Una ultima vez

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Quizás no todos merezcan un final feliz, pero nada de esto fue justo... tienen su segunda oportunidad, será mejor que la aprovechen.

8 años despues de "La caída"

Metrópolis

En la noche mas oscura de aquella ciudad se encontraban combatiendo el crimen un grupo de jóvenes héroes, estos chicos habían tomado el manto de los nuevos Titanes, todos entrenados bajo la supervisión y el mando del Hombre de acero mas joven, el hijo legitimo de Superman, quien ahora llevaba con orgullo el mismo sobrenombre que su padre y era amado por su ciudad.

-¡Arsenal, inmovilízalo!.-ordenaba una voz proveniente desde el aire, le pertenecía a un adulto de complexión delgada con un traje negro y azul mientras que en la retaguardia una flamante capa de color roja estaba moviéndose a petición del viento de la noche.

-Si Superman.-acato el joven arquero mientras le disparaba una de sus flechas cable trampa a aquel villano mas que reconocible.

-Si tu padre jamas pudo contra mi intelecto, ¿Qué te hace pensar que un mocoso como tu y tus secuaces podrán?.-dijo arrogante el hombre que portaba una tosca y llamativa armadura de color verde con líneas moradas, aquel desgraciado villano era el mismo Lex Luthor, el cual buscaba terminar de una vez por todas con el hombre de acero, sin embargo su molestia y su ira fueron desatadas cuando vio que sus esfuerzos por llamar la atención de su némesis fueron nulos y encima se le mando a la brigada del preescolar a detenerlo.

-Kid Flash, termina con el.-ordeno Jonathan con indiferencia, a lo cual el joven titan acato como una orden escrita en piedra y se abalanzo sobre el villano y a una velocidad descomunal fue desarmando parte por parte de aquel traje robótico que le permitía defenderse de los meta humanos.

Una vez estuvo vencido, el nuevo Superman ordeno a su equipo retroceder para que el pudiera tener una charla mas privada con Lex Luthor, quien estaba rabioso de ver al hijo de su opuesto estar tan altanero y sonriente mientras el era amarrado con partes de su misma armadura con el fin de que no pudiera ejercer ningún movimiento que atentara en contra de los héroes.

-Tu plan fue bastante estúpido.

-¿Eso crees?.-dijo el millonario revelando una sonrisa macabra mientras un gas de color lila era liberado directamente a la cara del kryptoniano, el cual comenzó a toser y a tener unas severas alucinaciones.

Los chicos que estaban bajo el mando de Jonathan comenzaron a asustarse de ver como el hombre de acero estaba perdiendo el conocimiento, a la vez que el enemigo jurado y mortal de Kal-El reía y se quedaba cerca del kryptoniano, recitando unas ultimas palabras en voz baja pero lo suficientemente audible para el joven velocista.

-La muerte de un hijo suele ser mas dolorosa que la muerte de nosotros mismos.

Aterrado de escuchar esas palabras, la nueva integrante del equipo perteneciente a la isla de las amazonas grito y ordeno a su amigo velocista que corriera por ayuda, siendo mas específicos por la ayuda de una mujer que habían visto miles de veces en la Torre de los titanes como una instructora junto a su esposo de cabello grisáceo, tomando las palabras de su compañera, aquel chico velocista salio en dirección a una playa vacacional en la parte baja del continente americano.

Argentina - Mar de Plata.

Un hombre joven con una barba desalineada de unos tres dias admiraba con sus pies en la arena los paisajes tan hermosos que le brindaba el mar lejos de su taller de trabajo o de la ciudad en la que suele estar constantemente arriesgando el pellejo por proteger, un parche medico en su ojo oscuro era la tapadera perfecta para que no lo conectaran con la vida heroica que adopto gracias a su mejor amigo kryptoniano y la mujer que amaba. Aun y con la gran suerte que tuvo al ser acogido en ese mundo obteniendo finalmente la paz que merecía, un pensamiento seguía acosando su mente, una cara que pertenecía a su primer amigo en esa tierra, un rostro que decía cuanto queria vivir, pero anhelaba mas la supervivencia de sus amigos, un rostro con ojos verdes que gritaban por clemencia, ese pensamiento era la cara de un chico que había sufrido una vida de miserias y que a diferencia de el no tuvo su final feliz, sin querer un par de lagrimas rodaron por sus mejillas mientras las olas golpeteaban las piernas de aquel hombre de iris carmesí.

Una ultima vez {Damijon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora