Get Your Hands Off Her

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Seviathan le ofreció su mano, pero Vaggie no la recibió. - ¿Qué se te ofrece? - Repitió su pregunta, ahora algo irritada. El chico retiró su mano, pero igual mantenía su sonrisa.

- Claro, este es el mencionado Hazbin Hotel, ¿Correcto? - No dejaba de darle miradas indiscretas.

- Lo es, pero al ser nacido en el infierno, no creo que este lugar aplique para tí. - Estaba a nada de clavarle su lanza, su presencia la ponía demasiado incómoda.

- ¡Oh, no, no! - El chico se rió - No busco redención, de hecho vine a visitar a una vieja amiga, tal vez la conoces, su nombre es Charlie Morningstar. - Su sonrisa se amplió al ver la sorpresa en el rostro de Vaggie.

Claramente la chica conocería a la princesa del infierno, tendría que ser nueva en el lugar para no hacerlo. Realmente su objetivo era hacerle una visita a Charlie, seguía siendo alguien muy preciada para él a pesar del tiempo y poca comunicación, así que, cuando Bethesa lo envío a algunas reuniones de negocios en el Pride Ring, tenía en mente hacer tiempo para poder ponerse al día con su amiga de infancia. Sin embargo, sus planes se desviaron cuando aquella hermosa chica abrió la puerta.

No creía haber visto a alguien tan perfecta como ella. Su cabello largo se veía sedoso y enmarcaba delicadamente su rostro, resaltando su ojo que, a pesar de mostrar hostilidad, refleja una determinación inquebrantable. Su piel suave y tez grisácea contrastaba perfectamente con su vestimenta oscura, la cual resalta a la perfección su cuerpo esbelto y curvilíneo, acompañado de una postura erguida que irradiaba seguridad. Su voz lo tenía hipnotizado, no era aguda o chillona como las de las amigas de su hermana, era más gruesa, se sentía poderosa y hablaba con una firmeza arrolladora. Su presencia era simplemente cautivadora.

Se encontraba anonadado con la chica frente a él, cambiando sus planes en el momento en que la vió. No le importaba si era parte del staff del lugar o una simple pecadora queriendo escapar de este lugar, ella era totalmente su tipo, no podía dejar pasar una oportunidad así, seguramente Charlie entendería, si ya estaba aquí, un pecado más no haría la diferencia.

Su nuevo plan era lograr que la chica le aceptara una salida para conocerse más y hacer que las cosas progresen, y si no tenía suerte, como mínimo lograría cogérsela, no podía ser difícil. Ya había dado el primer paso al mostrarle disimuladamente lo bien conectado que está, pues no cualquiera es cercano a la mismísima princesa del jodido infierno, y por lo visto, había captado su atencion con eso.

Vaggie estaba lejos de esa realidad, si que se sorprendió, pero porque ahora que lo mencionaba, recordaba haber visto cuadros de él y su familia en las paredes del hotel cuando recién llegó, aunque nunca le preguntó a Charlie de quién se trataba, no esperaba encontrarse lo tan inesperadamente.  Si era un amigo suyo, no podía ser malo, pero algo en él seguía sin darle un buen presentimiento, sumado a todas las veces que la había escaneado de pies a cabeza sin discreción alguna. Perfecto, otro idiota más con el que lidiar hoy.

- ¿Tenían alguna reunión programada? Charlie no me dijo nada al respecto. - Solo por el hecho de conocerla, intentó tener más paciencia.

- No, estoy aquí como una visita sorpresa, aunque el sorprendido fui yo. - Dijo guiñándole un ojo, al no ver mayor reacción, continuó. - De todos modos, hace mucho que no la veo y ya que tengo asuntos en este anillo decidí aprovechar la ocasión.

- Ya veo. Es una lástima pero pierdes el tiempo, hoy está en una reunión y no volverá hasta la noche. Que tengas buen día. - Vaggie iba a cerrar la puerta, pero él la detuvo con su mano.

- Oh, no hay problema, he despejado mi agenda de hoy, la esperaré. - Dijo haciéndose paso y entrando al hotel. - Entonces, belleza, ¿Cómo me dijiste que te llamabas? - Su mirada se intercambiaba entre ella y la decoración del hotel.

She's Mine [Chaggie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora