episodio 01

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Danielle estaba cansada de aquel terrible ardor en la garganta, lo sentía como fuego, como una quemadura dentro de su piel que aumentaba a cada segundo. Había sido descuidada. Había pasado días sin probar una gota de sangre, pero la abstinencia se acababa esta fría noche. Entró en una cafetería nocturna, su cuerpo se acostumbró enseguida a la temperatura del lugar y Danielle intentó ignorar las repentinas miradas que empezó a recibir hacia ella, hacia su aspecto. 

Su aura, antes radiante, alegre y cálida, ahora no era más que gélida, oscura, misteriosa; pero seguía llamando la atención, su belleza mestiza era igualmente misteriosa junto con sus proporciones, la mezcla de su piel blanca junto a su cabello corto y castaño que caía suavemente hasta la altura de sus hombros, y aquellos ojos que tenían una mirada ambarina acompañada de un aspecto delicado, aquella mirada ahora atenta que se dirigía  a cada persona en su búsqueda para encontrar a la presa perfecta para esa noche.

Una chica, sentada en una de las mesas cercanas llamó especialmente la atención de la misteriosa muchacha que comenzó a mirarla, encantada por la belleza de la otra fémina. Haerin estaba solitaria en su mesa, Danielle se fijó en el atractivo de su larga melena oscura, esa mirada perdida pero afilada y unos ojos felinos que fácilmente podían intimidar y causar ternura. Haerin vestía una chaqueta de cuero negro con capucha y su aspecto era algo tosco, rudo, a pesar de ello su olor era inusualmente dulce, por lo que su sangre era difícil de conseguir, era un festín en toda regla.

Danielle pensó en una estrategia para llamar la atención de aquella chica, pero la castaña parpadeó cuando de repente aquella chica se levantó y caminó hacia la mesa donde estaba Danielle.

─¿Puedo? ─preguntó, refiriéndose al asiento frente a ella.

─Por supuesto que puedes. ─Danielle intentó responder lo más normal posible y simpática.

─Mucho gusto. Soy Haerin ─se presentó, tomando asiento con calma.

─Danielle, soy nueva por estos lugares.

─Comprendo... Nunca te había visto por aquí, Danielle.. ¿no estarás perdida?, ¿por eso me mirabas tanto? ─interrogó la pelinegra con interés.

─En realidad estaba mirando tu chaqueta, me gusta el diseño ─Danielle se excusó rápidamente con su voz baja, en cambio Haerin formó una pequeña mueca.

─Esperaba que no sólo mi chaqueta te hubiera gustado. ─Danielle tragó saliva, al parecer no era la única "depredadora" de la zona. Pensó que tenía ventajas.

─Sabes..., creo que sí estoy perdida. No conozco del todo esta ciudad y no tengo donde dormir, si eres tan amable ¿te gustaría ser mi guía? ─Danielle preguntó sumisa, era obvio que ese tipo de personalidad parecía ser el tipo de Haerin.

La vampiresa jugaría un poco con aquella linda humana.

─Seguro ¿por qué no? Después de que termines tu café hablaremos. ─Haerin sugirió y el camarero se acercó a su mesa.

Danielle trató de ignorar el sabor del líquido del café, difícilmente era una de las bebidas que toleraba, pero al menos el café la calmó un poco con respecto al ardor en la garganta, pero debía apresurarse ya, se encontraba tan sedienta... repentinamente sedienta de una persona en específico que se encontraba delante de ella.

Empezó por entablar una conversación amistosa con la desconocida, sólo sacándole todos los datos posibles. Resultó que Haerin también estaba de paso, lejos de su querido hogar, visitando la zona por "negocios". Se alojaba en un motel cercano, donde la invitó a pasar la noche. La chica dejó muy claro su interés por Danielle y ésta le siguió el juego, al fin y al cabo aquella pelinegra era su tipo, lo cual era una verdadera lástima. Tal vez si se hubieran conocido en otra ocasión.... Caminaron entre risas hasta el motel, sus personalidades congeniaban a la perfección, haciendo divertidas sus charlas. Más tarde Danielle se sentiría mal al descubrir que Haerin no era una mala chica. La había invitado a pasar una noche en su habitación del motel, sin embargo, no le había tocado o coqueteado como Danielle resultó imaginar, para su sorpresa Haerin no tenía dobles intenciones y eso solo lo hacía jodidamente más difícil.

Había dos camas en la habitación, Haerin le ofreció a la otra fémina a dormir en una de ellas, mientras que ella ocuparía la otra. Por la mañana había prometido llevar a Danielle a dar una vuelta por la ciudad. Cuando las luces de la habitación se apagaron, Danielle se quedó despierta y expectante mientras miraba el techo gris. Le ardía demasiado la garganta, necesitaba beber pronto, miró a su lado, donde la chica yacía dormida, maldita humana ingenua, no sabía el lío en el que se había metido al invitarla. ─¿Qué ocurre? ─le preguntó la pelinegra algo aturdida  cuando de repente sintió un peso extra sobre su cama.

Era Danielle, que se había colado sigilosamente y ahora estaba sentada en la cintura de la otra chica, mirándola fijamente, con esos profundos ojos embriagadores de color ámbar.

─¿No puedes dormir? Y-yo....

─Shh... ─Danielle la hizo callar, llevando un dedo a los labios contrarios, su pulgar presionando el labio inferior de Haerin mientras la respiración de la misma se entrecortaba ─No lo estropees. ─la vampiresa susurró antes de besarla.

Aquel roce no era inocente y tampoco casto. Se trataba de deseo y mucha pasión. Danielle quería jugar antes de atacar por completo a aquella hermosa y oh...tan agradable humana.

Haerin tardó mucho en reaccionar, los labios de la chica de cabellos castaños eran suaves y dulces... apetitosos, se unió al tacto caluroso cuando la lengua de la otra jugó con su labio inferior. Era obvio que existía una innegable atracción entre ellas.

Danielle gimió en voz alta cuando la chica de cabello oscuro, Haerin, tomó el control del beso, haciéndolo más apasionado y salvaje, devorando la boca de la vampiresa. Los colmillos de Danielle latían ansiosos bajo sus encías, buscando el momento preciso para hacer su aparición, quería morder a Haerin, devorarla, su aroma era tan dulce y embriagador, y aunque quisiera no la mordió, ella misma estaba perdiendo el control de la situación, quizás quedaría pendiente la tarea de saciar su sed con Haerin para más tarde.

Sintió como la mano de la mujer se estiraba hacia la mesita de noche en medio de las dos camas, Danielle ni siquiera le prestó atención, continuó con aquel beso caliente y sofocante hasta que la humana se separó de sus labios. Sintió el roce de algo contra su mandíbula y luego el "clic" metálico detrás de su cuello. Un bozal.

Danielle gruñó furiosa, enseñando los colmillos y las garras, pero Haerin fue más rápida y de un fuerte giro empujó completamente a Danielle contra la cama y le aprisionó las manos por encima de la cabeza, otro sonido metálico, y sus muñecas quedaron esposadas.

Haerin encendió la lámpara a pocos centímetros de la cama y admiró su captura.

─¡¡¡Te voy a matar!!!

─Intenta todo lo que quieras, Danielle, no se romperán, son de plata. ─Haerin respondió con voz ronca y Danielle detuvo sus movimientos al intentar romper las esposas.  De repente su ceño se fue frunciendo lentamente.

─¿Cómo lo sabes?... ─dijo la otra chica atónita.

─Oh, lo sé todo sobre tu raza. Adorable vampirita.  ─Haerin susurró cerca del rostro de Danielle mientras las mejillas de la vampiresa ardían y su cuerpo se estremecía ante la presencia de aquella poderosa humana.

Danielle eligió mal a su víctima. Haerin era una cazadora.

Ahora, ¿quién era la presa? 


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;Noble blood ─ DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora