Y justo cuando pensé que no podía odiar más a Olivia Vasseur, ahí estaba yo, besándola con furia a punto de perder la cabeza.
Su boca sabe a champán y a algo dulce que reconozco como uva. Mi boca muerde, chupa y succiona esos bonitos labios sin consideración.
Debería parar esto, pero se siente tan jodidamente bien que ni siquiera lo considero una opción.Trato de hacerla retroceder para hacerme escuchar, pero la rubia simplemente no me da tregua. Sus uñas se clavan fuertemente en mi cráneo y hunde su lengua con furia en mi boca, haciendo mi tarea de frenar aún más difícil.
- Olivia - su nombre sale como un suspiro de mis labios. Ella me mira con los ojos vidriosas y cruza sus piernas tratando de obtener un poco de alivio.- no voy a ser gentil. - asiente frenéticamente y trata de volver a acercarse, pero yo la separo de nuevo más que nada para tratar de mantenerme cuerdo - Hablo enserio, necesito asegurarme de qué lo quieres. Voy a romperte y me vas a sentir por días. No va a ser suave.
Olivia jadea ante mis sucias palabras.
- No quiero que lo sea. - confiesa con las pupilas a rebosar de lujuria - Solo te quiero a ti ... dentro de mi.
Suelto un gruñido y mis bolas se aprietan.
Quiero follárla hasta saciarme.
Cierro la puerta a mis espaldas con el pestillo y vuelvo a aprisionar nuestros cuerpos contra la pared, sintiendo sus pechos rozar contra mi abdomen y dándome una deliciosa vista que contrae mi polla con dolor.
Suelto un gruñido y agarro la parte alta de su vestido, bajándola hasta que sus firmes tetas sobresalen de la ropa y me las llevo a la boca.
Huele muy bien.
- Si ...- jadea excitada, subiendo su pierna alrededor de mi cadera para friccionar con mi dureza y muerdo su pezon con fuerza, haciéndola soltar un grito ahogado.
Succiono la suave punta de su teta izquierda y la noto erguirse por las sensaciones que mi boca le brinda, rozándola con los dientes y dejando chupones alrededor de esta. Sabe deliciosa.
Me deshago de su vestido en un abrir y cerrar de ojos, apreciando la belleza de su desnudez que definitivamente sobrepasa cualquier cosa que hubiera imaginado. La maldita es una obra de arte por donde la mires. Su cintura es estrecha y con una leve definición gracias a la actividad física, con unas caderas redondas que combinan con ese pequeño y dulce espacio entre las piernas que me muero por saborear.
Cubre su abdomen con la palma de su mano y se la aparto de un manotazo, agarrándola con fuerza de la cintura para observarla mejor. Es jodidamente preciosa, toda ella.
- No te tapes, joder - agarro el pelo de su nuca y tiro su cabeza hacia atrás, lamiendo desde el comienzo de su mandíbula hasta su clavícula. Tan rica.
Acaricio sus suaves piernas a la vez que muerdo mi labio inferior, y cuando llego a la costura de su ropa interior, Olivia retiene el aliento observándome fijamente. -Tienes unas tetas preciosas, Olivia.Las amaso entre mis manos completamente fascinado con el balanceo de estas entre mis dedos. Mi polla duele jodidamente mal, pero creo que soy masoquista o algo porque disfruto de la sensación en mi vientre cada vez que un espasmo recorre mi espalda baja. Me la acomodo mordiendo mi labio y Olivia se pierde en ese gesto, soltando un gemido al notar mi bulto.
- ¡Charlie! - exclama cuando llevo mis manos a la costura de sus bragas y desgarro la tela. No puedo más, tengo que verla destrozada por mis dedos. -Eran mis bragas favoritas - se queja fulminandome con la mirada- ¿Tienes idea de cuanto val-
La interrumpo metiéndole la lengua hasta la campanilla. No quiero escucharla, solo quiero verla arruinada gritando mi nombre.
-Odio que seas tan prepotente - gruño contra su boca, asegurándome de morder su labio inferior en el proceso. Sin reparar más en las consecuencias, hundo mi dedo índice en su dulce coño y la estrechez de sus paredes me reciben de una forma deliciosa. Está ardiendo, con la humedad empapando sus pliegues y soltando pequeños jadeos que podrían hacerme venir en mis pantalones.