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Por fin era lunes y el peliazul se había levantado de no tan buen humor que digamos pero vamos ¿Quién en su sano juicio se levanta de buen humor un lunes a las seis y treinta de la mañana?, pero tampoco había ayudado el hecho de que apenas se levantó (y por culpa de ir más dormido que despierto) se haya pegado con la puerta del baño, su cabello tampoco quería cooperar y estar en orden, había perdido sus audífonos, su padre lo apresuraba para que bajará, no alcanzo a desayunar y casi se cae cuando bajaba las escaleras.

Definitivamente empezó el día con el pie izquierdo.

Pero, volviendo al presente, nuestro ya tan conocido peliazul se encontraba caminando por los pasillos de la institución hacia su casillero pero por obra del destino termino chocando con un chico de cabellos castaños y más alto que el. Si, demasiado cliché.

— ¡Perdón! Venía demasiado distraído y no te vi.

El chico de mayor estatura se dio la vuelta y Hongjoong quedó pasmado al darse cuenta de quién se trataba, era Jaehyun, el chico que le ha gustado desde hace ya un año.

— No te preocupes, no fue para tanto.

Hongjoong aún seguía en su burbuja, no podía creer que estaba hablando con el mismísimo Jaehyun, parecía un sueño pero después de unos segundos volvió a reaccionar.

— Perdón otra vez, aveces me distraigo muy fácil.

— Tranquilo lo entiendo — El castaño hizo una pequeña pausa — Por cierto ¿Cómo te llamas?

— Soy Kim Hongjoong, de segundo año.

Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Hongjoong, sonrojo que claramente fue notado por Jaehyun.

— Mucho gusto Hongjoong, yo soy Jaehyun y voy en tercer año.

—Si ya lo sé…¡O sea, no es porque te he estado observando! Quiero decir, eres muy conocido en la escuela ¿Quién no lo sabría? Hasta el más tonto lo sabe.

El sonrojo del peliazul aumento aún más con cada palabra, culpa de los nervios y ha la sonrisa que salió de la boca del castaño.

— ¿Te han dicho que te ves muy lindo sonrojado?

Y ahí nuevamente Hongjoong se quedó sin palabras.

— N-no que yo recuerde.

—Pues lo eres, y también eres tierno.

Una sonrisa tímida apareció en el rostro del más bajito el cual hubiera seguido la conversación de no ser porque justamente la campana que indicaba el inicio de las clases sonó.

— Me tengo que ir, adiós bonito, espero que nos volvamos a encontrar alguno de estos días — Dijo el de cabellos castaños mientras se iba hacia donde quedaba su edificio dejando a un Hongjoong sin palabras.

Pero no duró mucho ya que reaccionó y corrió lo más rápido que pudo hacia su salón. Al llegar soltó un suspiro de alivio al ver que su maestro de la primera hora no había llegado, se acercó a su asiento el cual estaba a un lado de Yeosang y atrás de ellos se sentaban Yunho y San.

𝐄𝐯𝐞𝐫𝐲𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐓𝐡𝐚𝐧𝐤𝐬 𝐓𝐨 𝐎𝐧𝐞 𝐓𝐢𝐜𝐤𝐞𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora