CAPITULO VI: MESA PARA DOS

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La dirección era concisa. Se trataba de un lujoso restaurante italiano en el muelle, al límite de la ciudad, de por si la ubicación "al limite" parecía sugerir un mensaje implícito. Una propiedad abandonada luego de múltiples disputas y disturbios entre mafias. Un bello recinto que permanecía intacto gracias a la reputación de los dueños y a la impunidad de los mismos.

Si algo había aprendido Batman de su impredecible amigo era a esperar siempre lo peor. Incluso citándolo en un restaurante parecía una autentica broma, una de mal gusto.

Mientras se acercaba a la entrada del lugar se detuvo a pensar en la inusual conducta del Joker, este parecía genuinamente interesado, e inquietantemente solicito.

¿Qué había cambiado tras el encierro? Se trataba acaso de los calmantes y drogas ingeridas?, o era obra del tiempo allí lo que surtía un efecto colateral superior a los medicamentos.

Dentro esperaba encontrarse con absurdos trucos y juguetes  pero en cambio encontró mesas y bajillas. Al extremo del solitario salón hallo una mesa ocupada, el hombre de traje  sonrió complacido al verlo llegar.

- Espero no te molesté, ya ordené por los dos. – Dijo el payaso invitándolo a sentar junto a él.

¿Sin trucos ni bromas? Pensó Batman mas no respondió al comentario.

- Siéntate

- Dejémonos de juegos Joker. Porque estoy aquí - Abordo con cierta agresividad

- Sígueme el juego si quieres saberlo - Agrego dando un sorbo a su vino – Buena cosecha.- Añadió.

El murciélago tomo su lugar. Frente a ellos descubrió  una mesa exquisitamente servida; múltiples cubiertos, copa de agua, copa de vino, entrada, segundo y postres.


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- Adelante, no planeo acabarme esto yo solo.

- Bien – Se esforzó el murciélago tomando un pequeño sorbo de agua – Háblame de la pólvora

- Hay un nuevo chico en la zona

- Quien

- Sabe ocultarse bien

- Donde esta

- ¿No te gusta la comida?

- Estas agotando mi paciencia - Gruño

- Pensé que teníamos un trato

- Esta bien – Se rindió finalmente aceptando el primer bocado de lo que podría ser su ultima cena.

Lo cierto era que nada malo paso al tragar la comida. El espagueti era perfecto, mejor que muchos que había comido antes. Buen aderezo y justo sazonador. Su anfitrión se había esmerado en darle una buena recepción. Cualquiera al verlos habría creído contemplar una autentica cena de negocios, de colegas, o quizá algo mas.

Después de la tercera copa de vino el Joker agrego.

- Que difícil fue concretar esto ... yo realmente me esforcé

- No dan buenas cenas en prisión

- Oh no, lo único bueno allí eran los postres

- Porque escapaste Joker , porque ahora

- Ahhh sabia que lo preguntarías ... - Rio secamente – Me niego a estar atado mi querido amigo, a una prisión, a una mujer, a todo eso... - Balbuceo

- Entiendo – Dijo haciendo una pausa – No te lo dije antes pero tu tarjeta sirvió

- Lo sabía, después de un año de retiro aun soy alguien en Gotham- Ahora rio complacido.

- Que más sabes

- Se donde esta el chico malo

- Donde

- No se si sea buena idea ir ahora... quiero decir... ni siquiera puedo caminar derecho – Se mofo de si mismo y de su condición deplorable

- ¿Era necesario que bebieras tanto?

- Por supuesto que si, ahora me llevaras a casa

- No hare eso

- Si lo harás porque ... yo tengo algo que tu quieres – Dijo susurrando

- Debería llevarte de regreso a Arkham

- Piénsalo ... tu tendrás al chico malo y yo mi libertad. Así los dos ganamos

Batman lo pensó brevemente. Ya que el "chico malo" representaba un riesgo inminente y el embriagado Joker no el trato parecía mas que justo. Un intercambio de libertad que le permitiría poner punto final al caso.

- Esta bien. Acepto el trato.

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NOTA DE LA AUTORA

Agradezco su paciencia, vistas, estrellas y comentarios.

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