Capítulo 1: Conexión

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¿Cuál es la conexión más cercana que has tenido con alguien?

Piensa en eso, piensa en lo que los unía.

¿Era tangible?

¿Valía la pena?

¿Era algo de lo que pudieran hablar?

Era tal vez... ¿un secreto?


Ahí estábamos, en una habitación de un lujoso hotel, todo pagado por la empresa donde él trabajaba.

Su cuerpo estaba completamente empapado en sudor por las continuas rondas que habíamos tenido sobre aquella destendida cama.

Él estaba debajo de mí, yo yacía sentada sobre su cadera, con su miembro dentro de mi entrepierna, moviéndome hacia arriba y abajo con mucha rapidez, provocando que mi pecho se moviera al compás de mis saltos mientras él tomaba mi cadera con sus manos, jalandome hacia abajo cuando era el respectivo turno.

Sasuke era igual que yo, una persona pragmática, que veía el tener pareja como una pérdida de tiempo y un lastre para nuestra agitada rutina de viajes laborales.

No conocíamos mucho de nuestra vida privada, pero no era necesario. Siempre que coincidíamos en nuestros viajes nos escapábamos a la habitación más conveniente del otro para tener relaciones. Aunque usualmente la de él era mucho mejor que la mía, lo que me daba a entender que él tenía un mejor trabajo que el mío.

—Mierda— expresó entre dientes cuando sintió que estaba por llegar a su orgasmo, tomando el control repentinamente para darme vuelta y poner mi pecho contra la cama. Nuestra confianza y permiso respecto a tocar, mover o usar el cuerpo del otro, era tal que casi podía sentir como si leyera mi mente.

Mordí mi labio inferior al sentir las feroces embestidas de Sasuke ser más repetitivas y fuertes, provocando un sonido singular al chocar su pelvis con mi entrepierna.

Sus rodillas mantenían mis piernas separadas, y yo estaba a su completa merced.

Finalmente él volvió a llegar a su punto máximo, coincidiendo conmigo y terminando aquel momento en una unión de gemidos que delataron nuestro placer por aquel encuentro.

Cuando él salió y se sentó en la cama, yo solamente me quedé mirando su gran espalda mientras tomaba un cigarrillo y lo fumaba, eso significaba que ese había sido el final.

—Dame uno— pedí al incorporarme en la cama.

—No— dijo serio.

—¿Cómo que no?— me molesté.

—No quiero que fumes— dijo eso mientras sacaba el humo del cigarrillo hacia el lado contrario de donde yo me encontraba.

—No eres mi novio. No puedes prohibirme fumar— me sentí como una adolescente por un momento, aunque tenía veinticinco años y él veintisiete.

—Una vez que empiezas no puedes parar, esto destruye tu cuerpo y estás mejor sin él.

—¿Entonces por qué fumas tú si es tan malo?— me puse de pie y caminé hacia mi maleta para sacar mi pijama.

—Porque comencé por una estupidez, y ya no puedo parar— apagó el cigarrillo y se dirigió también hacia su maleta, y casi como si fuera un acuerdo no pactado, ambos nos dirigimos al baño para ducharnos.

Estando en aquel pequeño espacio ninguno de los dos tuvo pensamientos lujuriosos, así como teníamos nuestros impulsos carnales al vernos, también podíamos ser el lugar seguro del otro, teniendo momentos tan íntimos como él tallando mi espalda o yo rasurando su barbilla con cuidado mientras el vapor y el agua caliente hacían todo más cálido.

Nuestro Secreto [SASUSAKU FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora