¿Secretario?

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El tiempo estaba contado, sus pies recubiertos de aquel cuero negro comprado en alguna tienda barata, se movía de un lado a otro y,  mientras se apresuraba a llegar, no pudo evitar toparse con un cadencioso y estridente ruido de una ciudad transitada... autos, silbatos, bullicio descomunal, contaminación y un molesto día soleado de una temperatura elevada, tal vez un día incómodo para cualquiera, y más para las personas con las que chocaba su cuerpo envuelto en un remolino de papeles,  sosteniendo su maletín y gritando "¡Permiso!, ¡Perdone!, ¡Permiso!", claro que esto no hubiera pasado si su pequeña perrita Kate no se hubiera escapado... vió su reloj por última vez antes de entrar al gran edificio que se alzaba ante sus pies, 10:30am, alguien iba a estar despedido antes de poder hacer primero la entrevista de trabajo, pero no tuvo tiempo ni de bajar la mirada en cuanto chocó con un gran obstáculo, u objetivo, éste impulsado inminentemente hacia atrás por el impacto, calló sobre si mismo, sentadose sobre el ardiente suelo.

- ¡Auch!- aturdido por la caída y el sol que daba directamente en sus ojos, solo pudo visualizar aquella gran figura dominante antes de taparlos con su mano-Disculpe señor, voy tarde- habló mientras sobaba su trasero.

- Lo sé- oteo a aquel hombre que se encontraba debajo de él y entró al imponente edificio sin más.

- ¡Ey! Amigo, ¿Estás bien?- Por fin vió una mano amiga dispuesta a ayudarlo en su primera humillación del día ¡Genial! pensó, este lo sostuvo fuertemente levantandolo del suelo, y quitándole un poco de tierra- Fuerte caída.

-Muchas gracias, fue por la prisa, una disculpa- sacudió un poco su saco por fin mirando a su contrario, un chico de cabello castaño, complexión delgada con unos lentes enormes, su misma estatura y una enorme sonrisa en su rostro, parecía alguien agradable, quien enseguida tomó su mano, estrechandola.

- Soy Charlie, un gusto- este movió estrepitosamente su mano, con mucha seguridad y agilidad, aunque a pesar de la calidad que proporcionaba aquel apretón, su mano estaba helada.

- Foolish, un placer- correspondió el gesto.

- ¿Eres el solicitante del empleo para Las Nevadas?

-¿Cómo lo sabes?- soltaba su mano, limpiandola disimuladamente, pareciese que el hombre sudaba mucho después de todo.

- Pues bueno, estaba esperándote hace 20min, pensé que no llegarías, así que salí por unas cosas.

- Oh por dios, ¿Usted es..?- golpeó su frente mientras fruncía el ceño, vaya que ese día...no era su día- por eso, lo siento tanto, tuve un inconveniente y llegué casi corriendo, le juro que si me da la oportunidad jamás volverá a pas...- trataba de arreglar el gran error que había cometido con una explicación coherente en su mente, pero confusa en su voz por la velocidad empleada al formularla.

- No te preocupes- acercó su mano al hombro contrario, dándole unas pequeñas palmaditas- gracias a eso pude comprar...- sacó entusiasmado una bolsa de papel... común- ¡Ésta hamburguesa gratis!- la sacó dándole un gran mordisco - Las cosas gratis saben genial- vaya que disfrutaba aquel alimento- Entra entra, todavía estás a tiempo de ser entrevistado- y a empujones lo metió hasta el edificio.






-BUENOS DÍAS CHARLOTTE, ¡Estás radiante el día de hoy!

- Gracias Charlie, buenos dias- saludó una mujer de edad adulta, con algunas canas visibles en una melena pelirroja, al parecer encargada de la recepción.

- Esa mujer es encantadora, lástima que sea casada- y de nuevo lo metió en el ascensor, tocado aquel botón con el número 4 manuscrito, cerrando las puertas al instante, un poco de música clásica como ruido blanco, pero en un ambiente de bastante silencio, aunque el silencio era distinto para los dos, para uno demasiado incómodo, al otro le facilitaba el acabarse ese bocado en una sola mordida, chupándose los dedos al terminar y limpiandoselos en una servilleta, vaya que era raro ese hombre... afortunadamente las puertas de asensor se abrieron y le dieron una enorme sorpresa...





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