Sábado, un lindo día para descansar, salir y sentarte en el pórtico de tu casa a tomar aire fresco mientras bebes una limonada. Dejando que el viento moviera tu cabello, era un plan perfecto y digo era, porque ahora estaba tratando de controlarme y no darle un golpe a la persona que tenía al lado pinchándome el brazo.
Momo, mi vecina y además mi mejor amiga, estaba sentada a mi lado, pinchándome el brazo tratando de llamar mi atención, yo solo rodaba los ojos ante su insistencia.
Estábamos tan bien, conversando de cosas sin sentido, hasta que ella comenzó a hacerme ciertas preguntas en específico, yo no quería contestar, pero la chica no paraba, ella seguía insistiendo hasta que me canso y solo asentí sin escuchar cual era la pregunta en ese momento, Momo chillo de emoción.
---Sabia que si te gustaba alguien! --- decía Momo feliz por su descubrimiento, yo solo rodo los ojos ---¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Lo conozco? Vamos Mina, soy tu mejor amiga, cuéntame
---Luego te cuento, ahora déjame ver donde se metió Sana--- trate de cambiar el tema, pero no funciono.
---Sana ya tiene 10, sabe cuidarse sola--- Momo se pegó más a mi ---Ahora dime, ¿quién es el afortunado?
---Estas loca Momoring--- dije mientras me movía un poco para alejarme de la encimosa de mi amiga ---¿De donde sacas que me gusta alguien?
---Yo vi esa sonrisita tuya en cuanto pregunté que te había tenido tan pensativa estos días--- Momo volvió a acercarse.
---Puede ser por otra cosa sabes, no necesariamente tiene que ser por alguien---rodé los ojos al sentir a Momo casi sobre mí.
---A mi no me vas a engañar Mina, esa sonrisa era de tonta enamorada--- Momo seguía y seguía hablando, pero yo deje de prestarle atención cuando mi mirada se centro en la acera del frente, viendo a dos chicas conocidas cruzar la calle.
Traté de contener mi emoción cuando las vi caminar hacia mi casa, acercándose cada vez más hasta donde me encontraba con Momo, mis manos estaban sudando y me sentí más nerviosa al tenerlas de frente.
---¡Hola chicas! --- saludo efusivamente la chica más bajita, Momo dejo de estar casi encima de mi para centrarse en las recién llegadas.
--- Hola Chaeng.... Unnie--- salude con una sonrisa acomodando un mechón mi pelo detrás de mi oreja.
---Hey--- también saludo momo, pero sabía que aún me miraba de reojo, atenta a cualquier movimiento, así que tenía que ser cuidadosa con mis gestos y acciones.
---Venía a invitarlas a comer un helado, claro si su mamá las deja, Unnie nos llevara--- decía Chae mirando a su prima la cual asintió a lo dicho.
---Yo si voy--- de inmediato Momo se levantó de su asiento ---Y no tengo que pedir permiso porque no hay nadie en mi casa--- agregaba encogiéndose de hombros.
---Entrare a pedir permiso--- dije levantándome, entre corriendo directo a la cocina, donde mi madre y mi abuela cocinaban ---Mamá ¿Puedo ir a comer un helado con Chaeyoung y Momo?
---Nayeon las llevara? --- pregunto mi madre mientras dejaba lo que estaba haciendo para acompañarme fuera de la casa.
---Si mamá, Unnie nos acompañara--- dije mientras salíamos de la casa.
---Señora Myoui buenas tardes--- saludo Nayeon con una sonrisa a mi madre ---¿Daria permiso a Mina para ir por un helado? No nos tardaremos. ---Preguntaba la mayor, Momo, Chae y yo nos giramos a ver a mi mama, haciendo pucheros para convencerla, mi madre rio al vernos
---¡Helado! --- al parecer Sana había escuchado y salía de la casa brincando hasta nosotras. ---¡Yo también quiero ir por helado!
---Sana también puede acompañarnos, solo si usted lo permite--- añadió Nayeon.
Mi madre nos miró por unos segundos, Sana ahora también se había unido a nosotras para convencer a nuestra madre, y déjenme decirles una cosa, el tierno rostro de mi pequeña hermana nunca fallaba.
---Bien--- acepto mi madre, metiendo la mano en su bolsillo para sacar algo de dinero y dármelo --- Obedecen a Nayeon en todo, ¿entendido?
Sana y yo asentimos a lo dicho, Momo tomo la mano de mi hermana para comenzar a caminar.
---No se preocupe señora Myoui, yo las cuido--- dijo Nayeon por ultimo.
Mi madre tenía confianza en la mayor, ya que aparte de ser prima de Chaeyoung, también era su niñera y en algunas ocasiones también había sido la nuestra.
Ya de camino a la heladería, Nayeon y Chaeyoung habían tomado la mano de Sana para cruzar la calle, Momo y yo íbamos detrás de ellas, conversando, hasta que de nuevo deje de prestarle atención a mi amiga para mirar lo que tenía enfrente, hasta que sentí un codazo en mi costilla.
---Auch! ¡Momo eso dolió! --- me queje sobándome.
---Es que de nuevo me ignoras Minari, ¿Qué tanto las ves? --- preguntaba, al parecer había notado mis miradas a las tres chicas delante de nosotras.
---Solo cuido que Sana se esté portando bien--- respondí tratando de sonar normal.
---Aja, si--- al parecer alguien no me había creído.
En cuanto llegamos al establecimiento, Momo, Chaeyoung y Sana corrieron al mostrador para elegir los sabores de sus helados, mientras yo me quedaba hasta atrás con Nayeon.
---¿Qué sabor vas a elegir pequeña? ---me pregunto la rubia.
---Amm, de fresa--- respondí tratando de no mirarla.
Después de todas pedir nuestros helados, nos sentamos en una de las mesas del establecimiento, Sana y Momo en cuanto se sentaron comenzaron a casi devorar su helado.
---Abre la boca Sana--- pedía Momo mientras movía su cuchara llena de helado hacia la boca de la más pequeña, quien de inmediato hizo lo pedido.
Ambas se compartían cucharadas de sus helados, riendo y manchándose las mejillas y barbilla mientras jugaban. Con Momo entreteniendo a mi hermana, yo me puse a comer en silencio hasta que Chae que estaba enfrente mío me hablo.
---¿De qué sabor pediste Minari? ---preguntaba Chae tratando de ver el contenido de mi vaso para adivinar.
---De fresa ¿y tú? --- respondí comiendo un poco.
---¡Yo también! Es mi sabor favorito--- decía Chae emocionada.
---El mío también--- dije sonriendo al ver el hoyuelo que se formaba en su mejilla cada que sonreía.
Me quede mirando un poco a las dos chicas enfrente mío, bueno a una en particular, sin notar que ahora alguien también tenía su vista puesta en mí.
---Te descubrí Minari--- ni siquiera me di cuenta cuando Momo se acercó a mi para susurrar en mi oído.
¡Estúpida Mina! ¡Tenías que ser tan obvia!