Prólogo

166 15 61
                                    

Sunghoon

Lo admito, tengo una rara obsesión con los muslos, siempre que conozco a alguien nuevo no puedo evitar mirar sus piernas, y si estas son gruesas intento ser más cercano a esa persona, no sé desde cuando comencé con este raro fetiche pero no puedo evitar excitarme con tan solo pensar en los muslos gruesos.

Estoy cursando por mi segundo año de facultad, estudio en una universidad genérica, todo normal, decidí estudiar economía para ayudar a mis abuelos con su negoció, no había otra cosa que me interesara más.

Mi mejor amigo y yo teníamos fetiches raros, a él le gustaban los tipos pequeños con facciones femeninas, no sé si a eso se le pueda llamar fetiche pero con el solo echo de querer secuestrarse a cada chico con cara de bebé que veía ya lo hace raro ¿No?

Ambos nos dimos un reto muy estúpido, iríamos a un lugar recurrente por personas que complacieran nuestros fetiches, imaginaríamos cosas guarras en público y al primero que se le parara iría a pedir un favor a la persona que nos había provocado tal cosa.

Estábamos muy aburridos y no se nos ocurrió otra cosa más absurda que esa, cabe recalcar que la idea no fue mía.

— ¿Dónde vamos a encontrar un lugar en el que vayan personas con muslos gordos y chicos de complexión pequeña y sumisa? — Pregunté a mi mejor amigo mientras caminábamos.

— Ahí — Él señaló un restáurate temático el cual se llamaba "Príncipes &  Princesas".

Chasquee la lengua al leer el estúpido nombre.

— Jay, no me digas que has caído tan bajo para recurrir a un maid café — Me burlé de mi amigo.

— No es un maid café, te interesarás cuando entres — Jay me tomó de la muñeca y me jaló dentro del lugar, el lugar se veía un poco lleno pero había una mesa libre, esta tenía vista a todo el lugar tanto por dentro como por fuera.

Tan pronto como nos sentamos comenzamos con nuestra casería.

Ambos buscábamos desenfrenadamente a alguien que cumpliera nuestros fetiches pero yo simplemente no me complacía con cualquiera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ambos buscábamos desenfrenadamente a alguien que cumpliera nuestros fetiches pero yo simplemente no me complacía con cualquiera.

Jay pareció encontrar su objetivo cuando observó a un pequeño chico hacer un puchero cerca del mostrador, se veía muy pequeño e indefenso, la mirada de Jay era como la de un lobo observando a su presa.

Jay sonrió de lado mientras se bufaba, observaba al chico de arriba a abajo, yo me reservé a observar sus muslos y a pesar de que los tenía un poco gorditos, no me complacía.

A los segundos, alguien se acercó a la presa de Jay, parecía un camarero, tenía las mejillas regordetas y una piel tan blanca y lisa como la de un malvavisco, su cara parecía brillar, pero cuando salió del mostrador y pude observar sus muslos me quedé boquiabierto.

Thighs +18 - SunSun ᵉⁿ ᵖᵃᵘˢᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora