Fallen Dynasty - dramione *TRADUCCIÓN*

Capítulo 27 : El hielo se derrite

Amor et melle Felle est fecundissimus. 

El amor es rico tanto en miel como en veneno.

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Estaba parada sola en medio de la calle, los últimos enemigos a su alrededor estaban esparcidos a sus pies. 

—¡Hermione!— Su voz sonó, haciéndola girar bruscamente. 

Sus ojos se encontraron. 

Ambos levantaron sus varitas en defensa. Ella lo vio venir, pero él fue más rápido. 

—¡Stupify!

Su hechizo la golpeó directamente entre los ojos y ella se desplomó en el suelo, su varita se le escapó de las manos.

Resonó sobre los adoquines y se alejó de ella. 

—Accio varita—, espetó, con rabia burbujeando bajo sus palabras, la madera de vid de su varita volando hacia su mano extendida. Lo metió en su túnica, fuera de la vista. Caminó hacia su cuerpo inmóvil y miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie cerca una vez más. 

Mirándola, se detuvo momentáneamente mientras miraba con nostalgia su rostro. Ella era... etérea. De otro mundo. 

Se le escapó el aliento con un rápido silbido mientras miraba a su esposa con casi total claridad por primera vez en casi siete años. Los bordes eran confusos, pero él estaba ahí... en su mayor parte. Hubo un pinchazo en la parte posterior de su cabeza, una lucha por el poder, pero él estaba a cargo por ahora. Primero tenía que llevarla a un lugar seguro. 

Se arrodilló, su mano temblando mientras alcanzaba un rizo suelto en su mejilla. Lo apartó hacia un lado y con las yemas de los dedos recorrió su piel pecosa antes de colocarlo detrás de su oreja para que una mayor parte de su rostro quedara expuesto. Sus largas pestañas color marrón se posaban sobre la parte superior de sus mejillas rosadas y su masa de rizos era una señal reveladora de ella contra su túnica negra. 

Su belleza por sí sola podría hacer que un hombre comenzara una guerra o la terminara. Ella era una rosa en plena floración, pero erizada de espinas. Anhelaba tocarla. Ella le enseñó que nadie enamorado salía de un jardín de rosas sin tener sangre en las manos. 

Y... las suyas estaban cubiertas de eso. 

—Hermosa idiota—, maldijo, sacudiendo la cabeza antes de exhalar bruscamente por la nariz. Se inclinó y colocó sus brazos debajo de su cuerpo con cuidado antes de levantarla fácilmente.

Miró a su alrededor rápidamente, sus ojos se dirigieron a su entorno cercano mientras otro proyectil de mortero explotaba cerca. 

—Maldita sea—, se estremeció instintivamente antes de acercarla más, enterrando su rostro en su pecho. —Siempre metiéndome en situaciones estúpidas y totalmente evitables—. Refunfuñó para sí mismo mientras miraba un pequeño edificio de piedra a unos metros de distancia. —Casi siete años... ¡Nada ha cambiado! Bruja desafiante y testaruda.

Llevó su cuerpo inerte a través de la calle, los gritos eran cada vez más distantes a medida que los soldados de ambos lados avanzaban más al norte. Estaría a salvo aquí hasta que él pudiera regresar por ella. Abrió la puerta de madera y tosió cuando el polvo y las telarañas intentaron alcanzarlo instantáneamente.