sorpresas

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Empecé a caminar i Mateo me preguntó que a dónde me dirigía si su auto estaba frente a  nosotros.

Mateo me abrió la puerta y me dijo adelante amor sube y luego sero la puerta y se sento.

Adelante y le pregunté que si había manejado antes y me contestó si muchas veces amor y tú sabes manejar le dije que no.

Y también le dije que ya no era necesario que siguiera fingiendo por qué ya nadie nos estaba viendo.

De repente llaman al teléfono de Mateo y el contesta y de repente colgó la llamada y le pregunté que estaba pasando y me contestó que no me importaba.

Yo le dije ves ese es tu problema Mateo por favor para el auto.

El contrato de mi cuerpo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora