El Aniversario.

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El Aniversario:

Esta historia la contó una estudiante de

catorce años en un arrebato de intimidad. El

suceso lo vivieron sus padres, a los que

llamaremos Angela y Martín (recuerdo sus

nombres reales pero ya sabéis...)

Aquella noche Angela y Martín se acostaron

como de costumbre. Martín se durmió

rápidamente pero Angela tenía el sueño más

flojo, de modo que cuando empezaron los

arañazos ella los oyó y se puso alerta.

Lo primero que pensó al oir ruidos que no

supo identificar debido al miedo, fue que

habían entrado ladrones en la casa.

Despertó a su marido sin abrir siquiera la luz

y le pidió que escuchara y mirara a ver si

había entrado alguien al hogar.

Martín se despertó, escuchó y dijo: "Son

arañazos, será el perro".

Sin apenas hacer movimiento encendieron la

luz y vieron al animal dormido a los pies de

la cama. No había sido él. Volvieron a apagar

la luz pero esta vez se reanudaron los

arañazos, y cada vez parecía más claro que

se estaban haciendo en la puerta cerrada de

la habitación.

Martín dijo en voz baja a Angela que igual

era un ratón, y que si era así, lo pillaría,

porque los ratones, al ver una luz, se

quedaban inmóviles momentáneamente. Y lo

hizo, pero la luz demostró que allí no había

ratones. Despertaron al perro, que se puso

nervioso.

Volvieron a hacer otra prueba y cada vez que

apagaban la luz se escuchaban los rasguños

sobre la madera de la puerta. Martín decidió

abrir la luz y levantarse y, con bastante

miedo, según confesaría, se dirigió a la

puerta, la abrió y miró ceñudamente a

ambos lados. Nada.

Se dirigió hacia la cocina con Angela

siguiendo sus pasos. Pensaban en los niños,

no querían que se despertaran e intentaron

caminar en silencio.

Al llegar a la cocina Angela tuvo un pálpito.

- ¿Qué día es hoy, Martín?

Martín le dijo la fecha exacta.

- Es el aniversario de la muerte de mi

madre!. -Exclamó ella.

Angela encendió una vela y rezó y prometió

a su madre que por aquel olvido le haría una

misa especial para ella. El resto de la noche

no se escuchó ni un rasguño más

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