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Ya había pasado una semana desde que Tzuyu y Chaeyoung se volvieron más cercanas y Sana se sintió como ese juguete viejo que cayó atrás del colchón y dejaron en el olvido

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Ya había pasado una semana desde que Tzuyu y Chaeyoung se volvieron más cercanas y Sana se sintió como ese juguete viejo que cayó atrás del colchón y dejaron en el olvido.

¿Hablaban? Si.

¿Estaban igual de juntas que antes? No.

Solo eran compañeras de banca y nada más parecían simples compañeras de curso.

Todo por culpa de esa chica de la cual Sana ya no le estaba cayendo para nada bien.

¿Por qué se están pasando tantas notitas en clase y riendo como si fueran amigas desde la cuna? Las lindas sonrisas de hoyuelo que antes eran únicas y especialmente creadas para ella, ahora eran apreciadas por otros ojos a los cuales no faltaban ganas por arrancar.

──¿Comemos hoy en receso? Momo no vino entonces podemos probar los nuevos churros del Bar.

──Uhm... Lo siento Sana, quedé con Chae hoy para compartir Lunch y hablar de unas cosas... Personales. Tal vez otro día.

¿"Chae"? ¿Compartir Lunch? ¿Hablar de unas cosas personales? ¿TAL VEZ OTRO DÍA? Esto ya era una pesadilla.

Por lo distraída que estaba pensando en el rechazo de la morena hace un rato, no se dio cuenta por dónde iba, hasta que sintió como su cuerpo era empujado hacia delante pero milagrosamente no llegó a caerse, pues las manos del extraño la agarraron casi al instante.

──¡Oh, lo siento! ──se disculpó una voz femenina y ella se giró.

──No te disculpes, yo soy la distraída. ──visualizó con mejor claridad a la muchacha: una chica casi a su altura, piel pálida, cabello castaño y por si fuera poco, un característico lunar a un lado de su nariz.

La chica era muy linda y tenía un aura angelical, además, emitía un tono de voz muy particular.

──¿De qué salón eres? ──preguntó Sana de la nada y la chica frente a ella se quedó pensando un segundo pero aun así respondió.

──Soy de Tercero B, ¿Por qué?

──Solo pregunto, nunca te había visto. Por cierto, eres muy bonita.

La chica se sorprendió y bajó la mirada avergonzada, sus mejillas habían enrojecido y Sana pudo notarlo con claridad.

──¿Cómo te llamas? Yo soy Sana. ──extendió su mano amistosamente con una sonrisa, la muchacha la tomó y también sonrió con timidez.

──Mina.

──Bien Mina, entonces déjame disculparme nuevamente por ser una distraída.

──No, no, yo también traía la cabeza en otras cosas...

Como toda una curiosa que era, esto no pasó desapercibido en la mente de Sana y sin imprudencia se atrevió a preguntarle.

──¿Puede saber por qué?

Por supuesto, está interrogante sorprendió aún más a Mina y le hizo dudar en sí contarle o no esa chica que recién acababa de toparse.

Por supuesto, está interrogante sorprendió aún más a Mina y le hizo dudar en sí contarle o no esa chica que recién acababa de toparse

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pretty smile ; satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora