5 Capitulo.

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 Tome mi chaqueta de cuero y salí del gimnasio para el lugar en donde transcurrían las peleas en las noches de la gran y traicionera ciudad de Los Ángeles. Era un lugar pequeño a las afueras de la ciudad con el metal oxidado y las tuberías estaban abiertas por lo que tenía un olor desagradable. Pero aun así, si querías ganar un montón de dinero o deformarle la cara a alguien o que alguien te la deforme a ti, entonces estas en el lugar correcto.

Al llegar al lugar puedes ver un una inmensidad de cosas, como: putas, grandes y musculosos hombres, mucho dinero, putas, carros costosos, putas, mucho ruido, putas. Pero se formo un silencio sepulcral cuando salí de mi coche. Desde unos cuantos años he tenido la fama de ser una jodida monstruo partidora de caras.

-flashback-

- Una cosas más Ash: nunca siente lastima por nadie porque ellos no sentirán lastima por ti, aquí es todo o nada y solo tienes dos opciones: los llevas directamente al hospital o ellos te llevan a ti. No tendrán compasión y no les importara si eres mujer o si eres menor. Eres tu o ellos.

Me sentí como una gacela rodeada de grandes, salvajes y hambrientos leones, asentí con la cabeza y me puse mis guantes y lo demás.

- Ash, quita esa mirada, recuerda lo que te dije antes.- me dio una de esas grandes sonrisas, un gran abrazo y me empujo hacia el ring- anda, ve y sácales un poco de mierda y hazme sentir orgulloso.

Por cada paso que daba recordaba todo lo que me había dicho: mirada, concentración y no tener compasión. Nunca tener compasión.

Mi contrincante era una de esas machorras que tan solo verlas te podías ir meando. Tenía los brazos más grandes que muchos hombres que había visto por aquí, Piernas musculosas y fuertes y su mirada solo me recordó a la de un toro. Por lo que la apode: machorra cara de toro.

Un hombre alto y robusto con un megáfono nos separo para decir unas palabras. La gente gritaba y saltaba excitadamente. Unos apostaban, otros tomaban cerveza y las putas, bueno, las putas iban de idiota en idiota como si fuera su trabajo diario.

- Bienvenidos a las peleas ilegales más concurridas en toda la ciudad! Mi nombre es Danny y yo pondré las reglas acá. Nada de ayudar a las luchadoras. Nada de gritarles técnicas o ayudas. No se vale cancelar apuestas ya empezada la pelea. No se pueden meter al ring. Si llegan a hacer esto pueden estar seguros que van a amanecer mañana sin un brazo.- dijo Danny a través de su megáfono y la multitud gritaba por ver sangre.

Era patético comparar a la macha que estaba delante de mí con una estúpida debilucha como yo.

- Está bien chicas, saben las reglas y es que se vale absolutamente todo excepto que cuando suene la bocina se termina la pelea y no podrán hacer más ataques.- Danny nos recordó lo que teníamos que hacer ya dentro del ring, preparadas para que corra sangre.

Las dos asentimos con la cabeza y chocamos los puños. Instintivamente lo mire a él y me dio una sonrisa tranquilizadora y después con la mirada me recordó los trucos que habíamos practicado.

Dos segundos después se desato toda la furia del lugar, la bocina sonó indicando el inicio de la pelea. Yo me puse en posición de defensa pero la machorra cara de toro no hizo nada más que reírse de mí. Eso hizo que me enfureciera.

- Vamos novata, da tu primer movimiento, es más si haces que sienta pena por ti podría hasta dejarte que me golpees.

En ese momento había perdido completamente la cabeza y solo quería que la muy perra tuviera ensangrentada toda la maldita y asquerosa cara.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2015 ⏰

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