🍊 Oranges 🍊

39 5 4
                                    

Había pasado cerca de un mes de su último encuentro con aquel jugador y la verdad es que el estrés que le traían las abrumadoras largas horas de estudio debido a lo cerca que se encontraban las evaluaciones de la mitad de semestre solo hacían que su mente se dirigiera una y otra vez a pensamientos que solo lograban distraerlo e irritarlo un poco más logrando así solo incrementar sus inminentes ganas de volver a encontrarse con el desconocido chico fornido de rasgos gatunos, por lo que decidió apagar las luces de su dormitorio y recostarse un rato pues estar largas horas sentado en ese incómodo escritorio ya le estaba pasando factura, pues sentía cada músculo de su esquelético cuerpo engarrotado, pues los últimos días estaba tratando de devorar artículos, reportajes y libros por lo que sí, sin duda se estuvo saltando la mayoría de las comidas y apenas lograba comer a veces un yogurt con alguna barrita de cereal si le iba bien y si no solo alguna manzana o alguna fruta que tuviera en su refrigerador a punto de pudrirse y en el peor de los casos sobrevivía a base de agua cuando se le acababan incluso las bebidas energéticas y no tenía las fuerzas suficientes para atravesar todo el campus en busca de la cafetería o alguna máquina expendedora.

Pero sin duda ese día en específico no era el  de Jisung pues por más que se removía de un lado a otro haciendo berrinches y pataletas lanzando maldiciones y patadas al aire, no logró conciliar el sueño hasta ya muy entrada la madrugada y lo peor  fue que los pocos minutos que pudo dormir tuvo que tener un jodido sueño húmedo con aquel chico que encabezaba cada uno de sus pensamientos los últimos días.

Vaya desgracia, una noche totalmente desagradable que cualquiera podía deducir sin preguntárselo tan solo con mirar su demacrado rostro que se encontraba más pálido que una hija de papel, con los ojos hinchados por no haber podido dormir hace días y sobre todo con unas bonitas ojeras decorando el contorno de sus lindos ojos color chocolate.


Por otro lado, un musculoso jugador no distaba de estar en la misma situación reproduciendo una y otra vez en su mente la frase nada es sin igual sin tus ojos marrones y no precisamente porque se la hubiese pasado acribillado estudiando para sus próximos exámenes pues a duras penas había logrado entrar a un par de clases ya que había tenido entrenamiento cada día casi desde que el sol salía hasta que volvía a esconderse y claramente los maestros no podían interferir en ello, demasiado ocupados también en planear sus próximas pruebas y atormentando a sus alumnos con montones y montones de trabajos, ensayos, lecturas y sus típicas frases de presten atención que esto podrá venir en la evaluación.

Razón por la cual aquella mañana cierto chico de ojos castaños iba desinteresadamente viendo el piso con ganas de que se abriera una zanja a mitad del camino y lo engullera por completo mandándolo a una realidad muy distinta de la que se encontraba, hasta que chocó con alguien que lo hizo mirar a todos lados desconcertado pensando en qué momento habían tomado un rumbo diferente al que necesitaba, pero ver un montón de flyer desparramados por el piso lo hizo captar su atención notando como reducía en casi la totalidad del anuncio una silueta de un jugador de fútbol lanzando una pelota mientras con la mano izquierda sostenía en alto un trofeo y solo logró leer Vigésimo tercer Torneo de Fútbol, con sede en el estadio de su universidad a las 6pm dentro de 3 días ¿sería eso una señal?.

Gone Away ᴹᶦⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora