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Al día siguiente Sana caminaba de un lado a otro en el pasillo frente a su salón, aún faltaban quince minutos para dar empezada la clase y estaba esperando a la taiwanesa muy decidida a declarar sus sentimientos.
Bueno, tal vez la idea de decirle que le gusta mientras su profesor les explicaba química no era la mejor opción, pero si lo hacía durante el receso posiblemente volvería a caer en los encantos de su adorable amiga y se tragaría las palabras nuevamente.
──¿Hay algo que te moleste? ──y hablando de la reina de Roma, haciendo su aparición llamándola con ese suave tono de voz.
Como no podía faltar la sonrisa, pero agradecía que está vez fuera más leve.
──Q-qué, no... Estaba esperándote y como me aburría quise matar el tiempo.
──¿Caminando de un lado a otro como si estuvieras preocupada? ¿No era mejor esperarme adentro? ──Tzuyu preguntó divertida y Sana apretó sus labios.
──Si, bueno, ya sabes, dicen que caminar te ayuda a desestresarse.
──¿Entonces si hay algo que te trae mal? ──volvió a cuestionar la menor levantando ambas cejas.
Sana entonces supo que su respuesta no estuvo bien ejecutada y se había delatado... Un poco.
Quería que alguien la pellizque por tonta.
──N-no, lo que quiero decir es- ──Tzuyu esperó a que hablara. ──ugh, olvídalo creo que ya me entiendes.
──N-
Tzuyu estaba por hablar pero justo detrás de ella había llegado el maestro.
──Cotorreando afuera del salón antes de empiecen las clases, ¿Debería bajarles esa A en comportamiento?
Las chicas se miraron asustadas y rápidamente corriendo dentro, mientras el hombre reía burlón, era bueno tener un profesor buena onda.
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Pasó química, física y ahora iban a filosofía, luego el receso y Sana aún no se atrevía a decirle nada a Tzuyu.
A pesar de que compartían banca la taiwanesa parecía haber entablado una amistad con Chaeyoung, una chica linda de baja estatura que tenía un atractivo lunar bajó su labio. Todas las horas de clase pasaban a compartirse notitas e intercambiar de vez en cuando palabras, algo que Sana ignoró porque no quería saber de qué se trataba.
Y claro, esto la alertó de inmediato porque posiblemente la coreana podía tratarse de una rival.
──¿Nos vemos en receso? ──le preguntó la azabache a Tzuyu y esta se quedó pensando unos segundos.
Sana sabía muy en el fondo que Chou no la iba a dejar por irse con esa chica que apenas creo amistad.
──De acuerdo.
Oh...
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