Capítulo 25

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El 31 de octubre siempre había sido un día cargado para Harry, una fecha marcada en su memoria con vivencias que le dejaban un sabor amargo. Recordaba su infancia con los Dursley, en la que Halloween significaba quedarse encerrado en el armario mientras Dudley salía a pedir dulces. En vez de una fiesta o disfraces, Harry solo tenía frío, hambre, y soledad. Incluso cuando había llegado a Hogwarts, las cosas no habían mejorado del todo.

Su primer año, aquel 31 de octubre, fue cuando el troll había irrumpido en el castillo. Recordaba el miedo, la sensación de no estar preparado, de que algo siempre iba mal en esa fecha. En su segundo año, esa misma noche, alguien había petrificado a la gata de Filch y había aparecido el terrible mensaje en la pared: “La Cámara de los Secretos ha sido abierta”. Y, en su tercer año, Sirius Black había ingresado a Hogwarts con el objetivo de atraparlo, o al menos eso le habían dich en el momento.

A cada año, Harry había aprendido que la noche de Halloween no era de celebración, sino de peligro. Por eso, cuando su Creador le dijo que este año pasaría la noche en casa, Harry sintió una mezcla de alivio y preocupación. ¿Era posible que este 31 de octubre fuera diferente?

Mientras cruzaban el umbral hacia su hogar, algo dentro de él comenzaba a relajarse, pero los fantasmas de esas noches aún rondaban en su mente.

Cuando llegaron, la casa se sentía cálida, segura. A diferencia de los Dursley, que lo relegaban a su armario en las fiestas, aquí había un lugar para él. Su Portadora, lo estaba esperando en la sala, y al verle entrar, su sonrisa fue suficiente para calmar las dudas que aún lo atormentaban.

— Estás en casa, hijo —dijo el Prime, su voz grave y segura llenando el espacio como siempre lo hacía, pero esta vez, con una calidez que Harry apenas estaba empezando a aceptar como suya.

El menor asintió, aún sintiéndose extraño al ser llamado "hijo" de una manera tan directa y sincera, estaba más acostumbrado al Sparkling o Cachorro. Una parte de él todavía dudaba, todavía llevaba consigo los ecos de su vida con los Dursley. Ellos le habían hecho sentir durante años que no merecía ni amor ni afecto. Sin embargo, aquí, con Optimus y Wing, esas heridas comenzaban a sanar despacio y aveces tenían aje ser reabiertas para que se curarán bien.

Su portadora se acercó a él, envolviéndolo en un abrazo suave, cálido y prolongado, algo que Harry había aprendido a aceptar con el tiempo.

— Queremos que este 31 de octubre sea diferente para ti —le susurró con voz cariñosa—. Queremos que hoy te sientas a salvo, amado, y que sepas que siempre tendrás un lugar con nosotros. Está fecha se ha pintado como de mal augurio para ti —

La cena que le prepararon no era extravagante, pero sí estaba llena de detalles pensados para él, desde sus platos favoritos hasta pequeños toques que hacían sentir que todo había sido creado con cariño. Harry recordaba, con cierta tristeza, los días en que los Dursley lo dejaban de lado en esas fechas, ignorando su existencia mientras festejaban con primo. Incluso en Hogwarts, aunque había amigos y festivales, siempre había una sensación de que algo iba a salir mal, como si la sombra de Halloween siempre lo acechara.

Después de la cena, en el silencio íntimo de la casa. Optimus y Harry se sentaron en el sillón mas grande, con el mayor leyendo es voz baja y suave una d-pad de información de Icon. Era tan tranquila la situación que el menor se olvidó por un buen rato que hoy era la noche donde siempre le sucedían cosas desastrosas.

Wing se sentó junto a ellos, acercándose aún más a Harry, y tomó su mano con la misma ternura de siempre.

— Sabemos que tus primeros Halloweens no fueron fáciles, ni con los Dursley ni en Hogwarts. Pero queremos que esta noche, en esta casa, puedas crear nuevos recuerdos. Recuerdos llenos de amor, de paz... recuerdos que no estén marcados por el miedo o temor a que algo malo pase después del amanecer, se que de seguro es difícil pero no te asustes mi cachorro que desde ahora está noche siempre puedes contar con nosostros y no importa si tienes 14, 20, 35 o 100 años o incluso eones todavía te puedes esconder en nuestros brazos o dormir con nosotros. — murmuró la última parte mientras le daba un suave beso en la frente, algo que se había vuelto una forma de expresar cariño entre ambos.

Harry dejó escapar un suspiro tembloroso. Los viejos recuerdos seguían presentes, pero por primera vez, comenzaba a darse cuenta de que no tenía que vivir atrapado en ellos. Las voces de los Dursley se hacían más y más lejanas, y en su lugar, estaban las palabras de su Creador y su Portadora, envolviéndolo con una calidez que nunca había conocido.

— Creador… Portadora… —Harry dijo en voz baja, aún luchando contra la duda que le susurraba que no merecía este amor—. A veces me cuesta creer que esto es real. Que realmente tengo un hogar aquí, con ustedes. —

Optimus colocó su gran mano sobre el hombro del más joven, y su mirada, siempre llena de sabiduría, se suavizó aún más.

— Esto es real, mi Sparkling. Nosotros estamos aquí para ti, ahora y siempre. No tienes que luchar solo, ni cargar con las sombras del pasado. Eres amado, y siempre lo serás, por quien eres, no por lo que otros esperan de ti. Tu ya no volverás a estar solo, bestia lo dijo, ahora y hasta que nuestras sparks se extingan, cada vez que tengas miedo, sea la fecha, sea un mal recuerdo o simplemente porque sí, estaremos para ser tus escudos.

Wing acarició su cabello, con esa suavidad que había aprendido a disfrutar, y añadió:

— Nada de lo que ocurrió con los Dursley o en Hogwarts puede cambiar lo que eres para nosotros. Eres nuestro hijo, Harry. Y eso es lo único que importa.

Las palabras de su Portadora y su Creador fueron como un bálsamo sobre las heridas invisibles que llevaba consigo. Se acurrucó entre ambos, abrazado a ellos.

— que te parece si hacemos lo siguiente — optimus no tendría sentidos mejorados pero reconocía los signos de sueño — porque no subes te pones tu pillama, vamos al patio, duermes dentro de la cabina de mi forma alterna y bestia duerme alrededor de nosotros en su turno completo. Así cada vez que te asustes tengas el recuerdo de que para que si algún daño quiere llegar a ti tenga que pasar por nosotros —

La mirada que recibió del menor fue un poco indescifrable pero una mirada rápida a su conjux le dijo que había dado en el clavo, la mujer le susurro al más joven que fuera a ponerse el pillama para que así pudieran irse a dormir.

Algo reticente comenzó a subir la escalera, cuando desapareció en el pasillo, optimus que se había girado a preguntar a la mujer algo fue sorprendido por un beso en los labios que hizo que le temblaran las rodillas.

— lo admito el papá sobreprotector te queda sexy — le dió un beso rápido y sonrió cuando vio el rojo comenzar a subir por el cuello de su pareja — ve a transformarte gran Ratón de biblioteca, tengo que ir a buscar unas mantas para nuestro cachorro —

Optimus asintió aún cohibido, aveces olvidaba que su mujer era todo menos tímida, salió con el pulso desbocado al patio a transformarse.

Harry bajo con su pillamada de lobo, su portadora le dijo que saliera mientras ella recogía las cobijas y almohadones. Camino rápido hasta meterse en la cabina del gran camión.

— ¿no les incomoda? — pregunto mientras miraba la cabina.

— no, en realidad es muy común que durmieramos así antes de comprar la casa — prendió el aire acondicionado para que no pasara frío — en la base no teníamos “dormitorios” y dormíamos en estás formas, cuando bestia llegó al principio no sabíamos en que se trasformaba y ellos dormia simplemente en el suelo junto a rachet o Ironhide después que supimos y ella supo como volver a ser humana, solia usar su turno completo para dormir a mi alrededor o del bot que eligiera —

La mujer sonrió cuando dejó todas las mantas y almuadas dentro d ella cabina.

— a demás es natural para mí, así que a mimir mi niño que tienes que creer —

Se rió y cómodo las mantas mientras escuchaba el crujido del cambio, alcanzo a ver las fauses y comillos del windigo antes de que esté se envolviera al rededor del semi trailer. Suspiro cuando escucho el ronroneo de la gran criatura y la cabina apagó su luz. Solo con eso perdió la batalla contra el sueño. Estaba seguro y primera vez en años no tubo una pesadilla.

— se durmió, también voy a recargar — murmuró bajo el autobot antes de apagarse, la criatura solo dió un bufido en modo de reconocimiento y se envolvió más alrededor del gran semi trailer. La gran figura casi escondía por completo la figura roja y azul pero era lo de menos.

Una herida más fuerte curada esa noche, una herida que si bien dejaría una cicatriz, no abría peligro de infección y más dolor en ella. A demás las cicatrices debes ser presumidas, como un gran logro porque significa supervivencia, superación y valor. Aveces hasta puedes volverlas parte de un hermoso tatuaje si prefieres la discreción.

El Vínculo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora