Luz Crepuscular

Capitulo 1° Mala pisada

La noche era fría, el cielo estaba despejado y hacia ver las estrellas junto a la luna llena como si el mismo Dios estuviera allí, dos personas se encontraban corriendo, una de ellas llevaba en sus brazos a un pequeño bebé, el sonido de sus jadeos junto al llanto y intento desesperado de hacer que el bebé no hiciera tanto ruido hacía ver la escena realmente lamentable, detrás de ellos se podía ver luces que se apresuraban a gran velocidad junto a gritos.

—¡simplemente son una aberración, todos atrapen a esa bestia y asesínenla!

Llevaban escapando lo más que podían de esa avalancha, pero ya no quedaban fuerzas, el hombre que iba detrás de la mujer con el bebé se detuvo de golpe — ¡Corre, cerca de aquí hay un lugar donde puedes esconderte, voy a estar bien, no mires atrás! — dijo mientras sacaba su escapa, el hombre se veía realmente agotado como si estuviera en cualquier momento apunto de romperse, la mujer no tuvo más que aceptar y seguir corriendo sin poder ver atrás, lagrimas brotaban por sus ojos haciendo que viera borroso, abrazo más fuerte a el bebé que tenia en sus brazos, lo cual hizo que el bebé llorara más fuerte por el dolor.

...

A la lejanía se podía escuchar sonidos chirriantes de espadas golpeándose bruscamente junto a grandes ondas, explosiones y gritos.

La mujer siguió corriendo, estaba al borde de su energía hasta que finalmente llego, era una construcción destartalada que al parecer seguía teniendo gente en su interior ya que se podían ver luces y pequeñas ráfagas de humo saliendo de este, la mujer la cual estaba cubierta con una túnica polvorienta, a la luz tenue de la luna, se pudieron ver sus rasgos, su cabello era blanco, ojos cristalinos como dos perlas, tenía una apariencia mística, como una Divinidad protectora de la luna, una Divinidad protectora de la luna, aunque en su nombre tuviera divinidad no eran más que una de las mil variables de bestias demoniacas, fueron llamadas de esta manera por su aspecto engañoso haciéndolas ver como algo caído del cielo, en el mundo tenían una muy mala fama, en general todas las bestias demoniacas tenían una mala fama considerando que la mayoría de sectas eran del camino correcto, aún así a pesar de estar cansada puso una mirada gentil al momento de ver al bebé en sus brazos, una mirada genuina de amor junto a una penetrante sensación de aflicción.

Con sus labios que se veían secos dado a las condiciones en las que se encontraba, dio un beso en la frente del bebé, se podía ver el cabello blanco que tenía y abrió lentamente los ojos también mostrando unos ojos cristalinos, lagrimas cayeron en su pequeño rostro, el bebé con su pequeña mano acaricio el rostro de esa mujer y ella se acurruco en ese pequeño acto — espero tengas una buena vida, no puedo hacer mucho ya no me queda nada... — con su dedo trazo unas figuras en la frente de el bebé, con la poca energía espiritual que le quedaba le dio un sello protector, luego mirando a todos lados, se adentro al lugar y dejo al bebé suavemente en una parte donde no se pudiera hacer daño, hablando suavemente — duerme bien, se un buen niño, no hiciste nada malo, tus padres simplemente no fueron lo suficientemente aptos, espero nos perdones... —le dio otro beso al bebé y este hizo que cayera en un profundo sueño.

La mujer salió del lugar y fue en dirección de donde venía huyendo, su capucha salió del lugar, soltando su largo cabello blanco que a la luz de la luna destellaba, su figura se alejó.

Algo que se sabía muy bien, era que las sectas demoniacas, las bestias eran sumamente mal vistas por las sectas del camino correcto, el hecho de tener libertad al parecer les generaba gran disgusto, posible envidia, que un cultivador fantasma se hubiera enredado con una bestia demoniaca hasta tener un vástago era simplemente inconcebible, aunque a final de cuentas es simplemente demasiada hipocresía saliendo de sus bocas, creyéndose moralmente correctos por el simple hecho de seguir unas reglas que ellos mismos se pusieron con la excusa de "tener un orden", no es como si ellos no se estuvieran cogiendo a unas bestias detrás del telón simplemente porque la ultima vez que se frotaron fuera hace un siglo, no es como si las sectas taoístas, budistas fueran lo más honestas, probablemente estarían más podridas que las mismas sectas demoniacas

Había diferentes tipos de bestias demoniacas y estás podían agarrar una forma humana completa una vez que su nivel de cultivo era lo suficientemente alto, por lo general eran usadas de mascotas por los demás cultivadores, simplemente era un destino realmente trágico.

El hecho de que un cultivador Fantasma y una Bestia de la luna hubieran tenido un lazo emocional y carnal lo hacia algo repugnante a los ojos de los demás, lo más probable es que tuvieran miedo de lo que esa mezcla pudiera hacerle a su mundo "perfecto", hubo algunas pocas excepciones en el mundo donde un mestizo pudo crecer sin que hubiera sido asesinado a una edad temprana y quienes lo lograron pusieron patas arriba el mundo del cultivo, dependiendo de donde lo veas eso podría considerarse algo bueno o algo malo.

La luz del sol estaba comenzando a salir, el olor a llovizna se podía sentir, un bebé había empezado a llorar, aún era otoño, las hojas de los arboles caían danzantes al suelo.

El ruido termino despertando la atención de una anciana que recién se había despertado para hacer su rutina diaria, al caminar por los pasillos descastados se podían escuchar sus pasos, no muy lejos, con su pobre vista pudo ver un pequeño conjunto de tela envuelto, se acercó rápidamente para luego agarrarlo con cuidado, el bebé había abierto los ojos, eran unos ojos comunes junto a un cabello suave y delicado de color negro, la anciana se apresuro y trato de ver por todo el lugar por si había una señal de alguien, el bebé no tenia absolutamente nada, ni siquiera una placa que dijera su nombre, suspiro con pesar y acaricio al bebé en la mejilla, haciendo que este se quedara en silencio viéndola, de cierta forma hizo que esto le diera un escalofrió, pero asumió que era porque el clima estaba realmente frio esta mañana.