𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 7

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Se había quedado dormido con el menor entre las sábanas de este, ambos totalmente al desnudo, al despertar vio que estaba anocheciendo, tenía aún tiempo, su padre llegaría dentro de unas horas, sacudió a él menor un poco viendo como este se despertaba de apoco, sonrió al verlo soñoliento ¿Algún día podrían tener una casa juntos y despertar asi todos los días?

—Hola.. ¿Dormiste bien Gen?

—Dormi muy bien entre tus brazos..

Se inclino para empezar a besarlo de forma lenta, subiéndose sobre él, sintió la manos de este en su culo apretando las nalgas blancas entre sus manos el beso empezó a subir más de nivel, tuvieron que detenerse por la falta de aire, Gen se puso un abrigo de su novio ahora estando sentado sobre el abdomen de este, nada debajo, el menor podía ver perfectamente el abdomen del chico y su miembro, todo con juego de sombras, una imagen muy caliente.

—Ya debo de irme Senku-chan, papá llegará pronto y sabes cómo es de celoso, debo llegar a ducharme.

—Lo entiendo Gen, ve con cuidado.

Lo toma de la barbilla para poder besarlo, el mayor le sigue gustoso mientras pone con calma las manos sobre su pecho, sonríe entre el beso para después reír.

—Carajo Senku-chan~ eres tan lindo, Te amo, debo irme ahora.

Le da un pequeño beso en los labios antes de levantarse para vestirse de forma rápida, tenía que darse un buen baño y lavar su entrada, sentía algo incómodo en la zona, al estar vestido Senku aprovecho para darle un beso en la frente.

—No se porque lloraste, Pero ten en cuenta que siempre estaré para ti.. que eso te quede claro.

Gen solo sonrió antes de asentir, le dió un beso en la mejilla antes de salir del apartamento, camino por el pasillo hasta llegar a el suyo, vivían en el mismo piso, cuando abrió la puerta todo el color de su rostro cayo poniéndose pálido.

—¿Donde estabas Gen? Llevo esperándote 30 minutos, tu madre salió a hacer una compras y llegará en unas horas, hay que aprovechar que ella no está.

Cerro la puerta detrás de él para después tomarlo fuerte de los brazos haciendo que corriera dentro, cuando llegaron a la habitación el hombre lo tiro a el suelo dándose otro fuerte golpe, ahora en la cabeza, su tobillo dió un tirón haciéndolo sentir mas dolor.

—¿Me dirás con quién estuviste de Zorra? El olor a sexo está impregnado es ti, tu virginidad tuvo que ser mía, ¡Mía! Maldito sea el que te cogió, maldita perra.

Volvió a sentir golpes en su cabeza, después como la sangre bajaba por su frente, sentía miedo, pero no sé arrepiente para nada de darle su virginidad a el menor, el la merece mas que cualquiera.

Llegará el día.. [Dr. Stone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora