Capítulo 2 - Lazos

107 28 5
                                    

Los lazos que nos unen con las personas siempre terminan siendo maldiciones, un ancla que debes llevar junto con pesadas cadenas.

El nacer en una familia puede resultar una condena desde que portas la misma sangre y apellido que los demás. Tienes que llevar una carga importante que no pediste, tienes que mantener un legado que no iniciaste, y tienes que responder por todos los errores que tus mayores tuvieron.

Yo odiaba ser un Uchiha, odiaba a mi familia, pero no podía huir de ella, porque pese a todo sentía el deber de cumplir con todo lo que era mi obligación.

Aunque mi tío siempre quería mandar a alguien por mí, yo no confiaba en él, así que no tuve más opción pese a estar muy cansado, conducir hasta la mansión Uchiha.

Mi tío era la persona que tenía el control de todo el conglomerado Uchiha, no dejaba que nadie más tomara protagonismo, siendo la única imagen de nuestra familia ante los medios. La justificación que él daba, era mantener segura a nuestra familia, porque hacía años mi padre fue enjuiciado por corrupción, tuvo que pasar diez años en prisión por eso, y mientras tanto mi tío tomó el control de todo.

Mi padre siempre dijo que fue inculpado, que mi tío fue quien organizó todo para quedarse con el liderazgo del conglomerado, pero por la seguridad de mi hermano, mi madre y de mí, nos pidió no hacer nada. Pasó diez años en la cárcel por algo que siempre aseguró que no hizo, y con eso mi hermano y yo jamás estuvimos tranquilos ante nuestro tío, siempre esperábamos una puñalada por la espalda, y así ocurrió. Mi hermano tuvo un accidente poco tiempo después de comprometerse, lo cual era sumamente sospechoso, pues Itachi empezó a ganar popularidad entre los empleados y los inversionistas, comenzó a ser admirado y por ende mi tío lo consideró una amenaza; justo cuando propusieron que se requería una imagen fresca para nuestra familia y que sería bueno que Itachi fuera entrevistado para empezar a tener una vida pública, el accidente ocurrió.

Mi hermano no murió, pero su prometida, Izumi, y mi madre siempre estaban en el hospital cuidando de él; así que con mi padre retirado tras salir de prisión, mi hermano en coma y mi madre cuidando de él junto con Izumi, yo era el único en el tablero de mi tío, el único jugador del que aún no se lograba deshacer.

Cada día era como un juego de supervivencia para mí, aparentar ser rebelde, desinteresado y grosero, era mi manera de ser ignorado por mi tío como una amenaza. Aunque en realidad siempre pensaba cómo vengar a mi familia por todo lo que había hecho.

Quería ver a mi tío en prisión, encarcelado igual que como yo tuve que ver a mi padre todo ese tiempo; o en una cama de hospital siendo olvidado. Pero debía mantenerlo en secreto.

Viajar constantemente también era mi forma de ocultarme de su vigilancia, pero él solo lo tomaba como un capricho de un joven idiota.

Todo en mi vida era un secreto para mi familia, dejaba que vieran lo que yo quería, y así debía seguir siendo.

No podía tener pareja, no podía tener amigos, no podía tener ningún lazo que pusiera a alguien más en riesgo, y esa noche todo me lo confirmaría.

—Llegas muy tarde— mi tío me regañó —, ¿y por qué llegas solo?, creí que traerías a esa chica.

—¿Por qué habría de traer a alguien de quien no recuerdo ni su nombre?— fingí.

—Tú eres igual que yo— sonrió y me miró —, tu padre y tu hermano son idiotas por querer tener solo a una mujer.

—¿No dijiste que ya era tarde?, debo irme a cambiar, luego podrás recordar tu juventud.

—¿Juventud?, ¿crees que no tengo mujeres aún?

Nuestro Secreto [SASUSAKU FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora