El beso

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Todo es perfecto, nuestras vidas como puzzles que añoraban las piezas faltantes se completaban, lo que ambos queríamos para decir con certeza "aquí es". Citas llenas de risas, conversaciones profundas, añoranzas de futuros compartidos y belleza, porque si de algo estoy completamente segura es que ante mis ojos no existía una sonrisa tan hermosa, ojos tan luminosos y una presencia que no me cansaba de admirar y por los constantes halagos y mirabas coquetas, el sentimiento era mutuo, sin dudas.

Y entonces llego el momento, era ese gran día en que pasaríamos de ser dos desconocidos que se están encantando con la compañía del otro para culminar en la cercanía de un beso, acto que terminaría por sellar esa conexión.

Pero que difícil fue conectar, mi boca buscaba la pasión en la tuya, tu boca en cambio quería complicidad y ternura. Mi lengua buscaba gustosa tu sabor y la tuya más tímida quería acariciar mis labios. Nuestros ritmos no se encontraban, el compás de mis besos llenos de deseo no bailó con tus besos dulces lleno de esperanza de un para siempre. Porque donde yo vi el inicio del fuego tu esperabas romanticismo.

Entonces vino a mi mente, un mes antes, un beso del que me arrepentí por días, antes de conocerte, porque los labios que poseyeron mi boca no eran para mí, tenían dueña, pero estaban ahí, frente a mí, a escasos centímetros, tan cerca que nuestros pulmones luchaban por el mismo aire. Esa boca acompañada por una mirada llena de deseo, esos labios sonreían frente a mí, sonreían como sabiendo que su cercanía hacía arder mi interior, la respiración descontrolada y nuestros pechos agitados subían y bajaban intentando controlar las ganas, pero la pasión fue más fuerte que nuestra moral, su boca rozo la mía y por dentro hirvió mi sangre como un volcán, nuestros movimientos sincronizados como si nuestros besos se pertenecieran desde siempre, su lengua navego descubriendo cada parte de mi boca, bailo con la mía y en su roce me quemo las ganas, mis labios rojos y suaves sentían que esa boca estaba hecha para vivir pegada a la mía, su mano en mi cintura aprisionaba mi cuerpo, que definitivamente no quería huir, no había otro lugar en que deseara estar. Fueron un par de besos, largos, intensos, llenos de pasión que terminaron en más fuego, calor y deseo de hacer ese beso eterno, pero no se cumplió, porque la moral volvió a mi mente luchando contra la pasión y me obligo a detener el fuego y salir de ahí.

Ahora, después de este encuentro con tu boca, luego de varios intentos de ser cómplices, toco mis labios y recuerdo ese beso de hace un mes, que marcó mi boca como si fuera suya y me dejo su sabor, en cambio esos besos que debieron ser un "aquí toda la vida" se sintieron como un esfuerzo que hice un día.

Es un tormento pensar, todas las piezas que deben encajar a la perfección para encontrar ese "para siempre" porque parece que lo que quiero, lo que necesito y lo que deseo, están siempre en cuerpos distintos y no solo en uno con quién el "para siempre" sea una opción.

Una historia... un nuevo cuentoWhere stories live. Discover now