Entre llantos y ruegos [C.H][A.U]

Capítulo tres

Tres y cuarto de la mañana, el insomnio volvió a hacer acto de presencia en su solitaria noche, y él no podía pelear contra la misma, no importaba la cantidad de pastillas que tomara.

Parecía una maldición a la que estaba condenado a sufrir sin ningún tipo de salida. El silencio era su compañera como siempre. <Esto es tan agotador> Pensó por sus adentros mientras pasaba su mano por su rostro. 

Con la mirada clavada en el techo, y la respiración entrecorta a causa de las lágrimas y la agitación provocada por la misma agonía con la que estaba tan familiarizado, porque, ¿Qué sería de él sin el recordatorio diario de todos sus errores?

<que vida tan desafortunada> Admitió por sus adentros, sintiendo como las lágrimas recorrían su fino rostro. La falta de alimento se notaba, pero nadie decía nada y era mejor así.

Se lenvató como pudo para dirigirse al baño, era mejor darse una pequeña labada, no quería sus ojos enrrojecidos ni las preguntas inecesarias cargadas con falsa preocupación. Su cabeza daba vueltas, y veía borroso.

Tuvo que sentarse obligado, mariado y confundido, no creyó que las pastillas hicieran su efecto en ese momento. Se rió aún con las lágrimas cayendo de sus cerrados ojos.

Por inercia su cuerpo cayó de espaldas contra el conchol permitiendo que estuviera ligeramente cómodo antes de dormir profundamente. Al menos su cabeza estaría apagada un buen rato, y ese simple pensamiento le dió paz.

La paz que no merecía.