FOR THE NIGHT

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Cae la noche una vez más, ¿acaso esto no va a acabar jamás?. Es como subir y bajar una escalera sin tener fin. Duele de solo pensar que por el resto de mi vida, esto será rutina.

El escandaloso sonido de los chicos saliendo de los salones me tuvo sin cuidado, tome rápidamente mis cosas y volví a salir de clase para no ser interrogado por nadie más. Quería tener cero contacto con mis compañeros.

Tome el metro de vuelta a casa, volví a llorar durante unas cuantas estaciones hasta que llegue a mi casa, mi madre me esperaba con una cara enrojecida, parecía que algo malo había hecho. Una bofetada de su parte me despertó de cada pensamiento que pudo haber llegado a mi cabeza, acaso, ella... ¿Me odia?.

– ¡Quiero que me expliques porque siempre tienes esa maldita cara, parece que tienes días llorando, me llamaron de la escuela, sigues causando problemas!.– Pequeñas lagrimas resbalaban de mis mejillas, quería decirle mil cosas y decirle que todo esto era culpa de ella y mi papá. Acertaste, no sirve de nada decir eso.

– Te dije hace tiempo que sentía mucho ser así, no volvere a hacerlo.– Pase de largo dejándola atras, escuchando como lanzaba todo a su alcance, esto no me cae de extraño, siempre es la misma historia.

Me tumbe en la cama, cerré con fuerza mis ojos y entre sollozos desconsolados quedé dormido, la tarea no solía importarme en ese momento, solo queria escapar de todo el alboroto que paso durante el dia. Es de noche ahora, quiero escapar de mi realidad. Quiero ser libre. Quiero ser... Yo.

De un brinco desperte, mire mi celular, eran 2:30 am, frote mis ojos y me levanté de la cama, con algo de dificultad tomé mis libros y libretas para hacer la tarea. Me desvelaré está noche, ya no importa nada más.

Esto es... Solo una de mis tantas rutinas...  durante la noche. El café y el frío eran mis únicos compañeros en esos momentos, los más fieles amigos jamás vistos, un mensaje hizo que mi celular vibrara por un corto tiempo, cuando lo revise era de un chico de mi escuela, y si, me gustaba. ¿No es raro eso?, el marginado de clase enamorado de un chico popular, genial.

– Hola, ¿sigues despierta?.– Obviamente le contesté de forma divertida, diciendo que el muerto de la casa le contestaba, porque yo estaba dormida.

Pasamos la noche entera hablando hasta el amanecer, realmente el chico llamaba algo de mi atención. Sin saber que eso iba a ser perjudicial para un tiempo más adelante. Pero para no hacer el cuento más largo, nos hicimos novios, salimos por unos cuantos meses, nos veíamos seguidos, dejo de prestarme interés, le ofrecí todo lo que tenía, le di mi vida entera y sin más el continuo con su vida. A más de una persona las a pasado esto, lo sé. Duele. El primer amor siempre suele doler. Yo creí que todos los hombres eran diferentes, resulta que no todos pueden ser caballeros. No en un mundo como este, ¿y donde está papá?, seguramente no me importo, sabía que no es una persona al cual confiarle esto, no valía la pena siquiera intentar seguir esperando algo de él. Es un papá idiota, pero lo amo.

Amo a personas idiotas, por eso no supe escojer jamás a un chico, siempre creí que podrían salvarme y aceptar lo que yo seguramente odiaba de mi, pero que más da. Al diablo los hombres. Solo los estúpidos.

𝙿𝚊𝚙á 𝚜𝚎 𝚏𝚞é.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora