Capítulo 10

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-Oh, venga, no es tan grave...

-Vete a la mi...¡joder, que duele!

-¿No te da verguenza gritar como una niña frente a tu chica?

-Yo no tengo ch...- nuevo gruñido entre dientes.- Me las vas a pagar por esto, Sammy...

Danny alzó la mirada por encima de su revista de videojuegos y suspiró con una mueca maliciosa. Los hermanos Winchester estaban a un metro, en el desvencijado sofá de la habitación que habían alquilado, en modo "hospital central". Se habían ido de caza cuando Faith ya estaba mucho mejor psíquicamente hablando, ya aburridos, y habían acabado en Colorado. Habían dado con un nido de vampiros y, aunque no fue muy difícil acabar con ellos, Dean había recibido una herida en el brazo y ahora su hermano se la estaba cosiendo. No era grave, pero había que tener cuidado para que no se infectara. Se supone que ya debían estar acostumbrados a esas cosas, pero ese día Dean se había despertado sensible pues hacía muecas y gruñía mientras Sam intentaba dedicarse a su trabajo.

-¡Ay, cuidado!

-¿Quieres dejar de quejarte?- dijo Danny para echar una mano al menor de los Winchester, que alzaba la mirada al cielo.- No duele tanto...

-Claro, como tú y Faith habéis salido indemnes...- se quejó el cazador.

-No es culpa mía que no tengáis nuestras grandes habilidades.- rió la chica.- Lo que pasa es que te quejas para que te hagamos caso, reconócelo...

-Me quejo porque duele.- volvió a gruñir, apretando los dientes.- Aunque si quieres hacerme de enfermera, no me quejaré...

-Eres un aprovechado...

Justo entonces Faith salió del cuarto de baño, con una toalla secándose el pelo y ya cambiada de ropa. Al momento Danny se puso en pie de un salto.

-¡Por fin! Ale, venga, vámonos...

-¿Eh?- la pelirroja no se enteraba.- ¿Otro caso?

-Sí, un caso de extrema necesidad. Me muero de sed y de hambre...- replicó la peliazul.- Y estos dos son unos lentorros... En el tiempo en que le estás cosiendo la herida ya nos hemos duchado y cambiado, lleváis casi una hora.

-No es culpa mía que este no deje de moverse...- se quejó Sam retirándose el pelo de la frente que, apelmazado por algo de sangre de vampiro, se pegaba a su piel molestándole.- Yo también me muero por darme una ducha...

-Pues ale, Faith y yo nos vamos a cenar mientras vosotros os arregláis y luego nos buscáis...-resumió la chica riéndose.

-¿No podéis esperarnos?- se quejó Dean.- Yo también tengo hambre...

-Pues deja de quejarte, sé un hombre.

-Soy un hombre, cielo...- dijo él herido en su orgullo.

-Sí, un hombre que apesta a tripas vampíricas y a sudor... muy masculino, sí señor.- Danny sonrió y agarró a Faith del brazo cogiendo su bolso.- Ale, nosotras nos vamos, ¡llamadnos al móvil cuando estéis presentables!

Y sin darles tiempo a responder, la chica arrastró a su amiga fuera de la habitación, sin darse cuenta de que su móvil se le había quedado sobre la cama, bajo la chaqueta.

Aún se veian rayos de sol en el cielo de colorado, las chicas tuvieron que entrecerrar los ojos para no cegarse cuando salieron. Danny iba vestida a su estilo punky formal, con una faldita escocesa y una camiseta de tirante con flecos ajustada, un atuendo que habia usado más de una vez para ligar, junto a sus botas de caña media. Aunque está vez no buscaba nada de eso, con Dean le bastaba y le sobraba por ahora. No eran novios, pero estaban en perfecta sintonia...y el cazador sabía..."bailar" a su ritmo bastante bien.

Supernatural: Entre cielo e infierno. Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora