† ℰ𝓅𝒾𝓁ℴℊℴ 𝒶𝓁𝓉ℯ𝓇𝓃𝒶𝓉𝒾𝓋ℴ †

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Había algo hermoso, en las profundas y oscuras aguas del mar. Una metáfora en la sola existencia del océano, que al entenderla te hacía estremecer.

El océano era infinito, a pesar que aveces parecía estar dividido y separado, sus aguas eran una sola... Había días que las tormentas y la agitación en el mar, lo volvía feroz y terrible, y otros días, sus aguas eran tan calmas como el reflejo del cielo mismo.

Aún en todas sus facetas, aún atreves del tiempo, aún pasará quien pasará, el océano perduraba.

Esa era su magnífica metáfora en la vida de las personas: el océano, aún con los desafíos, el tiempo y todo lo que pudiera pasar en el, perduraba.

Yoongi y Jimin, habían entendido esa metáfora mejor que nadie. Por qué a pesar de todo, el tiempo, los desafíos y lo que pudo ponerse en su camino, su amor, perduraba, igual que el océano que surcaban.

Y de alguna manera, todos los sacrificios que habían hecho, el uno por el otro, todo su amor y sentimientos, se vieron materializados.

Cuatro meses después, de haber abandonado la bahía escondida, probablemente para siempre, había visto nacer al fruto de su amor.

Fue una noche tormentosa, el mar se agitaba, el aire golpeaba las velas y los aparejos; las olas cruzaban la borda y mojaban la cubierta. Los marinos corrían de un lado al otro, intentando mantener el barco firme y que pudiera cruzar la tormenta.

Yoongi sostenía el timón y comandaba la nave, la tormenta era bravía, pero el Capitán Min, no se rendía fácilmente.

Jimin permanecía en el camarote y no por gusto, él realmente hubiera preferido estar afuera con los hombres, ayudando en el barco. Pero su gran vientre de embarazo de nueve meses, ya no le dejaba hacer nada.

Además, antes de que entraran en la peligrosa tormenta —unas cuatro horas atrás— había empezado a sentir dolores en el vientre, no le tomo ninguna importancia y se fue acostar.

Más sin embargo, ahora —que estaban en plena tormenta— las cosas habían cambiado. El dolor era insoportable, tomo aire con fuerza, mientras se sentaba en la cama, soltó un grito ahogado y las lágrimas bajaron de sus ojos.

Se estaba empezando a asustar, sintió un líquido escurrir de sus piernas, dándose cuenta finalmente de lo que estaba pasando. Había roto fuente, estaba en medio del mar, en una tormenta, en pleno trabajo de parto.

El diamante rojo se agitaba violentamente por las olas, lo aparejos temblaban, cada que un trueno retumbaba en el cielo. Entre el caos de la cubierta, Jungkook entro al camarote de su capitán, buscando alguna linterna.

–Jungkook– sollozo Jimin, mirando al peli-negro menor, entrar al camarote.

Al escuchar a Jimin llorando, Jungkook dejo lo que estaba haciendo, para acercarse a la cama, batallando bastante, por el movimiento del barco.

–¿Jimin-hyung?, ¿Estás bien?– pregunto preocupado, mirando el rostro rojo del menor y las lágrimas que caían en sus mejillas.

–J-Jungkook, b-busca a Tae o a Jin...– pidió Jimin, apenas pudiendo hablar –d-diles que... estoy dando a luz, ¡Ah!– apenas pudo decir, antes de soltar un grito desgarrador de dolor –¡Rápido!.

Jungkook abrió los ojos, ante lo que Jimin había dicho y cuando lo proceso, salió corriendo del camarote.

Resbalo en la cubierta por el agua, chocando con Namjoon.

–¡Amor!, ¿Que pasa?– pregunto Namjoon.

–¡Necesito a Tae o a Jin-hyung!, ¡¡Ahora!!– pidió el menor desperado.

🍁 𝓔𝓵 𝓣𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮 𝓜𝓲𝓷 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓰𝓲 🍁 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora