Episodio 7: La gran final y un sacrificio heroico

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Llega el día de la gran final del torneo regional. Los jugadores de los dos equipos están en el túnel de vestuarios, preparados para salir al campo de juego. La tensión se palpa en el aire.
Tanjiro: (Con determinación) ¡Este es el partido de nuestras vidas! ¡Démoslo todo!
Zenitsu: (Nervioso pero decidido) ¡Sí, Tanjiro! ¡No podemos perder!
Genya: (Confiado) ¡Ganaremos este partido!
Inosuke: ¡Quiero patear la pelota con fuerza!
Tomioka: (Serio) Recuerden lo que hemos entrenado. Jueguen con inteligencia y aprovechen cada oportunidad.
Los jugadores salen al campo y son recibidos por una gran ovación del público. El partido comienza y ambos equipos se enfrentan con gran intensidad. El juego es parejo y ninguno de los dos equipos consigue tomar ventaja.
Tanjiro: (Corriendo por la cancha) ¡Tengo que encontrar un espacio para disparar!
Zenitsu: (Esquivando a los defensores) ¡Dejamelo a mí, Tanjiro!
En el minuto 80, el equipo rival marca un gol tras un descuido de la defensa de la Academia Kimetsu. El marcador se pone 1 a 0 a favor del equipo rival.
Tanjiro: (Furioso) ¡No podemos rendirnos! ¡Tenemos que empatar!
Genya: (Motivando a sus compañeros) ¡Sí, Tanjiro! ¡Todavía hay tiempo!
Inosuke: ¡Quiero marcar un gol!
El equipo de la Academia Kimetsu ataca con ferocidad en busca del gol del empate. Tanjiro, Zenitsu y Genya combinan pases y movimientos con gran precisión. Finalmente, en el minuto 85, Tanjiro recibe un pase dentro del área y marca un golazo con un potente disparo.
¡Gooool!
El marcador se empata 1 a 1. El estadio estalla en júbilo.
El partido continúa con ambos equipos buscando la victoria. En los últimos minutos del partido, el equipo rival tiene una oportunidad de gol, pero el portero de la Academia Kimetsu logra detener el disparo con una espectacular atajada.
Es el minuto 90. El árbitro pita un tiro libre a favor de la Academia Kimetsu a pocos metros del área rival. Zenitsu se prepara para cobrar el tiro libre.
Zenitsu: (Concentrado) ¡Esta es mi última oportunidad! ¡Tengo que marcar!
Zenitsu cobra el tiro libre con gran potencia. El balón vuela hacia el área rival y Tanjiro, desesperado por marcar el gol de la victoria, salta de palomita y logra conectar con la pelota. El balón impacta en la red y... ¡gooooool!
¡Gooool!
¡La Academia Kimetsu ha ganado el partido!
El estadio enloquece. Los jugadores de la Academia Kimetsu celebran su victoria con abrazos y gritos de alegría. Tanjiro, exhausto pero feliz, cae al suelo. De repente, siente un fuerte dolor en la frente. Se ha golpeado con el poste al marcar el gol de la victoria.
Kanao: (Preocupada) ¡Tanjiro! ¡Estás herido!
Kanao, la ayudante del equipo, corre hacia Tanjiro y lo atiende. Tiene una herida en la frente que sangra profusamente.
Tanjiro: (Sonriendo a pesar del dolor) No te preocupes, Kanao. Estoy bien. Lo importante es que hemos ganado.
Kanao: (Le limpia la sangre de la frente) Eres un héroe, Tanjiro. Has salvado al equipo.
Mientras Kanao atiende la herida de Tanjiro, el árbitro pita el final del partido. El equipo de la Academia Kimetsu estalla en júbilo. Los once jugadores en la cancha y los que estaban en la banca se abrazan y celebran su victoria. Tanjiro, todavía un poco aturdido por el golpe, se une a la celebración con una sonrisa.
Kanao termina de vendar la herida de Tanjiro.
Kanao: (Preocupada) ¿Te duele mucho?
Tanjiro: (Sonriendo) No te preocupes, Kanao. Estoy bien. Solo estoy un poco cansado.
Kanao: (Le da un beso en la frente) Descansa un poco. Te lo has ganado.
Tanjiro se sonroja por el beso de Kanao. Se siente feliz y afortunado de haberla conocido.
Los jugadores de la Academia Kimetsu suben al podio para recibir sus medallas. El capitán del equipo recibe el trofeo que acredita a la Academia Kimetsu como campeona del torneo regional.
El equipo celebra su victoria en el vestuario. Todos están muy contentos y orgullosos de haber logrado su objetivo.
Tanjiro: (Levanta la copa) ¡Brindo por nuestro equipo! ¡Somos los mejores!
Todos: ¡Salud!
Los jugadores de la Academia Kimetsu beben y cantan, disfrutando de su momento de gloria.
Tanjiro y Kanao se despiden del resto del equipo y se van juntos a casa.
Tanjiro: (Sonriendo) Gracias por todo, Kanao. No lo habría logrado sin ti.
Kanao: (Sonrojada) De nada, Tanjiro. Me alegro de haber podido ayudarte.
Tanjiro y Kanao se miran a los ojos y se sonríen. En ese momento, ambos saben que lo que sienten el uno por el otro es algo más que amistad pero eran muy tímidos para admitirlo.
Fin del capítulo 7.

Tanjiro el sueño de ser futbolistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora