El resplandor del proyector en la sala del cine, además de iluminar nuestros rostros, esclarece los torbellinos de mi mente. De pronto, me doy cuenta de todo mientras te tomo del brazo y reímos con el resto del público, masticando las duras pero deliciosas palomitas que compartimos. Estábamos destinados a estar ahí, en aquella función, oliendo la mantequilla y las butacas viejas de la sala. Las cosas siempre debieron ser así de perfectas.
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Juventud, no sé qué pensar de ti. (Poesía)
PoesíaPoemas creados por mi, Samir Rodríguez, y el desencanto por una juventud que podría ser mejor pero que, paradójicamente, me lo ha dado todo.
