𝕱𝖆𝖓𝖙𝖆𝖘𝖒𝖆𝖘 || 𝕮𝖍𝖆𝖌𝖌𝖎𝖊.

𝕲𝖔𝖔𝖉𝖇𝖞𝖊.

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"En esta casa no existen fantasmas, son puros recuerdos
De tiempos ajenos
De buenos momentos..."

- Okey, ¿Que tal si el sillón va a aquí? - Preguntaba con alegría, pero con algo de ansiedad a la vez la rubia.

- Amorcito, es como la milésima vez que intentas mover eso, ya déjalo, así se ve bien - Acariciaba con delicadeza su brazo intentando calmarla - Todo estará bien, será difícil, sin embargo, yo sé que funcionará. Ellos vendrán en busca de ser mejores y dejarán de sufrir. - Dejaba su mano reposar en la cara de su novia, quien en reacción, apoyo su cabeza, dejándose llevar por las pequeñas caricias - No todo será color de rosa, pero yo sé que se logrará. Y en cada paso que des yo aquí estaré -

- ¿Incluso cuando falle? - Decía en un susurro.

- Estoy segura de que no fallaras. Pero en todo caso, no importa que pase. Falles, ganes, llores, te deprimas, rías, bailes, dios hasta si cantas, no importa que hagas, que suceda, quienes se interpongan, yo aquí estaré, ¿Okey? - Obligaba a mirarla, dejándole claro que hablaba enserio.

- Okey - Volvía a acurrucar su rostro en la mano de la otra - Te amo Vaggs - Aunque tenía los ojos cerrados, sabía que su novia acababa de abrir su ojo sorprendida. Era la primera vez que una de las dos decía 'te amo'.

Y realmente no necesitaban hacerlo, ambas sabían que lo hacían. Sin embargo, no le quitaba lo sorprendente.

- Yo también te amo cielo - Respondió luego de unos segundos. Segundos en los que se encargó de recordar cada cosa. Quería recordar ese momento para toda la vida, y quería tener todo la imagen completa.

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La rubia veía el sillón. Ese sillón que se encargó de comprar junto a su pareja. Les costó bastante hacerlo, no por lo caro, si no porque no había ninguno que le gustará a la princesa.

Sin embargo, a pesar de lo molesta que se volvió con eso, la chica siguió a su lado, aún después de que reclamo que le dolía la espalda y los pies.

No importa cuántas veces esta le repitió que podía volver al hotel o quedarse sentada en alguna banca. Ella no acepto, insistió en que tenían que hacer todo juntas.

Luego tuvo que soportar los ataques de ansiedad, donde esta empezaba a mover todo lo del hotel. Pero jamás se fue. O no hasta ahora.

1 mes.

Ya había pasado un mes desde la partida de su querida. Y ella no lograba salir adelante.

Recién hace unos días logro salir de su habitación. Y todo gracias a Lucifer, que tuvo que jugar la carta del policía malo para que está saliese.

Y ahora estaba detrás de ella. Esperando el momento en que esta tuviese otro momento, para poder consolarla.

Para ella era como un lugar nuevo. Sin embargo este lugar contenía memorias. Memorias con alguien que ya no estaba más ahí.

Se alejó rápido del sillón antes de empezar a llorar otra vez. Su cabeza estaba por explotarle, y sus ojos le irritaban demasiado.

Levantó su vista para ver a dónde ir, pensó en dirigirse al bar, donde se encontraba Husk bastante ocupado limpiando los vasos, parecía bastante ajeno a lo que sucedia. Pero su vista luego se enfocó en la puerta, hace rato no veía por fuera. Si bien su cuarto tenía ventanas, ella no las abría desde lo sucedido.