"Hwa, no quiero salir de casa". Dijo con un puchero en su rostro, su rostro estaba pulido, perfecto a pesar de las preciosas pecas que adornaba su rostro.
Seonghwa, con un suspiro volteo los ojos hacia arriba antes de asentir hacia su novio, quien se encontraba sentado plácidamente en el sofá viendo caricaturas a pesar de su edad.
Sus preciosos ojos miel brillaron hacia el asentimiento antes de sonreír de verdad y volverse hacia su caricatura.
"Saldré yo entonces, realmente necesitamos más despensa". Se acercó con cautela hacia el más bajo y acaricio sus preciosos cabellos brillantes antes de besar la coronilla de su cabeza. "Te amo, nos vemos".
Intentó alejarse, pero unas manos lo sujetaron, manos llenas de cicatrices por su antiguo amor, pero totalmente sanadas por el que realmente lo amó.
"Quédate". Demandó apartándose totalmente de su caricatura.
"Honggie, te vas vuelto muy mandón". Sonrió con ternura antes de volver a acercarse y besarlo en los labios muy suavemente.
Solo ha pasado un año, un año lleno de terapia, lleno de visitas al hospital y confesiones ante el estrado para poder meter a la cárcel tanto a Minho como a varios de los que habían atendido sus llamadas y las pasaron de largo.
Seonghwa como trabajador del 911 tuvo que testificar ante varios de sus colegas, inclusive a aquel que le había redirigido la llamada de Hongjoong hacia él, no le gustaba declarar, no le gustaba estar en la mira de nadie, pero se lo merecían.
Por ello el único acercamiento más atrevido que pudo realizar son pequeños besos suaves sobre sus labios y nada más que eso, los abrazos y pequeñas caricias en su cabeza, rostro y manos eran abiertamente recibidas, pero un pequeño roce más allá lo hacía temblar.
Las marcas, aunque mayoritariamente borradas de su cuerpo, nunca se iban a retirar de sus recuerdos, de su memoria.
Aún recordaba vivamente el cinturón impregnado en su espalda, su mano fuertemente sobre su cuello y las múltiples violaciones continuas.
Seonghwa respetaba su distancia, aquello fue un alivio hacia Hongjoong, pero aun así se sentía mal.
Sentía atracción sexual por su novio, su miembro despertaba cada que lo veía recién bañado saliendo con nada más que una toalla, su baba caía cada que veía a Seonghwa realizando ejercicio o usando prendas ajustadas.
Quería ser tocado, pero tenía miedo.
Ya había confiado en unos ojos rojos y aquellos fueron su peor pesadilla, tenía miedo de que aquello volviera y el cuento de hadas que ha estado viviendo se convierta en un colapso.
Se sentía como un idiota, había pasado de todo y aun así tenía miedo de ser tocado por su novio, quien no ha sido más que considerado y respetuoso con su espacio.
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𝑷𝒆𝒑𝒑𝒆𝒓𝒐𝒏𝒊 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂, 𝒑𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓 🍕 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝒋𝒐𝒐𝒏𝒈
FanfictionHongjoong es maltratado por su pareja, cada tres días llama al 911 para informar y que alguien lo ayude, nadie le entiende, nadie lo ayuda, todos lo toman por un bromista y hasta es conocido por ser "el niño de las pizzas" en el recinto. En el últim...