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Bar de media noche

— ¡Mierda porque le sonríe tanto! — chasqueo la lengua tratando de no mirar en la dirección en donde su majestad estaba felizmente conversando con su esposa.

Después de siete años la reina Lilith había regresado al lado de su familia, Charlie y Lucifer la recibieron alegremente en el hotel hazbin ya que le habían preparado un banquete por su regreso, los pecadores que vivían en el hotel no estaban muy convecidos de recibir a la reina en tal lugar ya que aún recordaban la primera vez que Lucifer puso un pie en el hotel y las expresiones que puso de desagrado.
Todos quedaron sorprendidos al ver lo hermosa que era con una figura similar a un reloj de arena y muy pálida, también era más alta que el rey y su hija, sus largas pestañas y sus ojos de un iris violeta claro, lucía una brillante sombra de ojos de color púrpura ciruela y un lápiz labial magenta oscuro y su cabello rubio muy largo, hasta la parte trasera de las rodillas con su misma tiara dorada de diseño extravagante con pequeñas joyas rojas adornándola, una gargantilla de perlas alrededor de su cuello y un brillante vestido magenta oscuro con un par de guantes de ópera del mismo color, que cubren la mayor parte de sus manos y brazos, no había duda que la primera creación de Dios era perfecta y muy hermosa.

Aun así la reina Lilith no mostró ninguna expresión de asco al ver el hotel de su hija, es más le brindo su apoyo para redimir a los pecadores y que se siguiera esforzando, la reina era muy diferente al rey, los pecadores se sintieron muy extraños al trato que les daba la reina, los trataba con respeto como si fueran del mismo estatus y aunque tenían sus dudas de que tal vez solo estaba fingiendo en presencia de su familia no era así.

Lilith prosperó empoderando a los demonios con su voz y sus canciones y a medida de que el número de demonios crecía, también crecía su poder por ese motivo no odiaba al Infierno o a sus habitantes ya que gracias a ellos se hacia más poderosa.

Los de alto rango del Infierno como los pecados, overlords o príncipes sabían que la reina Lilith fue creada para ser la esposa de Adán, sin embargo, y aunque ambos estaban hechos para ser iguales, Adán acabó exigiendo control sobre Lilith, pero ella huyó de su lado, entonces el ángel Luzbel la encontró y se enamoraron. Ambos soñadores querían compartir el libre albedrió con el resto de la creación, Luzbel y Lilith le dieron el fruto del Conocimiento Prohibido a Eva, por desgracia por este acto de desobediencia el Mal halló la forma de introducirse en la Tierra, como castigo por su imprudencia, Dios condenó a Lilith y a Luzbel al Infierno, a donde irían destinadas las almas de los malvados y donde ellos gobernarían para toda la eternidad.

Siendo la reina del Infierno, Lilith se casó con Lucifer y tuvieron una hija llamada Charlie, con quien compartió muchos momentos y solía consolarla cuando tenía problemas.

En cambio ni los más altos rangos del Infierno desconocían el pasado de Lucifer, incluso si un demonio investigaba a fondo sobre el pasado del rey, Lucifer se encargaba de terminar con su vida, no le gustaba recordar su pasado era un tabú para todo el Infierno si se sabía sus pecados antes de conocer a Lilith.

El hecho de estar hablando con su esposa como en el pasado lo hacía sumamente feliz, habia olvidado esa tranquilidad al estar al lado de ella pero entonces porque tenía esa incertidumbre consigo, la tenía a su lado pero porque recordaba aquella noche que fue un día antes de recibir a su amada Lilith.

Era el último día para que el hotel estuviera decorado para recibir a la reina Lilith, Sir Pentius estaba a cargo de los postres, Husk del alcohol, Niffty tenía que dejar lo más limpio posible el Hotel, Angel y Cherry de los adornos, Vaggie de la música y Alastor y Lucifer de la comida.

— Amor — trataba de hacer oídos sordos para no entrar en la cocina — ¿Enserio que ganas con que esos dos estén a cargo de la comida? — señaló a la pared destruida — Si no los separamos ya no habrá hotel.