Parte 5.

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No fue solamente el repentino movimiento que Gemini empleó para desabrochar mi pantalón y bajarlo mínimamente lo que me dio un tremendo estremecimiento de placer, sino el extraño y el intenso tono que logré descubrir en su voz. Fue casi como una amenaza, una amenaza que está dispuesto a cumplir, y que yo estoy dispuesto a soportar.

Tensé mis músculos y apreté la mandíbula cuando los largos dedos de Gemini iniciaron suaves caricias en mi erección por sobre la tela del bóxer. No me ayudaba el hecho de seguir sintiendo su respiración detrás mío, su pecho estaba pegado a mi espalda, sus brazos estaban rodeándome simulando una jaula, simplemente para no dejarme ir.

Pasé mis manos por sus ante brazos, que me abrazaban a mis costados, hasta llegar a sus muñecas, no sé si él comprendió el acto o si yo intenté de verdad comunicarle algo, pero su mano tomó con firmeza mi miembro aún con el bóxer puesto. Aferré mis manos a sus muñecas y cerré los ojos, agradecí infinitamente que no estuviera mirándolo frente a frente, porque esto comenzaba a reflejarse en mí más de lo que yo esperaba.

─ No me sujetes. No podré hacerlo bien si me sostienes así. ─ Gemini quitó mis manos de sus muñecas y logró meter su mano dentro de mi bóxer. Dejé ir un jadeo cuando la calidez de su mano me cubrió placenteramente.

Ahogué con toda la fuerza de voluntad que aún me quedaba un fuerte gemido, no estoy listo para perder la dignidad, esperaré un poco más.

Mi mente no dejó pasar desapercibido el tono tan autoritario que empleó en su orden, ni tampoco el efecto que ocasionó en mi cuerpo. Es como si todo de mí estuviera de acuerdo en obedecerle, y el hecho me resultaba increíblemente poderoso sobre mí, porque su orden me gusta, su tono me pone alerta, todo de él tiene una autoridad sobre todo de mí que me hace dudar demasiado, pero me hace sentir muy bien.

─ ¿Quieres que hablemos del curioso cuestionario que le hiciste a Ohm, mientras te masturbo?

Fruncí mi rostro, intenté ordenar mis ideas y pensé en su pregunta... oh, maldito traidor. Yo sólo le pregunté a Ohm unas cuantas cosas acerca de sexo sin compromiso o cómo desaparecer de la vida de un amante para no verle la cara nunca en la vida de nuevo, claro, sin que este se entere. No sé cómo supo que hablaba encubiertamente de Gemini, tampoco sé cómo confié en él, estúpido Ohm.

─ N-No, no digas su nombre... mientras hacemos esto... d-demonios, Gemini. ─ Ohm sabrá lo que es tener un bonito moretón en su cara después de esto. ¿Cómo fue capaz de contarle a Gemini? Qué amigo, no le contaré nada jamás, que se meta sus pinky por el culo.

─ ¿Por qué no dejaste que yo solucionara tus dudas?... ─ Podía sentir la maldita sonrisa de Gemini sobre mi hombro, disfrutaba de las reacciones, disfrutaba de su control, disfrutaba de tenerme así, simplemente lo hace y es que es Gemini, él debe tener el control sino, todo está mal... y bueno, yo soy Fourth, me tiene bajo su control.

─ Porque, porque eres un tonto...

Gemini rio ronco. A propósito pasó su dedo índice por la cabeza de mi miembro, llevándose la humedad que ahí se había estado formando por sus caricias y con ello un jadeo un poco desafinado de mi garganta, cuando resbaló su mano por mi largo tuve que tapar mi boca con mis manos para retenerme, incliné mi cuerpo hacia el frente alejándome de la espalda de Gemini e ignoré sus burlas.

─ No te cubras. Así no es divertido ─ Ignoré su oración y suspiré contra mi mano, esto de que me esté masturbando y riéndose de mí al mismo tiempo, no me gusta, pero es tan de él. ─ ¿No te descubrirás?

Antes de que pudiera replicar, o tan siquiera apartar por mi propia cuenta la mano de mi boca, Gemini se adelantó y me volvió hacia él, no me alcanzó el tiempo para mirarlo a los ojos cuando ya estaba boca arriba sobre la cama. Oh, la cama. Esta cama, su cama.

Parasomnia | GeminiFourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora