Cuando por fin llegó el esperado viernes, Minho se dedicó meticulosamente a su arreglo personal. Cuidó cada detalle, desde el aroma que envolvía su presencia hasta la precisión de su peinado. Aplicó discretamente un toque de corrector para disimular las ojeras persistentes, testigos silenciosos de noches de insomnio.
Después de examinarse en el espejo varias veces, se sintió seguro de su apariencia. Vestido con una camisa blanca impecable y unos pantalones negros de corte elegante, salió de su habitación listo para enfrentar la noche. En la sala, encontró a su esposa, Yinny, luciendo simplemente radiante.
— Lino, por fin estás listo. Todavía podemos llegar a la reservación en el restaurante —exclamó Yinny con una sonrisa que iluminaba su rostro.
Minho no pudo apartar la mirada de los labios rojos de su esposa. Ese tono de labial simplemente le encantaba.
Se acercó a ella, admirándola en cualquier sentido.
— Eres preciosa, Yinny. Ese labial te queda increíble.
Pero Yinny, siempre modesta, no estaba tan convencida.
— No digas tonterías, Minho. Este labial fue una elección al azar. Ni siquiera tenía muchas opciones.
Antes de que sus dudas pudieran crecer, Minho la interrumpió con un beso apasionado.
— No miento, cariño. Te ves perfecta, de verdad.
Así, juntos, se encaminaron al restaurante de siempre. No era el lugar más lujoso, pero tampoco el más económico. Era su refugio, el punto culminante de cada semana en la bulliciosa Londres, donde podían relajarse y disfrutar de su mutua compañía.
El ambiente en el restaurante era acogedor, con luces suaves y música de fondo. Minho y Yinny tomaron asiento en su mesa habitual, disfrutando del momento juntos. Mientras hojeaban el menú, intercambiaban sonrisas cómplices, sabiendo que esta cena era una oportunidad para reconectar y relajarse después de una semana ajetreada.
Pero la tranquilidad de la velada se vio brevemente interrumpida cuando Minho divisó a un joven alto y delgado, de cabellos rubios, adentrándose en el restaurante. Hyunjin Hwang. ¿Qué hacía él allí? Ni siquiera él lo sabía. Pero lo que más intrigaba a Minho no era la presencia de su mejor amigo en el mismo lugar donde cenaba con su esposa, sino que Hyunjin no estaba solo; lo acompañaba otro joven.
El acompañante de Hyunjin era de estatura más baja, de complexión delgada y cabello castaño oscuro. Minho ladeó ligeramente la cabeza, confundido por la escena ante sus ojos. No había nada raro en que Hyunjin estuviera con otra persona, pero lo desconcertante era que se sentara junto a su acompañante en la mesa que estaba casi en la otra esquina del lugar. Aunque este último ni siquiera había notado la presencia de Minho, parecía estar íntimamente ligado al misterioso joven.
Mientras tanto, Yinny seguía hojeando el menú con cierta indecisión. Aunque ya conocía las opciones de memoria, su apetito parecía no despertar.
— Lino, ¿qué vas a pedir? —inquirió Yinny, pero su esposo parecía absorto en la escena entre Hyunjin y su misterioso acompañante.
— Pediré esto —respondió Minho, señalando el menú con un gesto distraído, mientras Yinny asentía y volvía a concentrarse en su elección.
Mientras tanto, Hwang mantenía una conversación amena con el desconocido, la cual, Minho no podía escuchar. La interacción de ambos chicos parecía desconcertar a Minho, como si estuviera presenciando algo nuevo en Hyunjin, pues este sonreía mucho. Entonces llegó el momento en que Hwang tomó la mano del contrario y la acarició con sutileza. Minho casi se ahoga con su propia saliva al presenciar esa escena.
Yinny no pasó desapercibida y notó la inquietud de su esposo.
— Cariño, ¿estás bien? Te noto un poco distraído.
— Estoy bien, solo... de pronto llegó una idea a mi mente.
— ¿Una idea? —cuestionó confundida.
— Sí. ¿Qué pensarías si ves a tu mejor amiga acariciando la mano de otra mujer de la que nunca antes te había hablado?
— ¿Qué quieres decir? ¿Por qué habría algo de extraño? Para ser sincera, algunas veces tomo a mis amigas de la mano, es cosa de chicas —contestó ingenuamente y Minho, no muy convencido de aquella respuesta, solo asintió.
Sabía que Hyunjin y el chico desconocido parecían tener algo oculto. O tal vez solo estaba especulando, ¿qué intentaba pretender?, cuando sabía que Hyunjin jugaba coquetamente con él y ni siquiera significaba nada. Entonces un suspiro salió de sus labios. Su esposa solo lo observó de forma extraña.
Cuando el mesero llegó a tomar la orden, ambos pidieron los platillos previamente seleccionados, disfrutaron de la comida hasta terminarla y disfrutaron el tiempo que pasaron juntos, como la buena pareja que son. Fue una cena buena, no podían pedir nada más.
Mientras Minho y Yinny caminaban de regreso a casa después de la cena, un silencio incómodo se instaló entre ellos. Minho no podía sacarse de la cabeza la imagen de Hyunjin y su misterioso acompañante, y sus pensamientos parecían enredarse en un torbellino de dudas.
Observó de reojo a Yinny, quien parecía absorta en sus propios pensamientos. ¿Qué significaba todo aquello? ¿Había algo más entre Hyunjin y su compañero de lo que aparentaban? Y lo más importante, ¿qué implicaba eso para su propia relación con Yinny?
Una sensación de inquietud se apoderó de Minho, y una pregunta comenzó a martillear en su mente: ¿realmente conocía a Hyunjin tan bien como pensaba?
A medida que avanzaban por las tranquilas calles de Londres, Minho se prometió a sí mismo que averiguaría la verdad.
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Just Kidding - HyunHo
FanfictionMinho, un hombre casado que bromeaba con su buen compañero de trabajo. Hwang HyunJin. Sólo era bromas, sólo estaban bromeando pero algo en los sentimientos de ambos comenzó a cambiar lentamente. - Contenido homosexual - Shipp HyunHo