Café ...
Ya hace algún tiempo de mi andar por el centro histórico de la ciudad de los palacios...
Ese semana había sido agotadora, era verano y el calor estaba en su punto más abrazador, llegó el viernes y con ello la necesidad de saber ti ...
El reloj me indicaba las 17:00, salí presuroso a tu encuentro, hacia meses no sabía de ti, recuerdo como fue que volvimos a encontrarnos, me móvil timbro y sin conocer el número telefónico conteste :
- hola Gabriel ...
Instantes que los vives como una eternidad, eras tú de nuevo, mi corazón dio el vuelco y mis manos sudaron...Y así nos volvimos a encontrar... El destino o la necesidad de sucedernos, eso no lo sabré, así que nos vimos para comer, luego al cine, pero esta ocasión necesitábamos de un buen café y una mejor tertulia...
Te marque como lo acordado, ese ritual de llamarte y saber de ti siempre alimentó mi espíritu, escuchar tu voz puso mis sentidos en alerta siempre...
Mientras caminaba a nuestro tercer encuentro, recordé momentos que hacían inolvidable tu presencia en mi vida... Pensar en lo brillante de tu sonrisa y el mundo que cabía en ella me hacían estremecer, llegue puntual, te vi, siempre con esa personalidad que me conquisto, lucías un vestido negro, unas medias negras y unas zapatillas que te hacían ver delgada y entallada, tu cabello rizado y pelirrojo ondeaba invitando a navegar en el y ser parte de ese hermoso paisaje...
Nos saludamos y tus manos expresaban la suavidad de la tentación más grande, te mire a los ojos y una vez más fui preso de ese infierno que provoca mirar a tus ojos, tus demonios me reconocieron y mediante tu mirada me invitaron a tratar de someterlos... Sin duda tarea que siempre encontré exótica y lujuriosa... Caminamos un par de calles en busca de ese lugar donde en otras ocasiones ya habíamos tenido la oportunidad de soltar algunos de nuestros demonios y se reconocían, llegamos y nos acomodamos en una mesa, el lugar parecía no había cambiado mucho, ordenamos y nos asistimos el uno al otro con miradas y caricias que acompañaban de aroma y sorbos de café... Así seguí escuchando y deleitando mi mirada con el espectáculo más grande y excitante TÚ... El suave roce de tus dedos me llevo a explorar tus manos siempre suaves y dispuestas, jugueteamos con la inocencia de dos adolescentes que buscan saciar su infierno, con las primeras llamaradas de un incendio juvenil, me acerque a tu cabello, ese hermoso prado rojizo que me lleva a enredar mis dedos y jugar con tus rizos que despiden unas luciérnagas que aletean fugaces y divertidas alrededor ... Era tarde ... Tenías compromiso... Tenías que irte... Pedí la cuenta y pase al sanitario necesitaba refrescar mi rostro, ante el vendaval de tus caricias y el derroche de tus besos... Entre, me mire en el espejo y mi mirada reflejaba el despertar de mis demonios... Seguí hidratando el área facial, se abrió la puerta... Me hice un lado, y al instante de volver a sentir el agua me cubrieron los ojos... Sentí tus manos delgadas y dispuestas...
- Eres tú...!!!
- Esta puesto el seguro, susurraste a mi oído... Te invito a mi infierno...Atónito y sudoroso de mis manos, sólo asentí, mi rostro se transformo al pensar en el mundo de posibilidades... Alguien quizás entraría y se percatarían de nuestra presencia, todos nos vieron entrar, haríamos ruido... Pero ... Era momento de sucedernos...
Te mire tres segundos, nuestras miradas hablaron todo los diálogos que se necesitan expresar para los que buscan un refugio furtivo para explorar el infierno llamado amor, nos arrancamos miles de besos... De esos besos que sólo se pronuncian de una manera ardiente y provocadora... Llenos de lluvia y truenos... Relampagueando en mis labios y mordiendo mis demonios, te rodee la cintura, esas curvas que siempre invitan a ser turista... Sentí la cercanía de tu infierno, tomaste mis ganas y sabías la firmeza que me provoca estar en ese preámbulo contigo... Fui rodeando tu cuello llenando de besos que van haciendo camino hacia tus generosas montañas, desabotone parte de tu vestido, encontré un hermoso brasier de encaje negro, siempre te caracterizo el buen gusto por la lencería, eso motivó a mi búsqueda incesante de poder chupar tu miel, desabotone tu prenda y se descubrieron ante mí, impaciente los tome con suavidad y me llene de ellos, mientras mi boca y lengua hacia de tus montañas su alimento, mis manos buscaban por debajo de tu vestido el manantial que emana de ti... Encontré tu lluvia y busque ansioso escabullirme en ella con mis dedos... Me dejaste hacer ... Afine tus gemidos con mis dedos... En ese momento empezó a llover en ti... Mis ganas más dispuestas y firmes para ti... Saboreaba tus montañas mientras mis manos se precipitaba en tu tormenta... Continúe besando y mordiendo con la misma intensidad... Me apartaste, reaccione de mi trance y ambos dispuestos a alimentar nuestros demonios, nos entregamos ahogando nuestros gemidos en uno sólo, me besaste y me deje llevar por ese deseo de ser tuyo, me arrancaste la playera de un tirón, quedo al descubierto un camino que ya habías recorrido en repetidas ocasiones, pero no por eso dejaba de ser tentador... Te deje hacer, y me alimentaste de tus besos haciendo un recorrido en que cada huella hacían más firmes mis ganas de ti, llegaste a mi cintura y me miraste con ese lujo que sólo tú sabes dar... Calor-dulzura-erotismo, abriste la puerta de mi placer, mis ganas quedaron descubiertas ante ti, claras y esperando por ti... Sabías que lo deseaba, tomaste entre tus manos mi firmeza y absorbiste con desenfreno de mi, el ir y venir de tu boca me provocaba un orgasmo, ese placer que te lleva a las sensaciones más sublimes, me dejaste durísimo y más listo para adentrar en tus entrañas... Te levanté y te tome por la cintura, mis manos cómplices de este infierno buscaron rápidamente por debajo de tu vestido, el andar por tus piernas y muslos despertó aún más mi deseo, llegue al manantial y lo descubrí despojando de la prenda que cubría dicho manantial, te cargue inmediatamente y cual suerte de acrobacia nos enlazamos en un sublime acto, mis manos rodearon tu cintura y bajaban hasta tu hermoso trasero, te apoyaste de mis hombros y con movimientos suaves y constantes te adueñaste de mi, tus gemidos y mi respiración entrecortada eran el soundtrack perfecto para nuestro infierno, siempre he considerado una delicia tenerte a merced de mis demonios, fuimos entendiendo que este momento era irrepetible, acto seguido te puse contra el lava manos, quedamos frente al espejo, con ansia busque seguir arremetiendo en tu manantial, con acometidas constantes, empezaste a llover, como lo tormenta perfecta, en este infierno los relámpagos y la lluvia eran una constante, seguí en el vaivén de mis acometidas, mis manos fueron turistas por tus caderas y tu espalda, esa resbaladilla que siempre me invito a juguetear en ella, y pasar mis manos y mi boca sobre ella, el aroma que emana del sexo se fundirá en nuevo grito... Seguimos así ... Tuviste un par de orgasmos mientras tu mutada me pedía que no me detuviera, empuñe tus caderas y te asistí en un nuevo orgasmo acompañado de gemidos, observaba en el espejo como mordías tus labios y exhalabas aire para poder sofocar el infierno del cual eras víctima, me consentiste dejando tomar tu cabello mientras lo jalaba, esa escena fue hermosa, bese, arañe, mordí, chupe, lamí, ame tu espalda y cuello... Las huellas de mis demonios eran visibles... Acelere mis movimientos era el instante preciso de ver estrellas... Y al mismo tiempo ambos alcanzamos el infinito volando entrelazados de nuestros cuerpos y almas... Fuimos uno, comiendo y bebiendo del otro, me embriague de tu miel... Choque contra tus olas... En tu mar... Descanse en tu arena... No me percate del tiempo, fue una eternidad de abrir y cerrar los ojos, volé en tu cielo... En tu infierno... Tardamos algunos minutos en regresar a esta realidad... Inmersos en un abrazo reaccionamos y nos hicimos de nuestra vestimenta, observaba como te recuperabas y te hacías de tus prendas, refresque de nuevo mi rostro y quite el seguro... Antes de salir, seguimos buscando nuestras bocas, este arrebato pasional sólo podría ser saciado así... Urgencia, necesidad, elocuencia pasional... Al salir parecía que el mundo se había detenido, nadie se percató de nuestra salida, los ahí reunidos inmersos en su mundo, tertulia y arrumacos, hacían de este par de amantes furtivos, simples espectadores, atravesamos el local y al salir la chica encargada de atender nuestro servicio sólo me sonrió y con un "vuelvan pronto" salimos del lugar ...
Caminamos juntos sobre la calle, tomados de la mano, aún con la sensación vivida de una muerte pequeña... Así, siendo tuya, siendo mío, de nosotros...
A la distancia recuerdo aún la combinación de ese infierno... Tú, yo, café...
