Perdón

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Recuerdo perfectamente esa escena.

Dean y Sam se estaban preparando para el momento decisivo en el que al fin librarían al mundo de los leviatanes. Y como casi siempre, el mundo ignoraba por completo el peligro al que se enfrentaban y del que en pocas horas, sería liberado. 

Yo estaba en la sala, o ¿era el comedor? ¿En donde estaba?

-¡Concéntrate Castiel!, el lugar no importa...

Cierto.

Estaba entretenido en una cabaña en medio de la nada, con uno de los tantos juegos de mesa que amablemente el asilo mental me proporcionaba (aunque ellos no lo sabían).

Creo que iba ganando, o apenas iba colocando las fichas. No lo sé.

En fin, me hallaba inmerso en esa actividad cuando Dean se acercó para pedirme un favor.

Pensé que volvería a insistir en que lo acompañase a las oficinas de Dick, pero no fue así. Solo quería que lo llevase al lugar en donde había dejado su mas preciada pertenencia: el Impala.

Fuimos hasta la cochera oculta en el que reposaba. Él me agradeció. Y empezó a examinar su amado "baby" verificando si estaba listo para lo que parecía ser su última aventura. 

Me sentí culpable por no poder acompañarlo pero no quería arriesgarlo, ni mucho menos ponerlo en peligro. Dean, era muy importante para mí.  Sabía que si yo intervenía, los augurios no serían buenos. Y la misión no tendría el éxito que con desesperación deseábamos. 

Ya había arruinado muchas cosas últimamente.  Mi nombre era sinónimo de problemas. Bastaba recordar mi larga lista de recientes errores: 

-Mi alianza  con el rey de los demonios para vencer a Rafael. 

-Mi alta  traición  a mis amigos y enemigos, todo al mismo tiempo. 

-Mi ingestión de todas las almas del purgatorio. 

-Mi creencia megalomaníaca de ser dios, lo que terminó llevándose la vida tanto de  inocentes como de pecadores.

-Mi participación directa en la liberación de los leviatanes,  una raza tan peligrosa que ponía en riesgo al mundo celestial, terrenal e infernal al mismo tiempo.

Esas entre algunas cosas, eran  razones de peso por las que  que prefería olvidar y sumirme en mi locura. 

No, definitivamente no podía ni pensar en unirme a la batalla. Prefería quedarme apartado, observando abejas.

-Dean-llamé esperando me de la oportunidad de justificarme. 

-Cas ya lo hablamos. Ya entendí no puedes ayudar. - estaba enojado, ya lo sospechaba.

-No soy buena suerte Dean.- intenté convencerlo. 

Dean me encaró con una de sus típicas miradas de : "no me importa". Comentó que prefería tenerme jugando que sentado en la banca. Lo cual,  no entendí, como siempre.

-Prefiero tenerte, maldito o no. -terminó mientras yo intentaba procesar todo su mensaje. Al terminar, y fijar mi mirada en esos verdes ojos, comprendí lo que me quiso decir: "No quiero ni puedo hacer esto sin ti"

Una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro. No podía creer que después de equivocarme tanto, ese hombre frente a mi tuviera el enorme corazón de perdonar, dejar el pasado atrás y querer seguir trabajando conmigo. 

Impactado mantuve mis ojos en él durante un momento tanto que se percató de la intensidad con la que lo veía. Claramente me cuestiono el porqué. Solo atine a decirle:

-No te sientas incomodo pero ¿detecto una nota de perdón?

El se justificó diciendo que posiblemente mañana moriría. Yo sabía que no era por eso. Ese hombre al que alguna vez saque de la boca del infierno, era mas noble que cualquier humano que hubiese conocido. Después de todo lo que hice, y los problemas que cause. Con una traición de por medio y con meses de enemistad. ¿Dean dejaba todo en el pasado solo por tenerme junto a él en la ultima batalla?

Algo dentro de mí, probablemente el corazón humano de Jimmy, no dejaba de latir. 

Definitivamente, no podía fallarle. No podía romper ese voto de confianza que había puesto en este ángel caído, roto y arrepentido que aun se consideraba su amigo.

Así que le dije lo que necesitaba oír. 

-Yo iré contigo... Y haré lo que pueda. 

Su sonrisa de alivio y su profundo "gracias" me indicó que estaba haciendo lo correcto. 

Y cuando me miró, lo hizo con alivio, calma y agradecimiento. 

Y lo supe. 

Supe que yo amaba a ese simple pero único y extraordinario ser humano.

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Hola con todos! Este es el primer capitulo, de esta historia. Siempre lo que mas me ha intrigado son esas miradas que dicen tanto entre mis personajes favoritos. Espero lograr transmitir lo que creo que pasaba por sus mentes cuando se veían. Por favor necesito su apoyo ayúdenme recordándome miradas que a su parecer valgan la pena mencionar en este fic.

Estaré leyéndolos y escribiendo en base a sus sugerencias.

Muchas gracias

Posdata: Se que tengo pendiente algunas historias, y si las terminare. Solo que sufrí un pequeño bloqueo de escritor.


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