Omega

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"Enfréntate a tus obstáculos y haz algo al respecto. Descubrirás que no tienen ni la mitad de la fuerza que crees que tienen."

Norman Vincent Peale.

"Seguir adelante. Los obstáculos rara vez son del mismo tamaño mañana que hoy."

Roberto H. Schuller.



¿Qué podría ser peor?

¿Saber que había tenido un hermano y se lo ocultaron adrede como si no él no valiera algo o tener una pierna aplastada por el camión de bomberos?



Evan Buckley solo miró alrededor, todo comenzó a sentirse frío, como si de repente alguien le hubiera robado los colores y sonidos a su película personal. Su cuerpo se estremeció, el dolor fue insoportable, la punzada en su pierna se replicó en su vientre. Miedo. Tembló apretando sus puños, jalando aire, tratando de mantenerse sereno. Quiso hacer memoria de si había tomado su medicamento y por eso sentía ese bajón, hubiera reído de buena gana porque ese no era el momento para pensar en estupideces.

—¿Sigues aquí, Buck?

—Buck, ¿cómo estás?

La cabeza también le retumbó como si mil tambores de lindas chicas de una banda femenil tocaran al mismo tiempo, levantando su vista a sus compañeros.

—Algo entumecido.

—Pasaré dos vías.

—Piel fría y pálida.

—Bien. Administren bicarbonato de sodio.

—Resiste, Buck-ero.

—Resiste, Buck.

—Oigan, ¿no es...?

Parpadeó lento, le pareció que le tomó como varios minutos hacerlo, su cuerpo no estaba reaccionando igual. Los medicamentos para su TDAH debían haber alterado la química de su cuerpo por el shock traumático, y si no los había tomado, estaban desquiciados. Sí, debía ser eso lo que olfateaban. Debía. Buck jadeó, temblando por el frío no solo del pavimento, queriendo llorar de repente y deteniéndose de hacerlo porque notó que Henrietta y Eddie estaban quietos, mirándose unos a otros en confusión hasta que el capitán Han negó, tomando su radio para llamar por auxilio.

—Habla el capitán de la 118. Probable lesión por aplastamiento. Necesito toda la ayuda para mover este camión y también paso libre al centro de Trauma más cercano.

¿Por qué habían guardado silencio? ¿Por qué sus miradas fueron diferentes? Gimió de nuevo, todos reaccionando como si los hubiera golpeado un rayo. Sus aromas fueron más... fuertes. Otro más se unió, un Alfa.

—¿Cómo va, Chimmey?

—No tenemos tiempo, Cap —Han hizo señas apuradas de algo que no alcanzó a ver— Intentemos levantar esto.

—¡Vamos a levantar esto!

—Bien, debemos intentarlo.

—¡Manos!

—¡Vamos, vengan!

La ansiedad de todos a su alrededor se impregnó en sus aromas, Buck frunció su ceño, incapaz de moverse para ver mejor y entender qué habían visto.

—¡Vengan! Pongan las manos aquí. Levantemos.

—Todos prepárense.

—¿Listos?

Hey, BuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora