Capitulo 1.

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El elegido.

Hace más de 10 años, había un emperador que estableció la paz con el continente selvático vecino de Sigma (Bronce), Cutem (Gema cortada), cuyos habitantes, considerados poco refinados, habían hecho la guerra con Sigma desde el inicio de la creación de estos reinos. El buen emperador de aquel entonces no solo trajo paz al trono, sino que sano la enfermedad y sacio el hambre de todo el pueblo de Sigma.

Sin embargo, una noche, una temible criatura proveniente de Cutem, entro en la habitación del emperador y lo pico con su aguijón venenoso, dejándolo en un coma eterno, del que los sabios del pueblo trataron de regresar, sin éxito.

En los años siguientes, los habitantes de Cutem llegaron a Sigma y se mezclaron con los habitantes de Sigma, trajeron desorden y enfermedades, y todo el trono cayó en una etapa oscura de la que seguramente nunca se recuperaría.

Después de que el emperador fuera picado por el mono, los sabios se unieron para crear la Orden, una sociedad secreta que gobernaría Sigma desde las sombras. Crearon una guerra salvaje procurando encontrar a un nuevo emperador que gobernaría a todo el trono bajo sus órdenes.

Los miembros de la Orden eran personas inteligentes y talentosas que vivían recluidas en el palacio real y que llevaban puesta siempre una larga túnica negra a donde quiera que fueran.

Para hacer su voluntad, crearon la Policía Secreta, un fuerte ejército de soldados obedientes y bien preparados.

En la guerra, un grupo de jóvenes de distintos estratos sociales son enfrentados hasta que uno solo sobreviva, que se convertiría en el nuevo emperador, algo que ha pasado, todos los que han ido a la guerra mueren.

Esa es la versión de la historia que todos conocemos, que tal si en realidad no ocurrió así, Sigma esta dividió en cuatro grupos Dseda, Zeta, Kappa y Lambda.

En Dseda viven Jóvenes privilegiados de clase alta, hijos de ricos empresarios o poderoso políticos. En Zeta los jóvenes estudiantes de clase media. En Kappa viven los Jóvenes obreros que deben trabajar para ayudar a sus familias con carencias extremas, y en Lambda los Jóvenes huérfanos que viven en las calles.

El trono de digma es una tierra tecnológicamente avanzada, pero atrapada en una forma social medieval, un mundo sombrío hecho de casa grises, calles sucias y contaminadas y llenas de violencia y corrupción, cuyo emperador murió hace una década debido a la picadura de un mono escorpión, una criatura de color marrón y tamaño mediano con un espolón venenoso en la cola.

Después de una oscura época sin emperador, los sabios del pueblo formaron una sociedad secreta con el fin de encontrar a un joven que se convirtiera en el nuevo líder de Sigma, una vez que ganáramos la guerra contra Cutmen. Pero el emperador debería ser alguien de verdad especial y con la capacidad sino de gobernar a un pueblo, de gobernarse a sí mismo.

—Mañana va a ser un excelente día para estudiar ¿no crees Norman? — Me decía Andy mientras paseábamos por la calle, el viejo semáforo estaba rojo.

—Si no llueve tanto como ahora, creo que sí — Digo mientras le arreglo la camisa para entregarlo a sus padres. Ellos vivían en la zona millonaria de Sigma.

El pequeño niño de ojos azules era mi pupilo para parte de mi formación en la Escuela de Sigma. Ser uno de los mejores alumnos en la escuela me dio la posibilidad de enseñarle a los demás. Los profesores me lo daban a cambio de créditos extras. El niño era cinco años menor que yo, además de hiperactivo; pero le había agarrado cariño y satisfacción al ver su sonrisa cuando le leía historias del mundo antiguo.

La sociedad estaba al borde del colapso así no tenía que demorar en entregar a Andy a su casa. Sus padres eran parte de los consejeros del ahora extinto emperador, hace dos semanas ha habido una reunión en el Consejo acerca de que nos deparará el futuro. Sigma ya no podía continuar en guerra.

—Querido llegas sano a casa. —Dijo la abuela de Andy mientras abría la puerta— Las lluvias se pondrán más fuertes más tarde.

—No se preocupe señora Thompson —. Dije a la abuela de Andy mientras me abría la puerta y abrazaba al chico.

—Tienes razón querido.  —Decía mientras se sacaba al niño de encima— Quiero decir, el niño de una de las familias más prometedoras de Sigma. Los Hanks no tienen nada que temer ¿no? Tus padres deben estar orgullosos de tener a alguien tan guapo e inteligente para decidir sobre el futuro— Dice mientras me invita a pasar, pero yo la rechacé.

Me gustaría pensar que lo que dice de mí es verdad, pero yo soy el que está hecho de mentiras.

La estación de trenes a vapor estaba cerca de la casa de Andy. Y las personas de la zona alta Sigma usan sus abrigos impermeables mientras yo me empapo hasta llegar a la boletería y entrar a esperar. La gente se veía con consternación últimamente, el futuro heredero no se había presentado a la sociedad.

¿En qué me importaba eso? En no mucho creo yo, sólo tenía que preocuparme por ser lo suficientemente listo para sobrevivir a la guerra.

Soy solo un estúpido huérfano que con su estúpido hermano adicto al opio trata de sobrevivir a base de robos. Ambos fuimos abandonados y tenemos un techo gracias a que sólo robé algunas monedas del banco a nombre del ahora difunto monarca, además de robar las identidades de dos hijos de una familia noble extinta, los Hanks.

¿Yo causé la tragedia del pueblo? Ni de coña, pero al menos así mantenían mi vida tranquila y la del adicto también, aunque prácticamente la policía siempre lo dejaba en el basurero. No creía que nadie me tuviera en la mira por otra cosa que no sea

O al menos eso yo pensaba.

Esperaba a que viniera el tranvía para llevarme a la aldea, mientras un pequeño con cara mugrienta me ofrecía un periódico anunciando una conferencia de los Sabios televisada para esta noche.

—Descuida. —Le digo mientras le devuelvo el periódico y le pago dos monedas de plata— Sólo toma esto para tu familia, no quiero que el tifus venga por ustedes, come algo. —Hablo mientras le acomodo su gorra sonriéndole; provocando así que él se fuera apresurado.

—Bien hecho sujeto, asustando a la juventud. —Escucho a mí atrás, sintiendo una mano en mi bolsillo de mi suéter. Estaba listo para atacar, aunque nadie en su sano juicio se atrevería a tocarme en frente de tanto público.

—No creo que te atrevas basta— Dije antes de darme cuenta de que no había nadie. Nadie estaba atrás mío y nadie parecía haberse percatado a si quiera hablarme.

Pero el papel en mi suéter decía lo contrario

"Te vemos" decía con un símbolo extraño. Parecía de la corona, pero tenía demasiadas diferencias. Entonces el tren apareció y las puertas se abrían: el mismo símbolo en las ventanas exteriores.

Sabía que algo no andaba bien, y mi curiosidad era demasiado grande para aguantármelo.

Llegué a mi antigua casa, sólo para la visita semanal a mi hermano Gregory. La puerta estaba abierta, así que supuse que el adicto había llegado o la policía lo había dejado, no me importaba. Dejé mis libros en mi escritorio y me cambié a una ropa más cómoda en lugar del uniforme. Una camisa a cuadros del adicto y mi gorro, con unos pantalones de siempre por supuesto.

Después tiré el papel en la mesa de la cocina, esperando el anuncio de los Sabios como el resto del pueblo. Sólo para despejar mi mente, claro. La lluvia empezaba a sonar demasiado fuerte y el sueño me vencía, pero tenía que descubrir que significaba el papel y por qué se parecía a la Corona.

—Mi libro favorito. —Digo mirando a un ejemplar de Orgullo y Prejuicio en mi mesa— Leerlo podría hacer que el tiempo pase más rápido para las 10 pm, hora del anuncio, sólo son dos horas— Dije ilusionada, y deseoso de encontrar respuestas.

Lástima que después de eso mi mente estuvo en blanco. El olor a naftalina y a rosas me hacía dormir mientras que la manija de mi habitación se abría.

"El es al que necesitamos" dijo una sombra alta y oscura mientras me levantaba, luego todo se volvió oscuridad.

Desperté en un cuartel, junto a varios chicos al lado mío y una cámara en frente.

Junto a nosotros se hallaba una mesa de gente que no pasarían los 60 años. Todos mirándonos y señalándonos.

Pero al frente de la mesa se leía una frase:

Vivat et oppidum Sigma/ Viva el pueblo de Sigma.

Resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora