'idol', se hubiera reído. Aún así ahí estaba, completamente pillado de ti y con una sonrisa de enamorado en la cara.

Se rio suavemente del intento patoso de Jungwoo de llegar a la nota alta, saliendo de la sala de estar de camino a la cocina, buscando en los armarios y el frigorífico. Cogió un vaso de whisky, se lo echó a palo seco y te hizo una bebida de cocacola, sabiendo que prefieres no beber.

—Ey, ángel. —murmuró mientras sintió tu presencia tras él, tus brazos tratando de enrollarse en su cintura. Dejó su bebida antes de darse la vuelta, moviendo tus manos a su cuellos y descansando sus manos en tu cintura. Estaba completamente perdido en ti. Su mente le gritaba, eres muy dulce y pura para él. No te suele gustar la atmósfera de las fiestas como a él y a sus amigos, pero aún así viniste. A pesar de tu apariencia inocente, obtenías mucha atención de otros, Jaehyun estaba completamente al tanto de las fuertes miradas que recibías de sus hermanos de la fraternidad. No iba a mentir a nadie, le molestaba un poco, el pensamiento de que pudieran tener una oportunidad contigo. Era muy posesivo.

Murmuraste, escondiendo tu cara en su cuello mientras acariciaba suavemente tu cabeza, sus dedos pasando gentilmente por tu pelo.

—¿Estás bien? —te preguntó con una pequeña sonrisa en su cara mientras veía tu estado somnoliento.

—Con sueño. —murmuraste, plantando besitos en su cuello, jugando con él con inocencia. Se rio. No había nada de inocente en la manera en la que estabas actuando, sabías perfectamente lo que le estabas haciendo, igualmente aún era muy puro. Te abrazó más fuerte, no dejándote escapar fácilmente de él.

—Estás jugando con fuego. —bufó, su respiración entrecortándose mientras sus ojos se oscurecían de lujuria.

—No sé de qué estás hablando. —te reíste suavemente, con tus manos descansando en su pecho, moviéndose de arriba a bajo. Arqueó una ceja, agachando su cabeza así que vuestras caras estaban a centímetros. Sus manos apretaron su agarre en tu cintura, dejándote claro que no te ibas a ir.

—Eres demasiado buena conmigo. —te susurró, mirándote a los ojos fíjamente—. Vamos a hacer esto fácil para ti. —susurró, manteniéndote pegada a él—. Sigue haciendo lo que estás haciendo y no podré contenerme. —gruñó.

—Quizás deberías llevarme a tu cuarto. —murmuraste con una sonrisa coqueta en tu cara, sabiendo que estaba agitado. Todo su cuerpo se puso con la piel de gallina, la sangre inundando todo su cuerpo con lujuria sofocante. Ese pequeño susurro tuyo fue suficiente para volverlo loco.

—Quiero... —su voz era un susurro ronco, su respiración atascándose en su garganta y su nariz dilatada—. Pero dudo que pueda contenerme o contenerte. —admitió mientras te miraba, su agarre sobre tu cintura sin aflojarse ni un momento.

—No te contengas.

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—¿Cuál es tu problema? —le preguntaste, tu cara era indescifrable.

Se mantuvo callado un rato hasta que tomó una profunda bocanada de aire. Había estado evitándote por días, esperando que te olvidaras de ello. Se tuvo que decir a sí mismo que no significaba nada al final. Que tú solamente eras otra chica con la que estaba. Pero cuando estaba contigo su cuerpo iba en automático. Su mente y corazón estaban completamente consumidos ante el pensamiento de ti. Él no sabía cómo reaccionar. Ni siquiera encontraba su voz mientras te veía en silencio. Se sentía muy débil ante ti. Muy débil.