6. Suéter a lo muggle

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Era un día muy especial, tal vez demasiado especial, al menos para Molly Prewett. No era sino el aniversario de un año de relación con su novio, Arthur Weasley. La chica, que siempre se ha caracterizado por tener las cosas preparadas desde un principio, corría frustrada de un lado a otro pensando que darle a Arthur de regalo de aniversario.

¿Cómo habían pasado tantos días sin que ella planeara que le iba regalar?

Por supuesto que ella lo había pensado, pero no encontraba nada, no se le ocurría nada que pudiera obsequiarle a su peculiar novio. Y ahora, justo a unas horas de salir a su cita, buscaba como loca en su -antes ordenado- armario. Sacando cosas y cosas, que podrían ser muy bonitas, pero que no veía lo suficientemente especial para regalarlo.

Sus hermanos, Fabián y Gideon Prewett, la habían estado observando desde la mañana, divertidos de ver a su siempre organizada hermana perder los estribos. Pero al verla a instantes de llorar del sufrimiento se apiadaron de ella y entraron a su habitación.

– ¿Y esa cara hermanita? ¿Todavía buscando? –preguntó Fabián apenas entró al cuarto. Molly por toda respuesta lanzó furiosa una almohada que de no ser porque su hermano se agachó a tiempo, le hubiera dado de lleno en la cabeza. Gideon, que se encontraba atrás, atrapó la almohada y se asomó en la puerta.

– ¡Eh! La violencia no era necesaria.

– ¡Lo siento! –exclamó Molly antes de comenzar a llorar. Los hermanos se miraron nerviosos y lentamente se acercaron a su hermana. Se sentaron a su lado y Gideon incómodamente empezó a darle toquecitos en la espalda. – ¡Estoy estresada! ¡No he... encontrado nada que... le... pueda regalar... a mi Arthur...!

– Ya..., ya...–intentó calmarla Fabián– Mira, a Arthur seguramente le encantará lo que le des, aunque sea cualquier cosa...

– ...Pero yo no quiero cualquier cosa para él, quiero que sea algo especial...

– Entonces te ayudaremos Molly. Conocemos a Arthur, solo hay que buscar algo que le guste.

– Lo tengo –Gideon chasqueó los dedos en señal de victoria– Al él le gustan las cosas muggles, busquemos algo hecho por muggles.

– Pero no tenemos nada hecho por muggles –respondió Molly restregándose los ojos con las manos.

– Podemos robarle algo a alguno de los vecinos. –murmuró Fabián pero su hermana negó alarmada con la cabeza. Los gemelos se volvieron a mirar entre ellos.

– Bueno... –comenzó Gideon.

– ...Hay una maquina de coser...

– ¿Una que? –preguntó Molly confundida.

– Es una maquina que usan los muggles para coser –explicó Gideon intentando acordarse exactamente de lo que era – es automática, pero tienes que aprender a usarla. Podríamos regalársela.

Molly se paró de repente. Sin darse cuenta, su hermano le había dado la idea perfecta, pero tenia que apurarse.

– ¡Gracias! ¡Gracias! –Exclamó– ¡Tengo una idea! ¡Son los mejores!

Y salió corriendo de su habitación.

Los dos hermanos volvieron a mirarse, con las mismas caras desconcertadas, pensando en la misma cosa: ¿Qué había pasado aquí?

Varias horas después, una Molly arreglada con su mejor vestido partió hacia un parque muggle que se encontraba totalmente solitario. El parque, a la luz de la luna y las estrellas, con todo lleno de nieve, le daba un toque romántico que la emocionaba por sobremanera. Prácticamente daba saltitos al ver que en una banca en las orillas del parque, se encontraba Arthur Weasley esperándola pacientemente. Sintiendo su regalo en el abrigo, se dirigió hacia su novio sonriendo de oreja a oreja.

Arthur al verla, quedó fascinado con su belleza. Se paró automáticamente de la banca en cuanto la vio y al estar frente a ella le dio un suave beso en los labios que hizo que Molly sintiera que se fuera a derretir, aunque estuviera a menos de 8 grados.

– Estas hermosa –comentó Arthur con la piel sonrosada por el frío– De verdad, aunque no es como si nunca lo fueras, siempre lo eres, solo que hoy...

– Gracias –le cortó Molly dulcemente poniendo un dedo en los labios de Arthur, parando el balbuceo– ¿Quieres dar un paseo? Me muero de frío.

Arthur asintió tontamente enamorado y entrelazando sus dedos el uno al otro, partieron entre las blancas calles de Londres, que pronto se llenaron de risas, conversaciones y besos de ellos.

– Ven –pidió Arthur a Molly tiempo después, extendiéndole el brazo, que Molly gustosa agarró– Necesito mostrarte algo.

La guió hasta el mismo parque en el que se habían reunido, solo que se adentraron hasta un gigantesco árbol que había en medio de un jardín de tulipanes llenos de nieve. El inmenso árbol sobresalía con muchas luces en él, pero lo que hizo que el corazón de Molly diera un vuelvo fue darse cuenta de que no eran luces comunes, sino destellos de luz mágica que formaban "Molly" en todas las hojas. Molly se separó de su novio, acercándose al árbol para ver de cerca su nombre lleno de destellos como regalo de aniversario de parte de su novio. Su brillante rostro tenía las más grandes de las sonrisas, y no podía en sí de la emoción.

– Feliz aniversario. –murmuró Arthur desde su espalda y Molly corrió a abrazarlo, con lágrimas de felicidad.

– Ay Arthur... esto es magnifico... Gracias –Arthur empezó a quitarle las lágrimas con los pulgares. Molly lo alejó lentamente con sus manos y se dispuso a mirarlo de forma tímida.

– También te traje algo –confesó en voz baja, sacando de su abrigo lo que le había hecho. Era un suéter de lana, de color verde prado, con una "A" en todo el medio. Se lo entregó un tanto cabizbaja, no queriendo ver la cara de su novio cuando lo viera– Lo hice yo. Hace mucho una vecina muggle me había enseñado a coser, y mis hermanos tenían una maquina de coser muggle, y pues...

Pero esta vez fue el turno de Arthur de callar a Molly, solamente que esta vez fue con un beso, un beso que demostraba todo el amor que el podía sentir, un beso largo frente a las luces, con la nieve en todas partes menos en el árbol hechizado, un beso que podía iluminar todo a su alrededor y conmover hasta el corazón más frío de todos . Arthur la sostuvo de la cintura, aun con el suéter en manos, y separó sus labios de los de su novia.

– Me encanta –dijo con la más sincera de sus sonrisas. Le dio un beso en la frente– Es el mejor regalo que pudiste haberme dado, Molly Prewett. El mejor de todos.

Molly sonrió, sintiendo que volvería a llorar de alegría, se abalanzó hacia su novio para compartir otro maravilloso beso.

Desde ese momento, Molly siempre le dio un suéter hecho por ella misma para cada aniversario, independientemente de que otro regalo le daría en su momento.

(*)

¡Miles de disculpas por no haber actualizado! Tuve muchas ocupaciones, pero ya estoy de vuelta.

Me morí de ternura con Molly y Arthur, son unas de mis parejas favoritas. Por si no lo saben (esto va para Wattpad) ¡ya la historia tiene cast! Para los de potterfics, aquí les van:

Aaron Johnson como James Potter

Rose Leslie como Lily Evans/Potter

Ben Barnes como Sirius Black

Andrew Garfield como Remus Lupin

Jamie Bell como Peter Pettigrew

Claire Holt como Marlene McKinnon

Jenna Coleman como Alice White/Longbottom

Jim Sturgess como Frank Longbottom

Thomas McDonnell como Regulus Black

Caleb Landry-Jones (con pelo corto) como Arthur Weasley

Jane Levy como Molly Prewett/Weasley

Felicity Jones como Andromeda Black/Tonks

Kevin McKidd como Ted Tonks

Amber Heard como Narcissa Black/Malfoy

Nos vemos en la siguiente entrega ¡Saludos, potterheads!

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2015 ⏰

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El Libro de los Pequeños Momentos del Pasado {Harry Potter/1era generación}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora